La invasión de Rusia a Ucrania lleva bastante más de un año activa y la cosa parece no tener fin. Inicialmente, se pensaba que duraría poco el conflicto por ser Rusia una gran potencia militar, pero Ucrania resiste. Parece ser que los ucranianos, para evitar la invasión se estarían apoyando en las impresoras 3D y ChatGPT.
Sabemos que con una impresora 3D se puede hacer prácticamente cualquier cosa. Incluso, existen modelos de pistolas totalmente funcionales desarrolladas por usuarios anónimos. Unos modelos que, en Estados Unidos, ya hay generado algunos problemas de seguridad.
Por otro lado, la inteligencia artificial de ChatGPT se puede usar para cualquier cosa. Aunque integra filtros, lo cierto es que te los puedes saltar con suma facilidad. Es conocido el caso del usuario que le dijo a esta IA que su abuelita le leía códigos de Windows, algo que sirvió para que le generara claves para este sistema operativo, una de ellas, totalmente valida.
Armamento a medida e «inteligente»
The Economist ha sido el medio que ha revelado el uso de impresoras 3D y ChatGPT por parte de los ucranianos. Según este medio, hay como 200 pequeños grupos especializados en fabricar «bombas de caramelo». Este tipo de armamento se basa en un contenedor, material explosivo, metralla y, en ocasiones, otros componentes.
Estos grupos parece que trabajan solamente por simpatía con el pueblo ucraniano. Se encuentran trabajando en crear bombas y métodos de producción de las mismas lo más eficientes posibles.
Un elemento crucial de un artefacto explosivo es la carcasa o contenedor. Dicho elemento no es sencillo de adquirir y puede llegar a ser bastante costoso. Pero, se puede diseñar para ser fabricado con una impresora 3D con facilidad. TheEconomist habría hablado con dos fabricantes de «bombas de caramalo» fabricadas con impresoras 3D.
Lyosha, un residente en Kiev y sus amigos no vieron que las granadas arrojadas por drones no eran muy eficientes. Así que idearon una bomba antipersona de unos 800 gramos denominada «Rabbit». Dicha bomba podía cortar un tablón «como mantequilla», según Lyosha. Actualmente, el ejercito ucraniano usa unas 1.500 de estas bombas al día, aunque solo pueden producir unas 1.000.
Wild Bees, otro grupo de voluntarios, ayuda fabricando el cuerpo y la cola, de unos 27 cm. Estos elementos se introducen por las aduanas, donde se hace la vista gorda.
Los militares ucranianos agregan el explosivo y la metralla, terminando así el proceso de montaje. Incluso, crean modificaciones, cambiando la ubicación y disposición de los componentes para hacerlos más eficientes.
ChatGPT para perfeccionar las bombas
Bien es sabido que ChatGPT agrega mecanismos para no responder a temas ilegales, inmorales, de drogas o similares. Pero, hay usuarios que han encontrado «rendijas» por las que colarse y saltarse estas restricciones. The Economist indica que los ucranianos han encontrado la manera de obtener «consejos de ingeniería»-.
No se dan datos de como lo han conseguido, pero si indican que han usado esta IA como asistente. Indica que han logrado formular bombas con metralla que provoca chorros de plasma sobrecalentados que perforan armaduras. Se pueden cargar en drones antiblindaje y serían muy efectivas, además, pesan apenas 500 gramos.
Tampoco es nuevo que se utilice la última tecnología para hacer la guerra. En conflictos de oriente medio y oriente próximo se han utilizado los iPad, por ejemplo, para calcular el ángulo de disparo de los morteros. Como siempre, la tecnología no es el problema, es el uso que le damos.