A lo largo de nuestra vida seguro que hemos probado muchos modelos de auriculares, de distintos tipos, tamaños y formas, pero lo que seguramente muchos no han podido probar son los llamados auriculares de conducción ósea. Quizás ni hayamos oído hablar de ellos, pero llevan algunos años en el mercado y representan una nueva forma de escuchar música teniendo los oídos totalmente libres, lo cual es muy innovador.
Una tecnología que lleva muchos años entre nosotros
La conducción ósea para el sonido fue inventada realmente a mediados del siglo XX, donde de manera muy rudimentaria se lograban enviar ciertos sonidos a nuestro cerebro mediante la vibración de ciertos materiales y a través de nuestros huesos craneales.
En un principio, esta nueva tecnología se aplicó a personas con problemas evidentes en su capacidad auditiva y ha evolucionado de forma increíble y muy efectiva. Tanto es así que hoy en día se atornilla un pilar al cráneo, justo por detrás de la oreja del paciente, al que se le añade un procesador de sonido acoplado al cuerpo de este, de un tamaño muy compacto.
Este procesador capta las ondas sonoras como si fuese un audífono corriente y las envía como vibraciones al cráneo directamente. Lo que se consigue con esta técnica es evitar que la piel amortigüe las vibraciones, ya que el pilar está atornillado al hueso, por lo que se consigue un audio más nítido.
Por suerte, la mayoría de nosotros no necesitamos una técnica tan profesional para escuchar nuestra música preferida, por lo que los auriculares de conducción ósea que necesitaremos serán totalmente desmontables y nada intrusivos, muy parecidos a los auriculares in-ear tradicionales.
En cualquier caso, la tecnología que los hace funcionar simplemente transforma los impulsos eléctricos del auricular en vibraciones en nuestro cráneo, por el cual fluyen hasta llegar al oído interno.
Ventajas de los auriculares de conducción ósea
Al no introducir sonido alguno sino vibraciones en nuestro cráneo, las ventajas son evidentes para este tipo de auriculares. La primera es que no dañaremos nuestros tímpanos por exceso de potencia, algo de lo que muchos auriculares pecan. Esto se traduce en una mejor salud auditiva desde el segundo cero, donde además tienen otra ventaja directa: podremos percibir el sonido que nos rodea.
Esto viene muy bien en deportes como el ciclismo de carretera, donde es tan importante situarse bien en la calzada como estar atento a cada detalle que pasa a nuestro alrededor.
La última ventaja es quizás la más obvia de todas: solo nosotros escucharemos la música, no molestando a nadie de ninguna manera ya que el sonido cuando se transmita ya estará dentro de nuestro cráneo.
Quizás los únicos puntos negativos sean, por un lado los sistemas de sujeción que algunos modelos incorporan, y por otro el precio, ya que en este caso es muy importante la calidad de los auriculares para garantizar el mejor sonido con la menor pérdida. Aunque es cierto que se ha avanzado muchísimo en este tipo de dispositivos, la calidad sigue costando un mayor desembolso y en este caso es ampliamente apreciable.