Baldur’s Gate 3 lleva casi un mes entre nosotros. Desde el pasado 3 de agosto viene recibiendo loas, críticas extraordinarias en Metacritic y poniendo sobre la mesa su candidatura a convertirse en el mejor juego de 2023. Ahora bien, ¿cómo es posible que todas esas grandes noticias puedan suponer un problema para el mercado y la industria? Pues sí, lo está siendo.
Seguro que alguna vez os ha ocurrido. Alguien hace una proyección sobre cuánto podrá vender de un determinado producto y cuando alcanza esa cifra, aunque pueda mejorarla mucho, prefiere no hacerlo para así tener margen de crecimiento en el siguiente ejercicio. Es decir, ¿por qué hacer el máximo que puede conseguir si con un porcentaje inferior vamos a recibir la misma recompensa?
La calidad de Baldur’s Gate 3, ¿un problema?
Eso es lo que parece que está ocurriendo entre algunos desarrolladores, que prácticamente le han echado en cara a Larian que se lo haya trabajado tanto, que su RPG sea tan profundo, variado, diferente, inabarcable, rejugable y perfecto. Es decir, lo que debería ser un ejemplo para los demás estudios y ponerlo como un objetivo al que imitar, algunos tienen el cuajo de salir a las redes sociales para señalar con el dedo al culpable de que cuando ellos pongan un título en las tiendas, los usuarios les critiquemos por vagos y no haberse esforzado lo suficiente.
Pero no, prefieren tentarse la ropa e informar cortésmente a los jugadores de que se vayan olvidando de considerar el nivel de calidad y perfección alcanzada por Baldur’s Gate 3 como un nuevo estándar del género dentro de la industria. Y si no os lo creéis, como muestra un botón…
Xalavier Nelson Jr. 🔜 PAX West@WritNelsonLike a lot of people, I’m deeply excited about what the lovely folks at Larian accomplished with Baldur’s Gate 3, but I want to gently, pre-emptively push back against players taking that excitement and using it to apply criticism or a «raised standard» to RPGs going forward
1/1002 de abril, 2024 • 21:09
3.8K
473
Aunque este mensaje –que afirma que «estoy profundamente entusiasmado con lo que la encantadora gente de Larian logró con Baldur’s Gate 3, pero quiero poner en contexto de manera preventiva a los jugadores que utilicen esa emoción y la usen para futuras críticas, [que consideren un] estándar de los juegos de rol en el futuro»– fue de los primeros en atreverse a insinuar algo tan escandaloso, desde entonces se han sucedido otros muchos que van en la misma dirección. Seguramente deberíamos tomar nota de quiénes son y poner la lupa en lo que hagan a partir de ahora, porque si no alcanzan ese nivel de perfección a lo mejor el problema no está en Larian Studios, sino en su trabajo, por lo que deberían dedicarse a otros menesteres.
Desde luego, Baldur’s Gate 3 podemos considerarlo un nuevo hito dentro del género de los RPG pero no precisamente debe tomarse como un problema, sino más bien como una aspiración. De cómo afrontar un proyecto, de cómo hacerlo viable mientras está en desarrollo, con un early access que merece la pena y que permite a los creadores ir haciendo más grande y mejores sus ideas hasta llegar al máximo de lo que son capaces.
Si la perfección es un problema, entonces benditos errores los que ha cometido Larian Studios y mucho cuidado con los que lo han criticado. Que seguramente sean los que, de alguna manera, tengan que buscarse otra profesión si son conscientes de que no pueden seguir la estela de este soberbio Baldur’s Gate 3.