Los FPS (Frames Por Segundo) son el número de imágenes que nuestra pantalla es capaz de reproducir en un segundo. Cuánto mayor sea este número más fluida veremos una imagen y por tanto más se asemejará a la realidad.
Un video no es nada más que muchas imágenes juntas y que pasan de forma muy rápida. Al igual pasa en los videojuegos, para que la experiencia sea óptima y realista el numero de FPS tiene que ser elevado.
¿60 FPS es lo ideal?
No es necesario comentar que a mayor número de FPS la calidad de la imagen va a ser mejor y por tanto si podemos elegir, diríamos que 1.000, sin embargo este valor buscado depende de muchos factores, para poder conseguir el mejor resultado tenemos que tener en cuenta tanto el monitor de salida como los componentes del equipo.
Es decir, si contamos con el mejor ordenador del mundo que sea capaz de mover un juego a 300 FPS pero nuestro monitor es de 30Hz, el resultado es que a nuestros ojos solo van a llegar un 10% de esos FPS, es decir 30. Ya que el valor en hercios de una pantalla nos indica el máximo de frames por segundo que podremos visualizar.
Por el contrario, si tenemos el mejor monitor del mercado pero nuestro PC no es capaz de aguantar un juego a más de 40 FPS pues del mismo modo tampoco llegaremos a aprovechar el máximo de él.
Por eso tanto desarrolladores de componentes, como de monitores como de compañías de videojuegos buscan un valor óptimo y medio.
Ese dato se sitúa en torno a 60 FPS puesto que la mayoría de pantallas del mercado usan 60Hz, algo estándar entre calidad, costes de producción y precio de venta. Algo también sencillo de mover sin tener un super ordenador.
Los hercios de una pantalla indican el número de veces que esta se apaga y enciende en un segundo (su tasa de refresco), aunque tu notes que siempre esta encendida. Por eso, si un monitor se apaga y enciende 30 veces en un segundo, no nos podrá ofrecer 60 imágenes, sino que su máximo será de 1 por refresco, es decir las 30.
Un monitor de 144 Hz siempre se va a ver más fluido que uno de 60 Hz, sin embargo el ojo humano tiene un número máximo de FPS que puede procesar y llega a un punto que da igual que sea el doble o no, por eso, la relación entre el coste y calidad del producto y el beneficio obtenido es tan bajo que el resultado óptimo se centra en 60Hz/60FPS. Siendo el mínimo esperado (que no quiere decir el mejor), ya que con menos frecuencia si que notarías demasiado el cambio.
Este es un dato que lleva muchos años así, sin embargo, las nuevas tecnologías, avances y coste de fabricación hacen que cada vez sea más fácil y sencillo superar esa barrera y por tanto nos iremos yendo poco a poco a alcanzar un nuevo objetivo, ¿quizás 90 FPS?
Por ahora nos tendremos que conformar con nuestro monitor y ordenador y jugar al máximo que nos permitan estos.