Uno de los detalles más comunes en las especificaciones de los ordenadores portátiles es que en ciertos modelos aparece mencionado como tipo de memoria RAM la LPDDR5, la cual suele ser habitual de teléfonos móviles y sobre el papel, al menos en velocidad de transferencia se compara con la DDR5. No obstante, las cosas no son tan simples como parece.
Una de las ventajas que tiene el PC respecto a las consolas es no depender de un solo pozo de memoria tanto para gráficos como para procesamiento general, lo cual es algo que sí que ocurre en teléfonos móviles y consolas de videojuegos. Lo curioso es de la LPDDR5 y la GDDR6 es que comparten una cosa en común, le dan importancia al ancho de banda a cambio de sacrificar latencia, lo que supone que el procesador rinda peor.
¿Por qué la LPDDR5 es peor que la DDR5 en PC?
En teoría y sobre el papel, la memoria DDR5 y la LPDDR5 rinden igual si nos fijamos en su ancho de banda, pero con unas pequeñas diferencias. La más clara es que no existen módulos de memoria en formato DIMM o SO-DIMM que usen memoria LPDDR5. Es por ello que en las especificaciones de los procesadores de escritorio de Intel y AMD no se da soporte para este tipo de memorias RAM, ya que no se usan.
Sin embargo, pese al nombre de Low Power o de baja potencia, la LPDDR5 no tiene nada que ver con la DDR5 y tampoco es una versión de consumo reducida. Son dos estándares de memoria diferentes aprobados por la JEDEC y que en consecuencia tienen tiempos de comunicación distintos entre ambos tipos de memoria y es aquí donde entra el problema. ¿Os habéis preguntado alguna vez por qué no son públicos los tiempos de latencia de la LPDDR5? Pues por el simple hecho que son mucho peores que la DDR5 y terminan por ser un cuello de botella para la CPU del sistema. Es decir, a la hora de escoger un portátil, si este tiene memoria DDR5 va a tener mejor rendimiento de procesador que la LPDDR5, sin embargo, cada vez hay más modelos que se venden con dicha configuración, en especial los portátiles ultrafinos.
¿Por qué ocurre?
Al contrario de lo que muchos piensan, los chips para móviles tienen procesadores con mucho peor rendimiento que los de PC, por lo que una peor latencia no les resulta en una pérdida de rendimiento tan grande. No olvidemos que la mayoría de portátiles con memoria LPDDR5 se usan para tareas muy livianas con modelos de CPU a muy baja velocidad de reloj en su uso diario.
El dilema de los ensambladores
La memoria LPDDR5 esté diseñada para funcionar en dispositivos móviles y, por tanto, que son muy finos, muchos incluso con refrigeración totalmente pasiva y esto es un plus bajo ciertas condiciones de disipación térmica para optar por dicha memoria en vez de la DDR5 a la hora de fabricar portátiles ultrafinos.
Si bien es cierto que la memoria DDR5 se podría soldar en placa, la mayoría de los chips de memoria que se venden van a parar a los módulos DIMM y SO-DIMM y los chips sueltos suelen ser más caros. Aparte de que emiten mucha más calor que la LPDDR5 y de ahí a que se descarten a la hora de construir ciertos ordenadores portátiles.
Lo que sí que es un error es que en portátiles convencionales, los que suelen llevar un procesador terminado en H o HX en su nombre, y, por tanto, tienen la capacidad para soportar memorias DDR5 e incluso las GDDR6 de las tarjetas gráficas sin problema alguno. Pues bien, si veis un portátil gaming con esas características, entonces descartadlo de entrada, el rendimiento de su procesador estará capado por el cuello de botella que supone el uso de una memoria con mayor latencia.