Si estás pensando en comprar un nuevo monitor o TV, seguramente estés indeciso con respecto al tipo de tecnología de panel que hay, especialmente entre las OLED y QLED. En este artículo te vamos a contar en qué consiste cada una de las tecnologías, viendo sus diferencias, y te vamos a aconsejar sobre cuál es mejor y cuál deberías comprar.
Las dos tecnologías son relativamente nuevas, pero cada vez más dispositivos las utilizan, si bien es cierto que el problema de ambas es que, al ser tan novedosas, son bastante caras y en la mayoría de los casos -especialmente en cuanto a TV- solo son aptas para bolsillos afortunados. En cualquier caso, vamos primero a ver en qué consiste cada una de ellas y, a continuación, vamos a comprar los principales parámetros de ellas para discernir cuál de las dos tecnologías es mejor a día de hoy.
La tecnología OLED
El nombre de esta tecnología viene de las siglas en inglés «Organic Light-Emitting Diode», o básicamente, LED orgánicos porque la tecnología LED sigue presente, pero en lugar de tener una matriz de luces LED de color blanco que iluminan los píxeles del panel como los monitores LED convencionales, lo que caracteriza a este tipo de tecnología es que cada uno de los píxeles que contiene el panel contiene también un pequeñísimo LED de iluminación, capaz de producir tanto la luz como el color con un único elemento, lo que permite tener unos colores mucho más puros.
En otras palabras, cada píxel produce su propia luz, lo que también significa que cuando se tiene que reproducir el color negro, no se emite luz alguna y, por lo tanto, se obtiene un negro puro, y seguramente hayáis ya escuchado hablar de que precisamente esta es la gran ventaja de las pantallas OLED con respecto a QLED y demás tecnologías. Además, al no tener una matriz de luces LED por detrás, esta tecnología es la que permite tener paneles flexibles.
¿Se degradan más rápidamente?
Como desventaja principal, esta tecnología utiliza materiales orgánicos y que, por lo tanto, tienen fecha de caducidad, son perecederos. Están lógicamente tratados para que esta fecha de caducidad sea dentro de mucho tiempo, pero también significa que no veremos televisores OLED fabricados hoy dentro de un par de décadas dado que no seguirán funcionando.
En este aspecto, la tecnología ha evolucionado mucho, sobre todo de la mano de LG, ya que ahora los paneles están mucho mejor tratados e integran regeneración de píxeles para intentar paliar el efecto de desgaste. El problema es que todavía nadie ha puesto en jaque estos paneles durante tanto tiempo, así que no sabemos si es realidad o mero marketing.
La tecnología QLED
Es una tecnología que ha sido desarrollado por parte de Samsung a principios de 2017. La idea de esta tecnología es competir con las pantallas de tipo OLED desarrolladas por parte de LG y SONY. Su denominación procede del nombre en inglés Quantum Dot LED (pese a que las siglas deberían ser QD-LED, comercialmente se ha denominado como QLED).
La principal diferencia de los paneles QLED con respecto a los OLED, es que este nuevo tipo de paneles tiene una matriz de iluminación LED trasera. Dicha matriz en vez de ofrecer una iluminación blanca, ofrece una fuente de luz azul.
Cada uno de los LED del panel OLED se activa de manera individual. Gracias a la matriz LED especial, la cual permite ofrecer colores puros específicos, ya que basan su emisión en el color, no en la combinación de colores emitidos. Mientras que el sistema Quantum Dots permite la emisión de un color dependiendo de la intensidad de la luz que incide sobre ellos desde el panel de retroiluminacion trasero. Por lo que la combinación entre luminancia y cromaticidad no es tan buena en los QLED, lo que se traduce en un espectro del color más limitado.
OLED o QLED: ¿qué tecnología es mejor?
Ahora, vamos a realizar una comparativa entre estas dos tecnologías. La elección entre un monitor o televisor OLED o QLED depende de muchos factores, como veremos a continuación.
Colores negros y contraste
El contraste es la diferencia entre la parte más oscura de una imagen y la más clara. Si un panel es capaz de entregar un color negro puro, no tiene que hacer que las partes brillantes brillen más de la cuenta para mantener un nivel de contraste. En ese sentido, los paneles OLED tienen una enorme ventaja con respecto a los QLED dado que como hemos explicado, son los únicos capaces de mostrar negros puros, dado que apagan directamente esos píxeles de la imagen.
La diferencia es tal y sobre todo teniendo en cuenta que la matriz de QLED es azul que no hay competencia posible.
Brillo
En términos de brillo la situación cambia de tornas. Dado que los paneles QLED dependen de una matriz LED por detrás (LED backlighting) tienen una gran ventaja con respecto a la intensidad de la luz que pueden emitir con respecto a esa iluminación LED individual que tienen las pantallas OLED, y, por lo tanto, el brillo máximo de estas pantallas es muy superior a la de las OLED.
No solamente es el brillo total de la imagen, es también el brillo de fondo que se consigue con este tipo de tecnología. El problema es que es fácil saturar los colores y que parezcan irreales, así que aquí tiene mucho que decir el panel y su calibración. OLED tiene buen brillo indudablemente, sobre todo debido a la diferencia en el contraste, pero QLED está por encima claramente y a la vista es más llamativo, aunque no tienen por qué ser colores reales como tal, dado que no se busca la fidelidad con QLED ni con OLED.
Espaciado de color
En estos términos, las pantallas OLED desbarataron cualquier competencia cuando salieron al mercado, no obstante, con la llegada de los paneles QLED y sus quantum dots esta situación ha cambiado. En este momento, ambos paneles tienen características similares a este respecto, así que no hay ninguna evidencia clara que pueda hacer a nadie decantarse por una u otra tecnología, ya que el espaciado de color es fantástico en ambas.
Tiempo de respuesta
Estas características son de gran interés especialmente para gamers. Aunque estos valores dependerán en gran medida de la marca y el modelo del producto final, vamos a tomar los valores típicos de cada tecnología.
El tiempo de respuesta en un panel es el tiempo que tarda un píxel en pasar de un estado a otro, y cuanto más rápido sea más nítida se verá la imagen, especialmente en escenas rápidas y de acción. En este momento, los paneles OLED son más rápidos que los QLED, y por mucho, así que la tecnología OLED gana por goleada.
Input lag
El input lag, por su parte, es el retardo que se produce entre ejecutar una acción (por ejemplo, pulsar una tecla del teclado y ver está representada en el monitor) y ver el resultado en la pantalla. Tanto la tecnología OLED como la QLED tienen un input lag muy bajo, con unas diferencias nimias que los hacen empatar en esta categoría. El problema es que actualmente hay versiones ya entradas en este año que están desempatando la tanda, pero son unos modelos solamente y para ser específicos de LG.
Estos modelos no se podrían decir que carecen de input lag, pero casi, ya que los valores tornan a cero y esto es una ventaja que irá, en teoría, aumentando para OLED frente a QLED.
Frecuencia de refresco
Llegamos a la frecuencia de refresco, que se refiere al número de veces por segundo que se actualiza la imagen en la pantalla. En circunstancias normales, un panel usará una frecuencia de 60 Hz, o a veces el doble, 120 Hz. Algunos juegos pueden utilizar VRR (Variable Refresh Rate), siendo variable dicho valor. En cualquier caso, en este apartado vuelven a ganar los paneles OLED y por mucho.
Ángulos de visión
Con las pantallas QLED, el mejor ángulo de visión es el centro y la calidad de la imagen se va desvaneciendo según nos vamos moviendo hacia los lados. Aunque hay diferencias entre modelos, en todos es algo notable. Sin embargo, las pantallas OLED pueden verse con el 100% de su nitidez en ángulos de hasta 84 grados. No es que sea una maravilla con respecto a los LED-IPS, pero comparando estas tecnologías, las OLED vuelven a ganar por mucho.
Tamaño
Si lo que buscas es una pantalla de grandes dimensiones (en este caso sería una TV más que un monitor), en este caso ganan las pantallas QLED. Inicialmente, las pantallas OLED estaban muy limitadas y las más grandes tenían tan solo 55 pulgadas, si bien es cierto que hoy en día ya hay modelos de 88 pulgadas.
Por su parte, las pantallas QLED directamente no tienen limitaciones de tamaño, y actualmente las hay de 98 pulgadas (que cueste 80.000 euros ya es otra cosa), pero podría haberlas de más.
Tiempo de vida y burn-in
Según LG, las pantallas OLED podrían aguantar un uso de 5 horas al día todos los días durante 54 años antes de que su brillo máximo llegara al 50% de lo que tenían de fábrica. No obstante, ya sabéis que luego los datos reales son muy inferiores. Por su parte, la tecnología QLED depende de su matriz LED, pero se ha probado que es muchísimo más duradera de lo que promete LG con las OLED.
Por su parte y en cuanto al «quemado de imagen» o burn-in, las pantallas OLED ya están teniendo algunos problemas al respecto, y las QLED directamente no son susceptibles a este «fallo». Además, al tener componentes orgánicos, ya hemos comentado que tienen fecha de caducidad (relativamente).
Consumo de energía
Los paneles OLED son extremadamente finos y carecen de retroiluminación LED aparte, por lo que a diferencia de los QLED requieren bastante menos energía para funcionar (en torno a un 40% menos en igualdad de tamaño), y por lo tanto son también más eficientes. Un punto que ante el aumento del precio de la luz es importante y más teniendo en cuenta el consumo de los grandes paneles.
Precio
Inicialmente, los paneles OLED eran extremadamente caros, pero su precio ha ido bajando paulatinamente con el paso del tiempo desde su lanzamiento. Por su parte, las pantallas QLED hace relativamente poco que se han lanzado al mercado, y todavía tienen precios elevados. A igualdad de tamaño de pantalla, los OLED son más económicos (aunque ambas tecnologías son bastante caras a día de hoy).
El veredicto: ¿OLED mejor que QLED?
Ya lo hemos visto, punto por punto. Ambas tecnologías proporcionan una calidad de imagen extraordinaria, pero técnicamente las pantallas OLED son superiores a las QLED en la mayoría de los aspectos y, sobre todo, en los que más importan en realidad. Por lo tanto, a día de hoy es mejor comprar un monitor o TV con pantalla OLED que QLED, pues la una supera a la otra en casi todo.
Característica | Ganador |
---|---|
Contraste | OLED |
Brillo | QLED |
Espacio de color | Empate |
Tiempo de respuesta | OLED |
Input Lag | OLED |
Frecuencia de refresco | OLED |
Ángulo de visión | OLED |
Tamaño | Empate |
Tiempo de vida | QLED |
Consumo eléctrico | OLED |
Precio | OLED |
Además, cuando el precio es un impedimento, pero, aun así, quieres ir a por una pantalla de altas prestaciones, los modelos OLED son más baratos que los QLED y eso siempre es una gran ventaja, ya que incluso a igualdad de presupuesto podrás optar por modelos de mejores especificaciones técnicas.
Poco a poco las pantallas OLED se van estandarizando y su uso en los nuevos modelos de portátiles y paneles de monitores va en aumento. Lo cual no es de extrañar, dado que la propia Samsung ha decidido apostar por este tipo de tecnologías y empezar prescindir de las tecnologías de panel LCD que se llevan usando desde hace años en monitores. Por lo que hemos entrado en una transición en la que poco a poco los monitores QLED desaparecerán de las tiendas.
Cabe destacar que estas dos tecnologías son bastante raras en los monitores gaming. El motivo es que los monitores para jugar tienen elevadas tasas de refresco y en esos casos estos tipos de paneles no son los mejores. Además, también están los tiempos de respuesta, que son superiores a los de los paneles más habituales para monitores gaming y por lo tanto no son los más aconsejables porque la imagen, en ocasiones, provoca el famoso efecto ghosting, que va dejando una extraña estela a medida que las imágenes se mueven por lo que resulta complicado jugar con precisión, sobre todo en desarrollos donde es importante estar atentos a lo que ocurre en pantalla. Obviamente en estos modelos ese ghostimg no es tan acusado como en los primeros monitores y televisores planos que conocimos hace años, pero no alcanzar a los límites que ofrecen otros modelos mucho más enfocados a ser compatibles con videojuegos para consolas.