Como sabéis, Intel está a punto de lanzar su próxima generación de procesadores, llamada Broadwell, generación que contará con el nuevo proceso de fabricación propio de Intel en 14 nanómetros. La generación actual de procesadores está fabricada con un proceso de 22 nanómetros, y todavía hay mucha gente que se pregunta cuál es la diferencia real, la que de verdad notará el usuario, con este salto generacional. Y para esto estamos aquí, para explicarlo al detalle.
Reducir el tamaño de los transistores de los equipos electrónicos ha sido desde hace tiempo (concretamente desde los 28 nanómetros) un quebradero de cabeza para los fabricantes, pero al fin y al cabo siempre ha sido el objetivo de éstos puesto por todo lo que aporta hacerlo y que os vamos a pasar a detallar a continuación.
Más potencia.
Reducir el tamaño de los transistores implica necesariamente reducir el tamaño del resto de componentes complementarios, y dado que el objetivo es seguir manteniendo el área del procesador esto también implica que en el mismo tamaño se puede aumentar considerablemente el número de transistores, lo que se traduce en un rendimiento mejorado de una u otra manera.
Menor consumo y mayor duración de batería en el caso de dispositivos móviles.
Los 14 nanómetros también repercutirán en uno de los aspectos más importantes a día de hoy: el consumo y, en dispositivos móviles y portátiles, la duración de la batería. Por tanto tenemos que los 14 nanómetros requerirán una alimentación menor, lo que se traduce en un consumo inferior, y que a su vez está ligado con una mayor autonomía de las baterías, entendiendo que se emplean las mismas capacidades que antes. Según Intel el TDP de estos procesadores es 4 veces inferior al de los fabricados en 22 nanómetros.
Temperatura inferior.
Para explicar esto tenemos que hablar un poquito de ciencia. Una de las leyes fundamentales de la ciencia es la Ley de la conservación de la materia, formulada por Antoine Lavoisier (considerado el padre de la química moderna) y que dice que «la materia no se crea ni se destruye, sino que solo se transforma». Seguro que al menos os suena. Aplicando esta ley a nuestro ámbito, cuando hablamos de eficiencia energética, toda la energía que no es aprovechada por el componente se transforma en calor (por eso se calientan los procesadores, fuentes de alimentación, etc.).
Teniendo esto en mente, al necesitar los transistores una menor cantidad de energía para funcionar y por tanto ser más eficientes energéticamente hablando, producen menos calor y por tanto la temperatura de funcionamiento es inferior.
Dispositivos más delgados.
El último aporte de los 14 nm frente a los 22 nm es el grosor de los dispositivos. Utilizar componentes más pequeños da la posibilidad de crear dispositivos más delgados, y según Intel esta reducción pasa de los 26 mm con 22 nm a solo 7,2 mm con 14 nm. Esto es especialmente atractivo en dispositivos móviles e incluso en portátiles, ¿no os parece?
Los primeros procesadores fabricados en 14 nanómetros llegarán teóricamente a finales de este año bajo el nombre Intel Core M.