Con cada nueva generación, los SSD se están haciendo cada vez más y más rápidos, y aunque la verdadera revolución llegó con los primeros modelos de interfaz PCIe 3.0 frente a los SATA, con cada nueva generación a partir de ahí se ha ido prácticamente duplicando el rendimiento. En el día de hoy os vamos a mostrar de primera mano nuestro análisis del PNY CS3150, un SSD PCIe 5.0 especialmente interesante por el hecho de contar con un disipador integrado que, sin ser demasiado voluminoso, incorpora dos ventiladores para proporcionar refrigeración activa a la unidad y que así pueda ofrecer siempre el máximo rendimiento sin tener que preocuparse de la temperatura.
Ciertamente, no estamos ante el primer SSD PCIe 5.0 con ventilador que llega a nuestras manos, y las pegas de este tipo de dispositivos siempre han sido (para nosotros) dos: primero, que el ventilador o ventiladores no toman la energía del propio conector del SSD sino que hace falta conectarlos a un conector de ventilador de la placa base, teniendo además un cable por ahí en medio, y segundo que al ser ventiladores muy pequeños suelen ser bastante ruidosos. Veremos qué pasa con este PNY CS3150.
PNY CS3150, especificaciones técnicas
PNY CS3150 | |
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Factor de forma | M.2 2280 |
Interfaz | PCIe 5.0 x4 NVMe 2.0 |
DRAM | No |
Capacidades | 1 y 2 TB |
Controladora | Phison PS5026-E26-52 |
Tipo de NAND | TLC 3D |
Soporte | S.M.A.R.T. TRIM NCQ DevSleep Garbage Collection Algoritmo ECC LDPC |
Cifrado | TGC OPAL 2.0 |
Lectura secuencial | 1 TB: Hasta 11.500 MB/s 2 TB: Hasta 12.000 MB/s |
Escritura secuencial | 1 TB: Hasta 8.500 MB/s 2 TB: Hasta 11.000 MB/s |
Lectura aleatoria | N/A |
Escritura aleatoria | N/A |
Durabilidad | 1 TB: 700 TBW 2 TB: 1.400 TBW |
Consumo | N/A |
Temperatura de funcionamiento | 0 - 70 ºC |
Dimensiones | 76 x 23.5 x 17.5 mm |
Peso | N/A |
Garantía | 5 años |
Antes de nada, hay que decir que PNY es bastante críptica en cuanto a las especificaciones técnicas de este SSD. Para empezar, tanto en la web del fabricante como en el propio embalaje del SSD dice que ofrece hasta 11.500 MB/s de lectura y 8.500 MB/s de escritura, pero luego en la nota de prensa que enviaron en su momento y en el propio embalaje (es decir, en el embalaje dicen dos cosas distintas) dice que alcanza los 12.000 MB/s de lectura y 10.000 MB/s de escritura secuencial. La realidad es que se han liado un poco, y como podéis ver en la tabla de especificaciones su rendimiento depende de la capacidad, pues está disponible en tamaños de 1 y 2 TB.
PNY tampoco da información sobre el rendimiento de lectura y escritura aleatorios (IOPS), y para conocer la durabilidad del SSD tienes que irte a su página de garantía. En cualquier caso, tenemos que la unidad de 1 TB tiene 700 TBW y la de 2 TB el doble, 1.400 TBW, una durabilidad que aunado a los 5 años de garantía que dan los aseguran que el SSD seguramente sobreviva sin problemas al resto del hardware del PC en el que decidas instalarlo.
Este SSD «entendemos» que es DRAM-less, es decir, no tiene caché DRAM integrada porque el fabricante no lo indica. De igual manera tampoco indica cuál es la controladora ni qué chips de memoria utiliza, pero como veremos más adelante cuando lo desmontemos, usa la misma controladora Phison PS5026-E26 de, por ejemplo, los Corsair MP700, al igual que sus chips de memoria son TLC 3D fabricados por Micron Technology.
En cualquier caso, estamos ante un SSD en formato M.2 con interfaz PCI-Express 5.0 y protocolo NVMe 2.0, por lo que es de hecho de los más rápidos del mercado a pesar de lo que hemos comentado antes. Estos SSD suelen calentarse mucho, pero PNY ha instalado un disipador de tamaño grande (aunque no tan grande como otros que hemos visto en esta misma categoría) que incorpora dos pequeños ventiladores para refrigerarlo activamente, aunque eso sí, como suele pasar necesitaremos conectar un cable a un conector de ventilador de 4 pines de la placa base para que funcionen.
Unboxing y análisis externo
El PNY CS3150 viene embalado en una caja de cartón duro y color blanco de forma rectangular, en cuya cara frontal podemos ver una imagen del dispositivo acompañada de la marca, el modelo y su rendimiento teórico en lectura y escritura secuenciales. También destacan su «refrigeración extrema», sus 5 años de garantía y que se trata de un modelo de 1 TB de capacidad «Gen 5», es decir, PCIe 5.0.
En la parte trasera, el fabricante ha aprovechado el precinto para poner ahí los logos de cumplimiento y el código de barras del producto, pero es en un lateral donde nos ponen sus especificaciones técnicas.
Abrimos la caja, y nos topamos directamente con el SSD perfectamente protegido por un bloque de poliestireno expandido de color negro (en la parte interna de la caja también tiene para proteger la parte de arriba). No hay accesorios ni ningún tipo de documentación junto con este SSD, ni tan siquiera un tornillo para anclarlo al zócalo M.2 de la placa base (por fortuna la mayoría de placas lo incluyen entre sus accesorios).
Aquí podéis ver el PNY CS3150 ya fuera de su embalaje; se puede apreciar a simple vista el disipador de tamaño considerable (diríamos honestamente que es mediano, la verdad) con un ventilador a cada lado y el cable que sale para poder darle alimentación a los ventiladores.
El SSD también tiene backplate (y además con thermal pad), y en este han puesto la etiqueta identificativa del producto.
El cable no es demasiado largo (ni falta que hace) y termina en un conector PWM de 4 pines. Con un poco de suerte es PWM de verdad, lo que significaría que los ventiladores no estarán siempre a tope haciendo un ruido infernal sino que funcionarán en consonancia con la temperatura del dispositivo. Veremos.
Retirando dos tornillos a cada lado podemos desmontar el disipador, que como podéis ver tiene un thermal pad también en este lado y nos deja ver directamente el PCB con la controladora y los chips de memoria NAND Flash.
Aquí tenéis más de cerca la controladora Phison PS5026-E26 y los chips de memoria TLC 3D fabricados por Micron.
Visto el dispositivo, vamos a proceder a montarlo y ver qué tal funciona.
Probando el rendimiento del PNY CS3150
Antes de proceder a mostraros las pruebas de rendimiento, hay que comentar un tema importante: este es un SSD PCIe 5.0, y la mayoría de placas base modernas -incluso las de gama alta- solo tiene un zócalo compatible con esta versión de la interfaz, lo que significa que normalmente no podremos elegir dónde instalar el SSD sino que tendremos que hacerlo en el único lugar posible. La parte mala es que, como es nuestro caso, ese zócalo M.2 PCIe 5.0 es el más cercano a la CPU.
¿Por qué este aspecto es importante? Porque el PNY CS3150 tiene un disipador moderadamente grande y del que además sale un cable, y como va en el zócalo M.2 que está físicamente ubicado entre el socket del procesador y el primer PCIe para la tarjeta gráfica, su tamaño podría dar problemas de compatibilidad y la canalización del cable podría también darnos algún quebradero de cabeza. En nuestro caso no hemos tenido ningún problema porque hay espacio de sobra y además la placa tiene un conector de ventilador justo al lado, pero no tiene por qué ser así en todas las placas. En la siguiente imagen podéis ver lo «justo» que queda entre el disipador de la placa base, el del procesador y la tarjeta gráfica.
Dicho esto, vamos allá con las pruebas de rendimiento. Para analizar este PNY CS3150 hemos utilizado el siguiente hardware (el habitual):
- Intel Core i9-14900K.
- Corsair A115.
- ASUS ROG STRIX Z790E Gaming WiFi 2.
- 2×16 GB Corsair Vengeance RGB DDR5-6000 MHz.
- NVIDIA GeForce RTX 4060 Ti FE.
- TeamGroup Cardea A440 Pro 2 TB (SSD de sistema).
- Corsair Obsidian 4000D Airflow.
- be quiet! Straight Power 12 1000W.
Como hemos mencionado hace un momento, el SSD de PNY está instalado en el zócalo M.2 PCIe 5.0 de la placa base, ubicado justo entre el socket y el primer PCIe de la gráfica. El sistema operativo utilizado ha sido Windows 11 Pro x64 con todas las actualizaciones instaladas.
Antes de proceder con los benchmarks de rigor, debéis saber que PNY tiene una aplicación llamada SSD Toolbox que nos permitirá comprobar información y el estado de salud de la unidad, así como forzar que se ejecute el comando TRIM para optimizar su funcionamiento, realizar un borrado completo de la unidad o actualizar su firmware.
Por este último motivo, antes de nada ejecutamos la aplicación (que no requiere instalación) para ver si hay un firmware más nuevo del que nos ha venido de fábrica.
Como no hay una versión de firmware más moderna, vamos ahora sí con las pruebas. Para probar el rendimiento de este SSD de PNY comenzamos como siempre con CrystalDisk Mark, que es seguramente el benchmark de referencia para medir la velocidad de lectura y escritura; este ha sido el resultado.
Pues al final, parece que esos datos confusos que da PNY en las especificaciones técnicas del SSD no son correctos ni en uno ni en otro caso. La velocidad de lectura de este PNY CS3150 es de unos 11.600 MB/s, mientras que la de escritura sobrepasa los 9.500 MB/s, en ambos casos mejorando a la hora de la verdad lo que el fabricante decía sobre el papel. Incomprensible, pero así son las cosas.
Con AS SSD Benchmark vamos a realizar una prueba similar a la de CrystalDisk Mark pero utilizando otros algoritmos y, además, asignándole una puntuación arbitraria.
En este caso los datos que nos da este benchmark son bastante peores y rondan los 8.500 MB/s tanto de lectura como de escritura, datos que siguen siendo geniales y que superan por bastante el rendimiento que da un SSD PCIe 4.0. Además, a modo de comparativa, al Corsair MP700 Gen 5 le ocurrió exactamente igual en esta prueba, pero su puntuación fue de 4.047 puntos en lectura y 6.497 puntos en escritura, totalizando 12.645 puntos y quedando bastante por debajo de este SSD de PNY.
Este benchmark tiene dos sub pruebas, la primera de ellas para medir la velocidad de transferencia en diferentes ámbitos.
Aquí el Corsair MP700 Gen 5 tardó 0,22 segundos, 0,76 segundos y 0,35 segundos respectivamente, por lo que de nuevo vemos que este SSD de PNY lo supera en todo.
Para terminar con AS SSD, queda ver la prueba de trabajo con archivos no comprimibles, un ámbito en el que todos los SSD del mercado suelen tener problemas.
Aquí podemos ver que por algún motivo la velocidad de lectura empieza muy abajo pero luego sube y se estabiliza en torno a los 8.700 MB/s, mientras que la de escritura empieza fuerte pero tiene varios bajones, dos de ellos bastante pronunciados, pero está más o menos en los 8.800 MB/s. Con todo, parece que el SSD aguanta bastante bien el tipo con estos archivos no comprimibles.
Veamos ahora cómo funciona este SSD con distintos tamaños de archivo, porque todas las unidades de almacenamiento sufren más con archivos de pequeño tamaño y su velocidad es bastante reducida con estos. Para medirlo, vamos a usar ATTO Disk Benchmark.
Obviamente, con archivos pequeños el SSD las pasa canutas, pero a partir de 8 KB ya empieza a ofrecer velocidades por encima de 1,5 GB/s que está muy bien. Ya a partir de archivos relativamente grandes (64 KB) ofrece prácticamente su máximo rendimiento de lectura y escritura.
Para terminar con la batería de pruebas, nos queda probar esta unidad con Anvil Benchmark, una utilidad que tiene ya sus años (es de 2014) pero sigue siendo referente para ver el rendimiento de las unidades SSD, especialmente por su medición aleatoria en IOPS.
El rendimiento está honestamente por debajo de lo esperado, pero al final como cada benchmark utiliza sus propios algoritmos para medir el rendimiento pues es normal que esto suceda a veces. También vemos que el SSD ofrece un máximo de 305K IOPS de lectura y 624K IOPS de escritura, datos que el fabricante no nos daba en las especificaciones técnicas.
Ruido y temperatura
Un SSD como este que incorpora un disipador con refrigeración activa puede llegar a hacer bastante ruido, especialmente por el hecho de que incorpora dos pequeños ventiladores que girarán muy rápido y por ende harán bastante ruido, al menos a priori. Sin embargo, en el caso de este SSD de PNY y a diferencia de muchos otros, el conector de los ventiladores es estándar de 4 pines y no un MOLEX o un SATA de alimentación a lo bruto, que simplemente los haría funcionar al máximo siempre.
El caso es que durante nuestras pruebas, no hemos visto que la velocidad de los ventiladores se haya ido adaptando al calor de la unidad, al menos no que pudiéramos apreciar a simple vista. Lo que sí podemos deciros es que los ventiladores emiten un ruido ligeramente agudo pero bastante suave, y con el equipo en funcionamiento y la tapa lateral de la caja cerrada prácticamente ni se nota. Dicho de otra manera, no es demasiado ruidoso.
En cuanto a la temperatura, la unidad en reposo se mantiene a una temperatura de entre 27 y 35ºC según CrystalDisk Info.
Ya en funcionamiento y cuando le empezamos a dar caña el SSD ha llegado a tocar los 65ºC, pero nunca lo hemos visto pasar de ahí. Eso es estresándolo al máximo con benchmarks muy exigentes, pero en una utilización normal (por ejemplo jugando) se mantiene a unos más que aceptables 48-58ºC.
Conclusión y veredicto
Para ser honestos, la primera impresión que nos dio este SSD con disipador de doble ventilador lo primero que pensamos es que iba a ser bastante ruidoso, pero nos llevamos la grata sorpresa de que no era así, o al menos no tanto como esperábamos. Silencioso desde luego tampoco es, pero el nivel sonoro que emite es aceptable y más si tienes la caja del PC cerrada y relativamente alejada de ti. Además, como hemos podido comprobar el disipador que PNY ha instalado en este CS3150 es bastante efectivo a la hora de eliminar el calor generado, y no hemos tenido ningún problema de temperatura.
Ahora bien, en términos de rendimiento tampoco es que estemos ante el SSD más rápido del mercado, aunque sí que podemos afirmar que se ha comportado bastante bien, y en líneas generales es un digno competidor de los SSD PCIe 5.0 que hay ahora mismo en el mercado, si bien es cierto que como SSD PCIe 5 es bastante caro (no está en tiendas como Amazon, pero buscando un poco en Internet se puede encontrar por unos 220€ esta unidad de 1 TB de capacidad).
Por todo ello, consideramos que es merecedor de nuestro galardón de Oro, y lo recomendaríamos por su diseño ya que su disipador no es demasiado grande y además tampoco es muy ruidoso.