Una de las particularidades de los monitores es que en los últimos años no solo han ido apareciendo monitores con la capacidad de mostrar más píxeles en el mismo panel, sino también con mejor colorimetría y a una frecuencia cada vez más alta. Pues bien, sobre ello vamos a hablar en este artículo, en concreto acerca de los nuevos monitores de 540 Hz que se han presentado muy recientemente. ¿Tiene sentido alcanzar dichas tasas de refresco tan altas?
En este artículo no os vamos a hablar de ninguna marca en particular. Si no de la forma en la que los fabricantes de monitores consiguen tasas de refresco cada vez más grandes en sus monitores y, por tanto, cuál es el secreto para llegar a los 540 Hz como ya han llegado algunos monitores que se ha presentado recientemente en el mercado.
Tasas de refresco, hercios y tiempos de fotograma
La gran mayoría de las personas se encuentran jugando en su televisor con paneles de 60 Hz a su juego favorito, en PC tenemos paneles de 144 e incluso 165 Hz, en especial en muchos portátiles gaming. Esa es la velocidad en la que el panel puede mostrar una imagen completa. Por el momento, la única utilidad para los paneles de alta frecuencia es el de la VR y los eSports, por el hecho que hay una sensación de inmediatez a la respuesta de nuestros movimientos durante la experiencia de juego.
Hz | 1/Hz (ms) |
---|---|
60 | 16,66 ms |
72 | 13,88 ms |
120 | 8,33 ms |
144 | 6.94 ms |
165 | 6.06 ms |
240 | 4,16 ms |
360 | 2,77 ms |
540 | 1,85 ms |
Ahora bien, la tasa de refresco no es más que la inversa del tiempo invertido en generar cada uno de ellos. Claro está que, si hablamos de tiempo de fotograma, entonces estamos hablando que cuanto más baja es la cifra, entonces mejor, esto no es nada intuitivo. Por lo que se acaba usando con respecto al mercadeo de los monitores, el concepto de los Hz en la tasa de refresco. Claro está que todo ello tiene truco y lo mejor es expresarlo en una tabla ordenada donde podéis ver cuál es el tiempo que dura cada fotograma en pantalla según la tasa de refresco.
Rendimientos decrecientes
Ahora bien, la trampa está en que cada salto en la tasa de refresco, pese a que nos parece un número cada vez más grande, realmente no es así, sino que es inferior al anterior. Por ejemplo, si tenemos que escoger entre un monitor de 240 Hz y uno de 360 Hz, entonces veremos que la reducción en el tiempo de frame es solo del 33%. En el caso de lo que hagamos de los 360 HZ a los 540 Hz, entonces la reducción es la misma. Mucho menor que pasar de 60 Hz a 120 Hz, donde el tiempo se reduce en un 50%, es decir, a la mitad.
¿Y por qué es importante esto? Pues por el hecho que se llega al punto en que los usuarios no notan la diferencia de saltar de una frecuencia a otra, o, mejor dicho, saltar desde una muy baja a otra muy alta, sí que supone un cambio evolutivo, pero hacer el salto entre dos muy cercanas no. Sin embargo, el otro tema son los tiempos de respuesta de los píxeles, lo cual es otra elemento a tener en cuenta y que los fabricantes de monitores no suelen tener en cuenta.
El secreto de los 540 Hz, el tiempo de respuesta
Por lo que entenderéis que el hecho de tener una tasa de refresco alta, supone que el tiempo de respuesta de los píxeles sea más bajo y he aquí el secreto de las pantallas a 540 Hz. Simple y llanamente si bajas el tiempo de respuesta, ese tiempo que ganas te permite aumentar la cantidad de imágenes que muestras por segundo. La mayoría de monitores tienen tiempos de respuesta de 1 ms, sin embargo, si yo quiero alcanzar los 240 Hz, eso son esa cantidad de cambios y, por tanto, 240 ms de un segundo ocupados solo en hacer el cambio de color de los píxeles, no en mostrar la imagen.
De ahí a que tengan que desarrollar nuevas tecnologías para que los tiempos de respuesta sean cada vez más bajos. Técnicamente, estamos hablando de apagar y encender millones de pequeñas «bombillas» en un espacio reducido, sin aumentar el consumo energético y hacerlo cada vez más rápido. El trabajo en ingeniería que hay detrás de ello es titánico y no se suele valorar por la falsa perspectiva que tenemos de que nos hablen de Hz.
¿Realmente notan nuestros ojos los 540 Hz?
Si habéis tenido la suerte de jugar a un juego como Counter Strike a una pantalla de 120 Hz o más y con el juego a dicha tasa de frames entonces habréis visto un cambio importante respecto a jugarlo a 60 FPS, en especial en la respuesta entre el movimiento de nuestro ratón y lo que vemos en el juego. Es decir, hay una inmediatez en las reacciones que capta nuestro cerebro. Para que lo entendáis mucho mejor, no se trata de contar frames, sino del efecto que tiene en nuestro cerebro y la forma de percibir los juegos.
La pregunta clave es saber si por ejemplo a 540 Hz vamos a notar la diferencia respecto a 120 Hz a la hora de experimentar un videojuego con un monitor de dicha frecuencia y si dicho salto resulta en una diferencia palpable. No la cantidad de frames que capta nuestra vista lo importante, ya que nosotros no vemos la realidad por fotogramas, sino como un continuo. Más bien es como cambia la percepción del juego para nosotros.
Un detalle, un corredor de Fórmula 1 o categorías inferiores tiene su cerebro preparado y entrenado para reaccionar a tiempos de respuesta clave. A unas velocidades mucho más altas que la que se tiene en los juegos, por lo que el ser humano sí que tiene esa capacidad de reacción, aunque al igual que no todo el mundo tiene la misma capacidad de visión, también unos pocos privilegiados tienen ducha capacidad