El monitor es el dispositivo de salida por antonomasia y al contrario que el ratón y el teclado, este se encuentra en constante evolución con nuevos tipos de panel, resoluciones más altas, mejores tasas de frames por segundo y mejor representación del color. Sin embargo, no serán las únicas tecnologías que marcaran a los monitores del futuro.
Hoy en día no paramos de ver aplicaciones de la llamada inteligencia artificial en varios aspectos de la informática. Esto ha hecho que nos preguntemos cómo se pueden beneficiar los monitores a los que conectamos nuestros PC y la forma en la que se produciría dicha evolución. ¿Las conclusiones a la que hemos llegado? Pues una serie de mejoras en ellos que podrían cambiar por completo la forma en la que interactuamos con la pantalla de nuestro ordenador.
La clave de todo, la circuitería interna de los monitores
Todo monitor tiene una circuitería interna que es la que se encarga de gestionar la señal de vídeo que le llega desde la salida de vídeo de la tarjeta gráfica. Ya sea que esta sea DisplayPort, HDMI o cualquier otro tipo de conexión. Por lo que dispone en su interior de un chip o varios chips encargados de realizar dichas funciones básicas. No solo tenemos la circuitería de la fuente de alimentación del dispositivo, sino en medio de la misma un chip al cual llamamos controlador LCD u OLED, dependiendo del tipo de pantalla que usemos, aunque el funcionamiento de este es igual en ambos casos. Cuyo trabajo no es otro que leer la información de la señal de vídeo y decide que píxeles se activan y cada cuento se activan.
Esto nos lleva al concepto del Pixel Clock, que nos dice cuantos píxeles puede manejar un monitor por segundo. Si tenemos uno Full HD, entonces con una frecuencia de 60 Hz, entonces la velocidad del Pixel Clock resultara de multiplicar 1920 x 1080 por 60. Lo que nos da 124 MHz. Por lo que como podréis entender, los monitores a 4K y con frecuencias de refresco muy altas tienen un Display Driver que alcanza velocidades de reloj muy altas. Por ejemplo, un 4K a 240 Hz puede rozar los 2 GHz, es decir, la velocidad típica de un procesador.
Obviamente, el funcionamiento de este chip es bastante simple y sencillo y no requiere más complicaciones, sin embargo, hay un tipo de monitores que tienen una circuitería mucho más compleja, qué se han popularizado en los últimos años y cuyo funcionamiento interno se convertirá en la base para los modelos del futuro.
La televisión inteligente es la base
Las Smart TV no son más que monitores que integran dos elementos adicionales, para empezar la circuitería necesaria para conectar la televisión a la señal digital terrestre, que es por donde se emiten los canales, cada vez más en desuso, convencionales. El otro elemento es la circuitería de un teléfono móvil, la cual permite ejecutar aplicaciones, pero adaptadas a su uso en televisores. Son estos elementos extras los que hacen que comprar un televisor resulte más caro que un monitor cuando ambos son del mismo tamaño y tipo de panel.
Sin embargo, la circuitería que utilizan es sumamente sencilla, muchas de las Smart TV no tienen procesadores mucho mejores que un móvil de gama baja o media en cuanto a capacidad. Tampoco necesitan más para sus funciones, pero al mismo tiempo tenemos el hecho de que si o sí han de ir haciendo que estos chips sean cada vez más complejos, superando lo que realmente requiere el dispositivo y bien podrían quedarse ahí. Claro está, que también se abre la posibilidad de añadir funciones que antes no eran posibles en un monitor convencional.
¿Qué funciones adicionales se agregarán de serie?
Para entender cuál será la evolución de los monitores para PC hemos de partir del hecho de que hay ciertas tecnologías que se han visto en las Smart TV que realmente tienen su utilidad en monitores. Sin embargo, no se pueden implementar tal cual como se ha hecho en televisores, dado que su implementación no es lo suficientemente buena para su uso con un ordenador.
¿A qué nos referimos? Pues al hecho de que la evolución del simple controlador LCD a un procesador con cara y ojos va a traer consigo una serie de funciones adicionales, entre las que nos encontraremos:
- Escalado automático de resolución: lo cual consiste en que si una señal de vídeo va a una resolución distinta a la del monitor que está, se transforme para adaptarse a la resolución nativa.
- Interpolación de frames: para la creación de fotogramas de más. Las tarjetas gráficas serán las que harán este trabajo en general, pero dicha opción también se encontrará disponible en los monitores.
- Calibración de color automática: lo cual es ideal para diseñadores gráficos.
Entre muchas otras y todo gracias a que el chip encargado de gestionar la imagen en el monitor acabará evolucionando y con ello se podrán añadir dichas funciones extras. Muchas de ellas ya se encuentran en las Smart TV de alta gama desde hace años, y sinceramente, creemos que acabarán llegando a los monitores de PC como funciones adicionales, aunque las que os hemos mencionado no son las únicas.