Muchas de las compañías tecnológicas que lideran actualmente el sector tienen grandes historias que cuentan cómo han llegado hasta donde están, y NVIDIA no es la excepción, ya que una de sus muchas historias cuenta cómo podrían haber desaparecido nada más fundar la empresa, por un problema con Sega. Y cabe destacar que realmente el problema no fue con la compañía como tal, sino con el producto que querían desarrollar, la dreamcast.
En los últimos años NVIDIA se ha convertido en una de las compañías más grandes a nivel mundial, su desarrollo dentro del campo de las inteligencias artificiales les ha permitido llegar a situarse dentro del ranking de las diez empresas con mayor beneficios a nivel global. Pero como bien sabemos, no todo es un camino de rosas, y es que la compañía podría haber desaparecido hace mucho tiempo, prácticamente tres años después de su fundación por tratar de crear un dispositivo demasiado avanzado para la época.
La dreamcast, una consola demasiado avanzada para su época
Los diseños vanguardistas siempre han representado a las compañías tecnológicas, al final es un tipo de sector en el que la innovación está a la orden del día, y lanzar un dispositivo que carece de la capacidad de sorprender a los usuarios puede resultar en el cese de operaciones de la empresa. Sega, siempre ha tenido las cosas complicadas en el sector de las videoconsolas ya que aunque hubo una época que pudo llegar a competir frente a otras grandes empresas, siempre se ha estado debatiendo entre lograr seguir adelante o cerrar la compañía.
Durante el año 1996, la empresa ya estaba teniendo los problemas suficientes como para mínimo cesar una de sus operaciones principales, el negocio de las consolas, ya que no les era posible mantenerse al día con las tecnologías que habían logrado desarrollar sus competidores. Para tratar de darle la vuelta al asunto, comenzaron a desarrollar la dreamcast, una consola cuya GPU encargaron a una empresa que no llevaba más de tres años en el mercado, NVIDIA.
Aun siendo una compañía reciente, NVIDIA ya tenía logros suficientes como para convencer a Sega de que podían encargarse del desarrollo, por lo que firmaron un contrato para ello, pero las cosas no eran tan fáciles como parecían, y es que tras invertir una gran cantidad de tiempo y dinero en I+D, no consiguieron presentar nada que mereciese la pena. Esto llevó a NVIDIA a tener casi que cerrar la empresa, ya que habían invertido demasiados recursos en un producto que no fueron capaces de llevar a cabo.
El poder de la amistad terminó siendo el salvador de NVIDIA
Aunque pueda parecer extraño, el principal motivo por el que se terminó salvando NVIDIA fue nada mas y nada menos que por haberle caído bien al que fue el representante de Sega en Estados Unidos, Shoichiro Irimajiri, que terminó cediendo a las exigencias de Jensen Huang, director de NVIDIA, que reclamaba el pago completo del contrato. Realmente, este pago era bastante grande, ya que estamos hablando de cinco millones de dólares, pero no resultó ser un gran problema para Sega en esa época, ya que decidieron seguir adelante con ello y terminar por pagar los servicios prestados por NVIDIA aunque no lograsen su objetivo.
Esto, realmente llevo a que años más tarde Sega pudiese mantenerse estable mientras hacían la transición para terminar de desarrollar consolas, y es que realmente el dinero que le dieron a NVIDIA no fue un pago, sino una inversión. Y es que años más tarde, la compañía liderada por Jensen Huang, tras conseguir evitar la quiebra, terminó devolviendo la inversión que había sido aprobada por Shoichiro Irimajiri, pero con un ligero factor que cambió las cosas, y es que en el transcurso de los años, NVIDIA había conseguido triplicar la inversión inicial realizada, haciendo de esta forma, que Sega cobrase un total de 15 millones de dólares por la inversión que hicieron en una de las actuales compañías más grandes del mundo.