Qué tener en cuenta cuando instalemos nuestro nuevo SSD NVMe en la placa base
Ahora que los SSD NVMe están bajando bastante de precio, los usuarios estamos comenzando a interesarnos bastante más por este tipo de unidades de almacenamiento. Sus elevadas tasas de transmisión de archivos, junto con el hecho de ser instalados directamente en la placa base, los convierten en unidades de almacenamiento muy apetecibles para los entusiastas. Sin embargo, a la hora de instalar uno nuevo en nuestra placa base, hay ciertos aspectos que deberemos de tener muy en cuenta.
Aunque el salto desde los SSD SATA a los SSD NVMe no vaya a ser tan aparente para los usuarios como el salto que se produjo desde los discos duros hacia los SSD, el salto existe. Los programas se abren mucho más rápido. Los archivos, especialmente cuando son de gran tamaño, se guardan más fluidos. O se mueven con mayor rapidez.
Sin embargo, una de las principales ventajas de este tipo de unidades de almacenamiento, estriba en el hecho de ser conectados directamente a una ranura M.2 de la placa base. Esto significa que no necesitaremos usar una de las bahías de 2,5 pulgadas de nuestra caja.
Al igual que significa que nos ahorramos emplear un cable para alimentar a la unidad, junto con el correspondiente cable de datos. Todo lo cual contribuye a tener un interior más despejado en nuestro sistema. Algo que puede ser básico cuando se trata de un sistema montado en una caja mini ITX, donde el espacio siempre es muy escaso.
Consideraciones previas a la instalación de un SSD NVMe
Antes de instalar un nuevo SSD NVMe, es conveniente que os aseguréis de ciertas aspectos:
¿Soporta la placa base los SSD NVMe?
La ranura M.2 de la placa base lleva ya bastantes años siendo usada en este componente. Pero los primeros modelos que llegaron al mercado solo soportaban los SSD SATA, dado que empleaban este bus de datos, que compartían con los SSD tradicionales. Es bueno que os aseguréis de este aspecto antes de comprar la unidad.
¿Es compatible tu SSD NVMe con la ranura M.2 de tu placa base?
Aunque el diseño de las ranuras M.2 pueda ser similar entre ellas, hay diferentes modelos de ranuras M.2. Por tanto, es conveniente asegurarnos que la ranura M.2 de nuestra placa base es compatible con el SSD NVMe que queremos comprar.
¿Tienes disipador para el SSD NVMe?
Los SSD NVMe son notorios por calentarse bastante. Tanto que suelen comenzar a hacer throttling cuando llegan a determinada temperatura, con la consiguiente pérdida de rendimiento. Por ello es muy recomendable instalarles un disipador de calor que se asegurará que las temperaturas no se disparen cuando lo estemos exprimiendo con cierta fuerza.
¿Tu placa base pierde puertos SATA al conectar el SSD NVMe?
Esta es una sorpresa, poco agradable, que muchos usuarios con varias unidades de almacenamiento conectadas a la placa base se han llevado. Dado que este tipo de unidades comparte vías de datos PCIe con el chipset de la placa base hay veces que, al conectarlas, la placa acaba desactivando algunos de sus puertos SATA. Para saber si nos afectará o no este problema, suele venir indicado en el propio manual de la placa base.
Obviamente, si vuestro SSD va a hacer que perdáis puertos SATA de la placa base donde tenéis conectados unidades de almacenamiento, siempre podéis comprar una tarjeta de expansión SATA PCIe x1 que os dé servicio para estas unidades. Aunque también otra opción es emplear una tarjeta de expansión PCIe NVMe para conectar vuestra unidad.
¿El tamaño de la unidad es compatible con vuestra placa base?
Aunque el formato de las unidades M.2 más extendido es el de 2280 (22 mm de ancho por 80 mm de longitud), también existen modelos de 42, 60 y 110 mm de longitud. Dado que el SSD NVMe ha de ser sujetado a la placa base con un tornillo, es muy importante que sepáis a ciencia cierta qué tamaños de SSD M.2 soporta vuestra placa base antes de comprar la unidad. Esto lo podréis conocer consultando el manual de la placa base, o bien mirando la superficie de la propia placa base.
Si tenéis en cuenta todos estos consejos, la instalación de vuestro nuevo SSD NVMe no representará ningún tipo de problema para vosotros.