El año pasado Intel decidió saltarse su tónica habitual en lo relativo a procesadores de escritorio y en lugar de lanzar la quinta generación de procesadores (Broadwell) para ordenadores de sobremesa, lo que hizo fue lanzar Haswell Refresh y Devil’s Canyon, simples actualizaciones de los chips que ya tenía en el mercado en ese entonces. Ahora Intel ha reconocido que fue un error, y a la vista están los malos resultados que les han dado en todos los ámbitos, incluyendo el financiero.
Kirk Skaugen, mánager general del grupo Client Computing de Intel, ha sido quien en la conferencia Citi Global Technology ha dicho que no lanzar procesadores Broadwell orientados a ordenadores de escritorio el año pasado fue un completo error.
“Ya mencioné que los procesadores para escritorio suponen más de 10.000 millones de dólares en ingresos para Intel, y a pesar de ello no lanzamos la quinta generación de procesadores para ordenadores de sobremesa. Hicimos un experimento, y pensamos que quizás estábamos poniendo nuevas tecnologías en el mercado a un ritmo demasiado elevado. Aunque esto fue un error, nos ahorró bastante dinero en cuanto a costes de I+D”.
Analizando los datos, ¿fue un “experimento” apropiado?
Desde que Intel comenzó a seguir el ciclo Tick-Tock allá por los días de la microarquitectura Conroe x86 (que potenció los conocidos Intel Core 2 Duo y Core 2 Quad), la compañía no tardaba más que un año y poco en lanzar nuevas novedades en el ámbito de los procesadores para PCs de escritorio.
Así, y siguiendo la ley de Moore, Intel ha venido introduciendo a ritmo regular una nueva arquitectura un año y reduciendo su litografía al siguiente, siendo lógicamente más eficiente. Así ha sido durante una década hasta que Intel decidió que en lugar de lanzar la reducción de Haswell de 22 a 14 nm (Broadwell), lanzó “Haswell Refresh” y los procesadores Devil’s Canyon como una actualización de la cuarta generación de procesadores, o lo que es lo mismo, saltándose un ciclo: pasamos de Haswell (4ª generación) a Skylake (6ª generación).
Esto provocó un importante bajón de ventas, y los ingresos de la compañía se vieron reducidos en un 22% en el sector de PC de escritorio, así que aparte del fracaso en ventas este experimento ha sido malo incluso para las finanzas de la compañía.
El futuro de los procesadores de escritorio
Como sabéis, Intel ha lanzado hace muy poco la sexta generación de procesadores de escritorio, Skylake. Pero lo más interesante vendrá el año que viene cuando AMD lance por fin la arquitectura Zen, concebida por el famoso Jim Keller, el responsable de las dos generaciones de procesador más exitosas en la historia de AMD, Athlon y Athlon64.
Teniendo en cuenta que AMD promete un 40% de incremento de rendimiento con Zen, y que Intel apenas roza el 10% de incremento de rendimiento entre generaciones, podemos atisbar que nos espera un 2016 la mar de interesante en este ámbito.