Raspberry Pi supuso en su lanzamiento un antes y un después para este tipo de dispositivos, alcanzando una gran fama que llega hasta hoy. Con el lanzamiento por sorpresa de su cuarta versión oficial, la fundación actualizaba de gran manera su dispositivo, pero ciertos problemas están saliendo a la luz y quizás es hora de plantearse seriamente su compra, ya que empiezan a coger un tinte algo oscuro.
Raspberry está luchando contra viento y marea
El lanzamiento de Raspberry Pi 4, al parecer (ya que no hay cifras oficiales), está siendo todo un éxito de la compañía, donde le dedicamos un artículo en exclusiva para comentar todas sus bondades y novedades. Pero esto está teniendo una contrapartida bastante notable y muy poco beneficiosa para los usuarios: la falta de stock disponible.
Ha sido tanta la expectación generada que en muchas tiendas online no hay directamente stock, y las que tienen están subiendo los precios a modo especulativo. En la propia Amazon por ejemplo, algunas empresas que venden dentro de su tienda están especulando con el precio de las tres versiones.
Así, podemos encontrar la versión de 2 GB a más de 63 euros, e incluso en distribuidores oficiales el precio está de media 5 euros más caro de lo que debería y en algunos casos sin stock. Por si esto fuese poco, las versiones que hay disponibles en stock han llegado al mercado con dos problemas muy concretos: exceso de temperatura en su CPU y un problema de diseño con el puerto de carga USB-C.
Bien es cierto que Raspberry ha intentado atacar el problema de la temperatura con un nuevo firmware, pero lo que ha conseguido no es suficiente, ya que la nueva versión (que tendremos que instalar manualmente nosotros) solo consigue bajar la temperatura 2 grados (75ºC vs 77ºC) y que estas cifras tarden algo más de dos minutos en producirse.
El throttling sigue presente tras los primeros cinco minutos de actividad, por lo que la situación es prácticamente la misma y obliga a disipar dichas temperaturas, aunque sea de forma pasiva.
Problemas con su USB-C, distros incompatibles y software menos optimizado
Raspberry Pi 4 ha sido la primera versión en llegar con un puerto USB-C, pero hoy conocemos que este llega con un problema de diseño, el cual ya ha sido reconocido por la fundación.
El fallo se produce por la inclusión de un circuito de detección, el cual provoca que ciertos cables USB-C no sean compatibles con el dispositivo, ya que detecta un cable de corriente como un dispositivo de audio.
Evidentemente este fallo no es subsanable con un firmware, sino que requiere una nueva versión de la placa base que corrija físicamente el fallo. A esto hay que sumarle los problemas que están enfrentando tanto desarrolladores como usuarios, donde en muchos casos el software no está optimizado y las distros no están realmente preparadas para soportar los cambios.
Como vemos, todo está realmente verde en este momento, por lo que la opción más sensata sería esperar a que todos estos fallos sean resueltos de una manera u otra antes de lanzarnos a comprar un dispositivo que ya de por sí tiene un precio inflado en base a tres versiones distintas.