Es bastante habitual, especialmente para aquellos usuarios que están actualizando su PC gaming, el comprar un nuevo monitor buscando unas mejores especificaciones técnicas que te permitan disfrutar más de la experiencia gaming y sacarle el máximo partido al hardware del PC. Sin embargo, ¿y si te decimos que quizá no tengas el monitor configurado adecuadamente para ello?
Es una situación bastante habitual: tienes un PC gaming con un monitor bastante estándar, digamos que Full HD y a 60 Hz. Decides comprar un monitor mejor, por ejemplo un Full HD de 240 Hz para tener una mejor experiencia en juegos y que todo funcione mucho más fluido, y cuando estás jugando normalmente así es. Sin embargo, es posible que ni te hayas molestado en tocar la configuración del monitor para asegurarte de que todo está bien, y que en realidad no le estés sacando todo el partido que podrías…
Comprueba la configuración del monitor
Especialmente cuando tenías un monitor y lo has cambiado por otro mejor (es decir, que no se trata de un equipo nuevo sino que es el mismo PC pero con otro monitor), hay ocasiones en las que el sistema operativo hereda la configuración del anterior. De esta forma, puede que en los juegos sí que esté funcionando a todo lo que da el nuevo monitor, pero en cuanto los cierras la cosa cambia.
Por este motivo, a continuación te vamos a mostrar qué parámetros de su configuración deberías revisar para que el monitor siempre funcione al máximo de sus prestaciones incluso cuando no estás en juegos.
Comprueba su frecuencia de refresco
Para empezar, deberías comprobar que está configurado con la frecuencia de refresco máxima del monitor en el propio sistema operativo, ya que de esta manera no solo los juegos te funcionarán más fluidos, sino que puedes tener esta misma experiencia de fluidez incluso cuando estás en el escritorio.
Para comprobarlo, haz clic con el botón derecho del ratón en un espacio vacío del escritorio y selecciona «Configuración de pantalla». En la ventana que se abre (aquí por cierto es donde también encontraréis la opción para activar y desactivar HDR si el monitor es compatible), baja abajo del todo y pulsa sobre «Pantalla avanzada».
Como puedes ver en la captura que hemos colocado justo encima de estas líneas, en la parte superior podrás seleccionar el monitor que quieres configurar (en el caso de que tengas varios), y en la parte inferior podrás cambiar su frecuencia de refresco. Es habitual que, si por ejemplo has pasado de un monitor de 60 Hz a 165 Hz, en Windows se quedara esa configuración de 60 Hz… bien, pues aquí es donde la podrías cambiar para disfrutar de 165 Hz incluso en el escritorio (creednos que el cambio se nota bastante en cuanto a la fluidez).
Configuración de la profundidad de color
Pero eso no es todo… actualmente es bastante estándar tener un monitor con profundidad de color de 8 bits, pero también hay muchos monitores que tienen 10 bits de profundidad. Para cambiar esta configuración, en el mismo sitio que os mostramos en el paso anterior puedes ver que pone «Mostrar las propiedades del adaptador de pantalla 1», así que pulsa sobre ello y en la ventana que se abre pulsa sobre «Mostrar todos los modos».
Como te mostramos en la captura de arriba, ahí te saldrá un listado donde podrás seleccionar la resolución, la profundidad de color y de nuevo los hercios a los que funciona el monitor (en el caso de que como en nuestro caso el monitor no sea compatible con 10 bits no saldrá, pero si lo es, es aquí donde encontraréis esta configuración).
Configuración de G-Sync y FreeSync
En el caso de que tu nuevo monitor sea compatible con la tecnología de frecuencia de refresco variable (como G-Sync de NVIDIA o FreeSync de AMD), también es una configuración que tendrás que modificar a mano para que funcione. En el caso de NVIDIA, haz clic derecho en un espacio vacío del escritorio y abre el Panel de Control de NVIDIA. Luego, en el menú de la izquierda debes pulsar sobre «Configurar G-SYNC«.
En este apartado, asegúrate de que tu monitor tiene marcada la casilla de configuración «Activar G-SYNC, compatibilidad G-SYNC», y nosotros recomendamos también marcar la opción que veis en la captura para que funcione no solo cuando jugamos en pantalla completa, sino también en modo ventana.
En el caso de FreeSync para gráficas AMD, el procedimiento es bastante similar: debes acceder a Radeon Software de AMD, y desde el menú principal debes pulsar sobre Pantalla.
Como puedes ver, ahí tienes la opción de activar Radeon FreeSync para que esta tecnología funcione.