Para quien no sepa que es SATA, podemos resumirlo como un estándar que transfiere los datos entre la placa base y unidades de almacenamiento como los discos duros, SSD, etc.
Este estándar ha cambiado y mejorado mucho a lo largo del tiempo, y hoy vamos a ver esas versiones, cuando se produjeron y la diferencia que existe entre ellas, para ver como ha evolucionado.
Tipos de SATA
Como podrás imaginar, el primero de ellos fue el SATA 1, que significa Serial AT Attachment. Este estándar se lanzó en el año 2000. Hasta entonces lo que se usaba era el PATA, pero sus errores e ineficiencias hicieron que se tuviera que evolucionar hasta otro estándar que a día de hoy, 23 años después, seguimos utilizando, aunque con versiones mejoradas de estos cables SATA.
2003 – La primera de ellas, la 1.0 fue también denominada Serial ATA 150. Fue oficialmente presentada en el año 2003, aunque ya hacía 3 años que se estaba trabajando en esta tecnología.
2004 – No duró mucho, puesto que el SATA 2.0 se presentó solamente 1 año después, debido a que se había conseguido duplicar la velocidad del estándar anterior. Un paso muy importante para consolidar esta tecnología.
Se la denominó también, Serial ATA 300, lo que correspondía con el doble que el anterior, precisamente por eso. Y lo que conllevo también a empezar a ver los primeros discos SSD debido a las nuevas velocidades de transferencia permitidas. La cual sería de 300 MB/s, lo que ya podríamos imaginar por su nombre.
2008 – Esta vez tardamos un poco más en conseguir ver una nueva versión, la Serial ATA 600, o SATA 3.0, que volvía a doblar su velocidad de transferencia hasta los 600 MB/s. Aunque los únicos equipos capaces de aprovechar esta velocidad seguían siendo los SSD.
Las complicaciones para hacerlo y la poca necesidad nos hacen creer que jamás veremos este estándar, al igual que PATA murió en su límite, SATA tiene toda la pinta de que acabará igual, por lo que la última versión conocida será la 3.0.
Solamente podemos darle las gracias por estas décadas y dejar paso a estándares mejores. Velocidades como la de los USB 3.2 o incluso el 4.0 que está por llegar ya superan a esta tecnología con creces.
El puerto SATA además no da las velocidades de ancho de banda suficientemente altas para aprovechar las memorias NVMe de los SSD más avanzados, por lo que se necesita una nueva tecnología para ello.
Todo esto nos hace llegar a un punto. Despedirnos de esta tecnología. Estoy seguro de que sigues usando muchos estándares y dispositivos con ella, pero poco a poco se irá dejando paso a otra mejor. No sabemos hasta qué punto de velocidad de transferencia llegaremos, lo que tenemos claro es que el SATA nunca superará los 600 MB/s, que oye, no está nada mal y tenemos que agradecer durante el tiempo que nos funcionó.
SATA 4.0
Te estarás preguntando por qué no aparece la fecha, y es que, sí, desde hace 15 años seguimos manteniendo el mismo estándar y no se ha conseguido sacar una versión mejorada del que ya usamos desde 2008, con el que se esperarían esos 1200 MB/s.
Probablemente, jamás se lance una revisión de esta interfaz, es más, posiblemente desaparezca. Hay dos motivos por los cuales no se actualiza:
- Interfaz PCIe: ofrece un mejor rendimiento, consiguiendo desbancar esta interfaz para unidades de almacenamiento
- Puertos USB: estos son mucho más rápidos y polivalentes, dejando interés el conector SATA para prácticamente todo.
Y pese a que la interfaz SATA no se caracteriza por tener unos conectores enormes, sí que es cierto que nuevas tecnologías como el USB-C no puedes compararse, son mucho más pequeños y manejables, capaces de incorporarse en los equipos y espacios más pequeños. Además de otras ventajas, como poder conectarlo de la forma que queramos, sin tener que estar buscando el lado bueno. Esto y más características hacen que conectores como los SATA acaben siendo sustituidos y no se busquen nuevas versiones o mejoras en ellos.
Además, si buscamos un cable de calidad, el coste de fabricación y venta de estos es superior a muchos de sus competidores, y a día de hoy, la verdad, es que se venden miles de millones, por lo que, al menos para los fabricantes, es algo a tener muy en cuenta.