La entrada de Intel en el mercado de las GPU dedicadas en combinación con su larga experiencia en el mundo de los procesadores, tenía que traer nuevas tecnologías a la hora de interconectar estas dos piezas de hardware. Todas ellas se agrupan bajo un nombre: Deep Link y son clave dentro de su estrategia de cara al gaming, la supercomputación y la IA.
A día de hoy no entendemos a la computación de alto rendimiento sin que esté una GPU trabajando en conjunto con el procesador. Dicha situación es lo que ha movido a Intel a diseñar sus propias tarjetas gráficas y tomarse más en serio dicho campo, en especial de cara a la comunicación con entre el procesador gráfico y el central. Esto ha llevado a una serie de mejoras en ese campo que la marca cofundada por Gordon Moore ha bautizado como Deep Link.
¿Qué es Deep Link y en qué consiste?
Hemos de tener en cuenta que no estamos ante una pieza de hardware en concreto, sino con una serie de características relacionadas con la comunicación entre las CPU Intel Core, a partir de la decimosegunda generación, y las GPU ARC de la misma marca. Por lo que todas ellas se dan únicamente cuando ambos elementos se encuentran dentro del mismo PC y, por tanto, están pensados para incentivar la compra conjunta de ambos.
Este tipo de tecnologías funcionando en modo simbiótico van a ser comunes a partir de ahora, ya que el objetivo tanto de Intel como de su rival AMD es ofrecer ecosistemas de procesamiento completos. Obviamente, elementos como la memoria quedaran fuera, pero a día de hoy las GPU no solo se utilizan para mostrar gráficos bonitos en los juegos. Existen muchas aplicaciones que usan el llamado pipeline de computación de la GPU como soporte.
Cuando hablamos del pipeline de computación nos estamos refiriendo al uso del procesador gráfico no para generar imágenes en pantalla. Es decir, se usan los tiempos muertos en la GPU para que esta ayude a la CPU a solventar ciertos problemas más rápido y en algunos entornos incluso donde la GPU no genera imágenes como es el caso de la computación de alto rendimiento.
Dynamic Power Share
Se trata de una característica pensada para los portátiles gaming que consiste en que la CPU Intel Core y la GPU ARC comparten la misma circuitería de control de energía, por lo que no deja de ser el equivalente a Intel del SmartShift de AMD. ¿Qué permite esto? Fácil, cuando la carga de trabajo de la CPU es baja y, por tanto, se encuentra consumiendo menos energía de lo normal esto le permite a la GPU tener una pequeña subida en su velocidad de reloj al aprovechar la energía sobrante que le deja la CPU y viceversa.
La unidad encargada de controlar la temperatura, velocidad de reloj y voltaje tiene en cuenta los parámetros de ambos procesadores para ver cuando puede acelerar el otro, pero no se limita a ello. También tiene en cuenta el coste energético de las futuras instrucciones, lo que le permite «predecir» cuando realizar las subidas y bajadas correspondientes. A todo ello hemos de tener en cuenta la capacidad de «aprendizaje» y, por tanto, de automatizar ciertas tareas comunes relacionadas con ciertas aplicaciones.
Hemos de aclarar que el Dynamic Power Share no supone que el consumo sea siempre estático y se vaya repartiendo, ya que en escenarios con poca carga se reducirá la velocidad de reloj de CPU y GPU para aumentar la vida de la batería y el tiempo entre cargas.
La iGPU dejará de ser un estorbo en Deep Link
Normalmente, cuando conectamos una tarjeta gráfica dedicada esta deja de tener utilidad y se convierte en una pieza de hardware que cuando por ejemplo jugamos a un juego, o estamos utilizando una aplicación como Blender, deja de tener utilidad. La idea de Intel con Deep Link es que la iGPU no este solo de adorno y que sirva para acelerar al menos las tareas de computación de manera conjunta con las gráficas ARC. Lo cual significará que los que hagan uso de procesadores Intel Core sin este elemento no podrán usar las ventajas de esta tecnología.
Esta capacidad recuerda a la del Cell Broadband Engine, la CPU de PS3 que traía una serie de núcleos muy parecidos a las Compute Units de las GPU que se usaban para acelerar ciertas tareas. Por ejemplo, para efectos de postprocesado de imagen o para realizar el preculling, que consiste en renderizar la imagen sin texturas ni programas shader para localizar la geometría superflua en la escena. Con ello se consigue que todo aquello que no veamos no sea calculado por la GPU y poder obtener más fotogramas por segundo.
No obstante no es la única aplicación que podemos ver, un desarrollador puede incluso usar Deep Link para configurar la iGPU como una avanzada tarjeta de sonido y ofrecernos un audio al nivel de hardware dedicado de alta gama. Las aplicaciones son muchas, pero dependerá de que los programadores optimicen para un ecosistema puramente Intel.
Inteligencia artificial combinada en Deep Link
La mejora más popular y más clara que trae la inteligencia artificial en el procesamiento de imágenes es la superresolución. La cual consiste en emplear algoritmos de predicción de aprendizaje profundo para generar una versión con más píxeles y, por tanto, que tiene menos resolución a partir de una que tiene menos. Intel ha implementado el algoritmo Gigapixel AI de Topaz dentro de Deep Link para generar imágenes a mayor resolución utilizando la iGPU de los Intel Core para ello.
Se trata de una funcionalidad que las personas que trabajan a diario con imágenes y necesitan obtenerlas a mayor resolución lo agradecerán. Ya que nos permitirá hacerlo sin depender de servicios remotos externos, directamente desde nuestro PC y con la ventaja que teniendo de forma combinada ambas GPU para generar la versión a mayor calidad.
Hyper Encode
El uso de Deep Link no solo se limita a la computación, sino también a los códecs de vídeo por hardware. Lo cual significa que los que vienen con la iGPU podrán trabajar en tándem con los de la tarjeta gráfica para así repartirse el trabajo y terminar en menor tiempo la codificación o descodificación de imágenes de un formato de vídeo y resolución a otros. Se trata de una capacidad que si estás trabajando en programas como Adobe Premiere, SONY Vegas o simplemente te dedicas a realizar streaming a tiempo real en plataformas como Twitch o YouTube lo vas a agradecer en cuanto a rendimiento.