Muchas veces os hemos hablado sobre que la ergonomía del monitor es un aspecto fundamental para sentirte más cómodo utilizando el PC durante largos periodos de tiempo y evitar cansancio y dolores en el cuerpo, y para ello un brazo para monitor puede ser un gran aliado. Sin embargo, no deberías lanzarte a comprar cualquier brazo de monitor sin antes tener en cuenta ciertos factores sobre los que te vamos a hablar a continuación.
Un brazo para monitor es una poderosa herramienta para poder colocar la pantalla prácticamente en cualquier posición. Generalmente, se anclan a la mesa o a la pared y, a su vez, a la parte trasera del monitor, y como contienen partes móviles podrán suplir las carencias que tienen los soportes estándar de monitor, pues podrás ajustar altura, giro y podrás colocarlo virtualmente en cualquier posición.
No compres un brazo para monitor sin antes leer esto
Como es de suponer, lo primero que debes tener en cuenta es si tu monitor es compatible con un brazo, y para ello simplemente deberás comprobar que tiene compatibilidad VESA. Esto puedes comprobarlo en las especificaciones del monitor, pero también puedes simplemente mirar si por detrás tiene los habituales cuatro agujeros que te permitirán atornillar el soporte. En monitores normales de PC, generalmente serán VESA 100 (con 10 cm de separación) o VESA 75 (con 7,5 cm de separación).
También deberías fijarte en que el fabricante del brazo siempre indicará el tamaño máximo de pantalla que soporta, así como su peso. Asegúrate de que tu monitor no excede ninguna de las dos cosas, ya que de lo contrario el mecanismo del brazo podría no soportar el peso y bajarse solo por ello.
El segundo factor a tener en cuenta, y siguiendo con la compatibilidad, es el tipo de anclaje a mesa o a pared del brazo. Normalmente, la mayoría de brazos para monitor de PC se anclan a la mesa (los de pared son más bien para TV mucho más grandes) y cuentan con un sistema adaptable a cualquier grosor; el problema radica en que entre el peso del brazo y el peso del monitor, podrías quebrar la mesa si ésta no tiene cierto grosor o si utiliza contrachapado o aglomerado en lugar de ser maciza. Normalmente, el fabricante del brazo te indicará el grosor mínimo que tiene que tener la mesa, pero suele ser de al menos 1,5 cm si es de madera maciza o 3 cm si es de compuesto aglomerado.
Tener estos dos factores en cuenta es crucial para no llevarte un «chasco» y que tu monitor no sea compatible o que tu mesa no aguante el peso, pero a la hora de comprar un brazo para tu monitor hay más cosas que tener en cuenta, como la distancia máxima a la que vas a colocar el monitor… ten en cuenta que los brazos tienen una longitud máxima a la que llegan, pero también una mínima; con esto queremos deciros que el brazo generalmente está compuesto de dos o tres partes móviles que suben, bajan y rotan, y si por ejemplo tu mesa está contra la pared, estos movimientos quedarán limitados.
Finalmente, otros aspectos ya más secundarios a tener en cuenta pero que nosotros personalmente os animamos a considerar son:
- Si el brazo cuenta con canalizaciones para los cables, algo importante ya que el movimiento del propio brazo puede hacer que los cables queden demasiado tirantes o incluso podrían llegar a forzar su posición.
- Si el brazo cuenta con un mecanismo hidráulico, ya que no solo facilitará el movimiento del monitor a la posición deseada, sino que también servirá para no tener que apretar con tornillos los mecanismos para dejarlo fijo en la posición que queremos.