Starfield comenzó su andadura el pasado viernes días 1 de septiembre y, seguramente sin temor a equivocarnos, haya sido el título más jugado en este tiempo por lo que muchos usuarios que han podido probar la aventura, ya tienen una idea bastante aproximada de su verdadera dimensión y de las dosis de realismo que atesora. Algo que incluye algunos planetas y satélites que vamos a poder pisar.
El juego de Bethesda nos lleva por una galaxia inventada que, dentro de lo que puede, ha imaginado cómo serían dentro de 300 años muchos planetas y satélites de los que existen evidencias de su existencia pero poco más. Así que en Starfield, como es lógico, no es real todo lo que aparece en pantalla en un porcentaje bastante elevado… salvo algunas logradas excepciones.
¿Qué planetas son reales?
Como no os vamos a contar nada de la historia, no vamos a incurrir en spoilers así que no debéis tener miedo, pero dentro del mapa galáctico de Starfield aparecen un montón de sistemas planetarios con sus respectivas estrellas brillando a todo tren. Solo tenéis que pulsar sobre alguna de esas constelaciones para ver la cantidad de cuerpos celestes que hay disponibles dentro del juego y que os van a pedir mucho PC.
Pues bien, uno de esos sistemas planetarios es el llamado SOL, que no es otro que el nuestro, en el que vivimos nosotros junto a Venus, Mercurio, Marte, la Luna, Júpiter, Neptuno, etc. Una porción de un mapa que se nos antoja gigantesco y que si queremos visitarlo entero ya os avanzamos que vais a necesitar cientos de horas para hacerlo de arriba abajo.
Pues bien, en Starfield hay cuatro ubicaciones que están sacadas directamente de la realidad. Una es la Luna, cuyas imágenes para crear el mapa completo han sido cedidas por parte del Estudio Científico de Visualización de la NASA; otro es Júpiter, cuyos materiales se han obtenido del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA y por último Marte, cuya información básica ha sido aportada por el Centro Geológico de los EE.UU.
Solo la cáscara, no lo demás
Ni qué decir tiene que esta información de esos planetas y satélites ha servido para mostrarlos en ese modo de visualización cercano del mapa de Starfield, donde podemos activar el escáner para comprobar qué recursos naturales tienen para, posteriormente, elegir la zona de aterrizaje en caso de que sea posible. Una vez que ponemos pie en el planeta, es muy posible que los escenarios hayan sido modificados para, como se dice en el cine, servir a la causa del guión y de la narrativa del juego, por lo que no tendría por qué ceñirse a la realidad.
Como es obvio, el cuarto destino que también es real como la vida misma es la Tierra, pero seguramente no haga falta recordarlo porque todos tenemos claro que ya existen datos suficientes como para crear un mapeado completo sin recurrir a agencias espaciales que son las que monopolizan, lógicamente, todas las fuentes de información sobre el universo de galaxias que nos rodea.