Tras el buen sabor de boca que han dejado Ryzen 7 y Ryzen 5, ahora le toca el turno a AMD Ryzen 3. Y Ryzen 3 se posiciona en el mercado como una alternativa muy a tener en cuenta al dominio que de momento estaba realizando Intel con sus Core i3. Quizás, los Core i3 sean los procesadores que menos ruido hacen cuando se habla de las nuevas tecnologías que Intel incorpora en sus procesadores. Pero esta apreciación está muy lejos de la realidad. Los Core i3 de Intel son una de las principales fuentes de ingreso de Intel si tenemos en cuenta que son esos procesadores los que se posicionan en la parte baja del segmento de los ordenadores. Y es ahí donde está el principal gasto del consumidor final. Con el análisis de Ryzen 3 vamos a ver si AMD es capaz de desmontar esa situación de privilegio que Intel ha tenido en este segmento de mercado.
Y las perspectivas son muy halagüeñas. AMD viene a competir con Intel ofreciendo un procesador de cuatro núcleos (aunque con el SMT desactivado) frente a los dos núcleos que ofrece Intel en sus Core i3. Además el multiplicador desbloqueado permite a los usuarios de Ryzen 3 intentar ir más allá en el incremento de la frecuencia.
Su talón de Aquiles, el rendimiento single Core
Y eso se debe a las peores frecuencias que maneja en relación a los Core i3 de Intel. Esto no es más que un «espejismo» si tenemos en cuenta que las aplicaciones actuales cada vez empiezan a hacer más uso de los núcleos físicos y es ahí donde Ryzen aplasta a los Core i3.
Si a todas estas ventajas le sumamos la inclusión de un nuevo disipador como es el Wraith Stealth que, aunque no es de gama alta, si nos garantiza disipar los 65 W de TDP de estos procesadores; podemos concluir que el éxito que le auguramos a Ryzen 3 está muy fundado. Conozcamos más en detalle Ryzen 3 y los resultados que arroja en nuestras habituales pruebas con el: