Con cada nueva generación de placas base, vamos viendo que el precio medio se va incrementando, y esto ocurre tanto para placas de Intel como de AMD. Todo tiene una justificación -más allá de que el fabricante quiera ganar dinero-, así que en este artículo vamos a explicarte por qué el precio de las placas base va subiendo de generación en generación.
Huelga decir que, por supuesto, en todas las nuevas generaciones encontraremos placas base para todos los segmentos y en todos los precios, así que no desesperes ya que seguramente encuentres una placa base que se ajuste a tu presupuesto para la nueva generación de procesadores.
Sin embargo, hay que decir que sí es cierto que si comparamos las placas de la actual generación con las de hace un par de generaciones podemos ver que tanto el precio medio como el máximo, el del modelo más caro, son bastante más elevados. Además, la diferencia de precio entre los modelos de gama más baja y los de la más alta pueden tener una diferencia abismal, hasta 10 veces más caro, ¿por qué sucede esto?
¿Por qué sube el precio de las placas base?
En este momento, qué tipo de placa base comprar se ha convertido en un problema. Si ya sabes qué generación quieres comprar, es sencillo elegir un procesador y entonces las opciones se limitarán a los chipsets compatibles; por ejemplo, si escoges una plataforma Intel sabes que la serie H es la más básica, la B es la gama media y la serie Z es la gama más alta. Pero con todo y con eso, ¿qué placa base deberías comprar? ¿Por qué hay tanta diferencia de precio?
Interfaz más rica y más opciones de expansión
La placa base es como el sistema nervioso del PC: es donde se conecta todo y por tanto lo que comunica todos los componentes entre sí, así que tiene una importancia bastante grande en cuanto al rendimiento del equipo.
El número de interfaces que tenga influye directamente en cuánto hardware se le puede conectar, y ya no hablamos solo del número de zócalos PCI-Express o de la cantidad de puertos USB que tenga, sino de la generación y la velocidad de éstos. Esta es una de las diferencias más obvias entre una placa base de gama de entrada y una de gama alta, por ejemplo.
Los puertos PCI-Express se utilizan principalmente para conectar tarjetas gráficas, pero también para tarjetas de sonido y, en general, todo tipo de tarjetas de expansión, así que son un punto a tener en cuenta dependiendo del uso que vayas a darle al equipo. Lo mismo sucede con la cantidad de puertos SATA e incluso USB, pero hay otro factor a tener en cuenta aquí y es la controladora.
De igual manera, la conectividad y las opciones de expansión también influyen, por ejemplo, en la cantidad de memoria RAM y la velocidad con la que es compatible la placa base, si admite o no el nuevo formato M.2 de SSDs, así como si admite que sean PCIe NVMe o simplemente SATA.
La velocidad y la generación de todos estos puertos determinará el rendimiento, tanto en valor absoluto como en términos de ancho de banda para poder conectar tantos dispositivos como necesitemos. En otras palabras, las placas base de una gama más alta tienen más y mejor conectividad, y este es un factor que influye en el precio de la placa base.
Mejores materiales y más calidad en general
Una placa base de gama más alta suele tener una mejor elección de materiales, como PCB de 10 capas para tener una mejor estabilidad en cuanto a las conexiones eléctricas o para integrar aislamiento para el chip de audio, tiene más y mejores VRM para el procesador y/o la memoria RAM, y a este respecto hay fabricantes que incluso dicen que seleccionan los componentes a mano para asegurarse de que tienen la mejor calidad.
Esto también influye en el rendimiento indirectamente, ya que una placa base con mejores VRM puede admitir un mayor nivel de overclock tanto en el procesador como en la memoria. Por ejemplo, no tendría mucho sentido el comprar una placa base de gama alta con grandes facultades para el overclock y utilizar un procesador que no admita overclock, ¿verdad?
Así mismo, las placas base de gama más alta suelen ofrecer mejores disipadores para los VRM y/o chipset, algo que también influye en el rendimiento general del equipo así como en su longevidad al mantener mejores temperaturas de funcionamiento.
Lógicamente, el uso de mejores materiales también incrementa el coste de fabricación, tanto en cuanto a las materias primas como en la construcción de la propia placa ya que necesitará utilizar sistemas más complejos y completos.
Las características propias de las marcas
Los fabricantes más reconocidos como ASUS o Gigabyte suelen tener características propias para diferenciarse de la competencia y con el fin de aumentar los alicientes para su compra. Por ejemplo, la iluminación RGB en sus logos, su software propio para realizar overclock o para la monitorización (para la cual deben integrar también sensores), paneles LED/OLED o compatibilidad directa con sistemas de refrigeración líquida custom.
El desarrollo de todo esto también tiene cierto coste que lógicamente buscan amortizar cuando venden sus productos, y evidentemente esto es algo que van incorporando paulatinamente cuanto mayor sea la gama de la placa base.
El precio de las placas base se justifica con más y mejores características
El resumen de todo esto es que según van avanzando las generaciones del hardware para PC, avanzan también las tecnologías. Los fabricantes de placas base siempre van a buscar el ofrecer el mayor elenco de características posibles, aunque al final los usuarios de a pie no utilizamos ni la mitad de ellas. En todo caso, cada generación es cada vez más cara porque incorpora más y mejores características.
No obstante, como mencionamos antes, siempre vamos a poder encontrar placas base adecuadas para el procesador que queramos, aunque tengamos que conformarnos con placas que no tengan LED o que no estén preparadas para el overclock, o que no cuenten con lo último en conectividad.