Los nuevos procesadores AMD Ryzen 7000 ya están en el mercado, pero con ellos ha llegado también la nueva plataforma AM5 de AMD que, por primera vez en mucho tiempo, obliga a los usuarios que quieran actualizar su PC a cambiar completamente de plataforma, actualizando ya no solo el procesador sino también la placa base y la memoria RAM, como mínimo. ¿Es algo que merece la pena? En este artículo te vamos a contar las claves.
El pasado mes de agosto de 2022, AMD lanzó al mercado la actualización de su longevo socket AM4, que ha estado con nosotros desde 2016. La nueva plataforma AM5 trae bastantes novedades bajo el brazo pero, ¿es algo que merece realmente la pena? Especialmente teniendo en cuenta que no se trata de una actualización barata precisamente.
Las claves de la plataforma AM5 de AMD
Hasta ahora, los procesadores de AMD utilizaban el socket AM4, con un método de conexión al socket llamado PGA (Pin Grid Array) en el que los pines de conexión estaban en el propio procesador. Uno de los cambios (físicos) principales de la nueva plataforma es el hecho de que ahora es LGA (Land Grid Array), de manera que los pines de conexión están en el socket y no en el procesador. Esto, obviamente, es uno de los motivos por los que es necesario cambiar de placa base para poder actualizar a AM5.
Pero el cambio físico en los procesadores no es la única razón para tener que cambiar de placa base, ya que también se ha actualizado el chipset (en el momento de redactar estas líneas, son 4 los chipsets compatibles: X670E, X670, B650E y B650) que amplía la compatibilidad y conectividad del sistema, pero también se ha añadido compatibilidad con la memoria RAM DDR5 que, físicamente, también es diferente a la DDR5 y, por lo tanto, también era necesario realizar un cambio físico en la placa base (en este caso, en los zócalos de RAM).
Por otro lado, se ha añadido también compatibilidad con la interfaz PCI-Express 5.0, permitiendo utilizar su mayor ancho de banda y velocidades (si bien es cierto que, por el momento, no hay dispositivos que lo aprovechen, aunque ya se habla de SSDs con esta interfaz).
Esencialmente, si tenías una plataforma AM4 y planeas actualizar a AM5, tendrás que cambiar el procesador, la placa base y la memoria RAM como mínimo, porque los disipadores compatibles con AM4 también deberían serlo con AM5 (lo que significa que podrás reutilizar el disipador). De igual manera, la caja del PC, la tarjeta gráfica, la fuente de alimentación e incluso tus dispositivos de almacenamiento serán compatibles sin problemas con la nueva plataforma.
Entonces, ¿vale la pena actualizar?
Como decíamos, cambiar procesador, placa base y memoria RAM no es poca cosa, y más con el precio al que está el hardware actual. Teniendo en cuenta que en la actualidad solo cuatro procesadores utilizan el nuevo socket AM5 de AMD (estos son los Ryzen 5 7600X, Ryzen 7 7700X y los Ryzen 9 7900X y 7950X) no hay demasiado donde elegir (por ahora), e incluso escogiendo el procesador de más baja gama de todos estos estamos hablando de una actualización que fácilmente puede acercarse a los 1.000 Euros.
En este momento, actualizar a la plataforma AMD AM5 puede ser una buena idea si tu actual PC es ya relativamente viejo, como por ejemplo un Ryzen 2000-Series o un Intel Core de 9ª generación o anterior (hablamos de plataformas de 2018). No obstante, salvo que necesites realmente un incremento de rendimiento notable (que es lo que vas a obtener, claro), quizá deberías esperar a que AMD ponga sobre la mesa un mayor número de opciones en cuanto a procesador, ya que como hemos mencionado antes, por ahora solo hay cuatro modelos entre los que elegir.
Lo que sí es cierto es que esta plataforma AM5 es el futuro de los procesadores de AMD; el fabricante ha prometido que las próximas generaciones de procesadores mantendrán el mismo socket, así que de igual manera a como AM4 ha durado desde 2016 hasta 2022, podemos esperar que como poco AMD estará usando este socket hasta 2028. Dicho de otra manera, AM5 puede ser una buena apuesta de cara al futuro para cualquier tipo de usuario.