El nuevo estándar llamado G.fast, desarrollado y aprobado por la ITU (International Telecommunication Union), permite aprovechar el par de cobre trenzado tradicional que (casi) todos tenemos en nuestros hogares para alcanzar velocidades de transferencia de hasta 1 Gbps, aunque eso sí, bajo unas condiciones determinadas. Os explicamos cómo funciona y cuáles son esas condiciones a continuación.
Para empezar, es un requisito primordial que nuestro hogar no se encuentre a más de 100 metros de la central de la operadora o de su infraestructura de fibra óptica, requisito que muy poca gente podrá cumplir de buenas a primeras. Igual que pasa con la velocidad de la ADSL por ejemplo, cuanto más lejos estemos de la central, más se atenuará la señal y la velocidad recibida será inferior, hasta el punto que si estuviéramos a 250 metros de la central, la velocidad se vería reducida de 1 Gbps a solo 150 Mbps. Aun así, este nuevo estándar G.fast tiene características prometedoras con respecto a lo que teníamos hasta ahora.
El nuevo estándar G.fast incrementa el ancho de banda de la línea mediante la utilización de un espectro de señal más amplio, y por lo tanto también es más perceptible de interferencias (por eso la condición de la distancia con respecto a la central es más severa). También por este motivo, otra de las condiciones es que el equipamiento que tengamos el el hogar debe ser capaz de soportar este nuevo estándar y estar preparado para estas conexiones; en resumidas cuentas, no vale con el equipamiento que tengamos a día de hoy, y con ello nos referimos tanto al router como al PTR sin ir más lejos.
La ITU espera que las primeras implementaciones del estándar G.fast se realicen antes de que termine el año que viene, aunque Telekom Austria ya ha empezado a hacer pruebas con él, afirmando que creen que esta nueva tecnología logrará satisfacer las necesidades de los usuarios más exigentes en un periodo de entre 10 y 20 años. La operadora ha probado de momento llevando su fibra óptica hacia nodos lejos de la central, manteniendo así gran parte de la velocidad que ésta es capaz de transmitir, y cubriendo los últimos metros hasta los hogares con par de cobre. De esta manera, realmente el cobre no cubre más de los 100 metros que se requieren para tener el máximo rendimiento.
Fuente: Computerworld.