Mejor monitor para jugar en el ordenador – Mejores monitores para juegos de PC
En éste artículo de blog os vamos a contar, desde nuestra experiencia y opinión personal, cuáles son las características con las que debe contar un monitor para PC orientado a juegos, teniendo en cuenta tamaño, tasa de refresco, tiempo de respuesta, tipo de panel y un largo etcétera.
Los que lleváis mucho tiempo leyéndonos ya sabéis que me considero un Gamer de la vieja escuela; llevo muchos, muchos años jugando a videojuegos, y como analista de hardware he probado una gran cantidad de monitores diferentes, de distintos tamaños, gamas, sabores y colores, por lo que creo estar en situación de poder hablar con conocimiento de causa sobre lo que bajo mi punto de vista es lo más equilibrado para poder tener una experiencia de juego óptima.
La guerra de números
El primer apartado de éste artículo lo titulo la «Guerra de números» porque considero que en los monitores ocurre como en los smartphones: los fabricantes piensan que cuanto más rimbombantes sean ciertas cifras mejor y más atraerán a los usuarios, y lamentablemente así es. Por eso la gran mayoría de monitores específicamente diseñados para Gaming tienen tiempos de respuesta de 1 ó 2 ms, con grandes frecuencias de actualización. Os voy a decir una cosa al respecto: he estado un par de años jugando a todo tipo de juegos con un monitor IPS de 27 pulgadas con un tiempo de respuesta según el fabricante de 8 ms (aunque el real es de 14 ms, medido por hardware) y jamás he notado ni input lag ni ghosting.
Ahora bien, habrá usuarios con ojos más sensibles que los míos y que sí note la diferencia entre un monitor con tiempo de respuesta de 1ms y otro con 4ms. No es mi caso. Donde sí he notado una gran diferencia ha sido entre monitores con una tasa de refresco de 144 Hz y los habituales de 60 Hz. No digo que los segundos estén mal o que no sirvan para jugar, nada más lejos, pero en los de 144 Hz se nota una fluidez que efectivamente hace que todo parezca más fluido.
Pero claro, si queremos un monitor con una buena frecuencia de refresco y un tiempo de respuesta bajo tenemos que irnos a paneles LED-VA o incluso LED-TN, prescindiendo de los IPS o IPS-Like de los que os hemos hablado frecuentemente en esta web y que proporcionan no solo los mejores ángulos de visión, sino unas relaciones de contraste y una intensidad de color que no pueden proporcionar el resto de paneles y que, siempre bajo mi opinión, hacen que el juego se vea mejor.
Así pues en ésta guerra de números nos encontramos con un dilema: mejores colores y contrastes o paneles más rápidos. En mi experiencia me quedo sin lugar a dudas con mejores colores y contrastes, pues como dije antes nunca he notado ghosting o input lag con mi antiguo monitor IPS y sus 8 ms de tiempo de respuesta.
El tamaño importa
A éste respecto os voy a contar mi historia personal. Mi primer monitor fue un CRT de 14 pulgadas… no, creo que voy a avanzar un poco más saltándome el principio. Mi primer monitor plano fue un LG de 15 pulgadas, que actualicé más tarde a un Toshiba de 19. Luego pasé a un Acer de 23 pulgadas y el cambio fue brutal, ya no solo por el tamaño de la pantalla sino porque por primera vez disfruté de un panel Full HD. Decidí comprar un BenQ de 24 pulgadas, mi primer monitor con retroiluminación LED, y dejé el de 23 como pantalla secundaria. Ésto se me quedó pequeño y compré un LG de 27 pulgadas, IPS, desechando el de 23 y dejando el de 24 como monitor secundario. Pero claro, aunque ambos eran Full HD la imagen quedó descuadrada y adquirí un Dell de 27 pulgadas para poner al lado del LG, desechando el de 24 de BenQ que, por cierto, me dio muchísimas horas de disfrute.
Eso cambió éstas Navidades, pues decidí que dos monitores de 27 pulgadas ocupaban demasiado espacio en la mesa y me hacían girar mucho el cuello para ir de uno a otro. Pero claro, para alguien como yo que redacta mucho texto además de jugar es muy útil poder tener dos monitores, así que su sustituto fue un Dell U3415W, un monitor ultrapanorámico y curvado de 34 pulgadas con resolución 3440 x 1440 que permite entre otras cosas dividir la pantalla.
Éste monitor equipa un panel IPS y tiene un tiempo de respuesta de 5 ms GtG (teórico, el real es de 9,7 ms medido por hardware), con 60 Hz de tasa de refresco. Y os diré una cosa: ha sido la mejor compra que he hecho en años. Ya no solo porque ocupa menos que los dos monitores de 27 que tenía y me da la misma utilidad para trabajar, sino porque la sensación en juegos es simplemente alucinante. El tener esas pulgadas extras de ancho que proporcionan más campo de visión, la mejor resolución (recordad que he pasado de 1080p a 1440p) que da más nitidez y la curvatura que mejora la inmersión en el juego hacen que jugar sea una auténtica pasada. Ahora, también os digo que una GTX 980 Ti no puede con algunos juegos a máximo detalle con ésta resolución, que siempre es una pega.
Conclusión
Mi veredicto personal con respecto al mejor monitor para jugar es que no os dejéis engañar por las cifras que nos muestran los fabricantes. Vale, siempre hay gente con ojos más sensibles, pero en mi caso no noto la diferencia. Creo sinceramente que las últimas apuestas de los fabricantes en lo relativo a monitores ultrapanorámicos curvados de resolución 3440 x 1440 serán especialmente buenas, y auguro que los modelos con tasas de refresco de 144 Hz con tecnología G-Sync/FreeSync triunfarán pues, bajo mi punto de vista, proporcionarán la mejor experiencia posible en juegos hasta la fecha. Y siempre que sea posible, huid de los paneles LED-TN y LED-VA.