Las fuentes de alimentación pierden potencia con el tiempo, y las baratas pierden aún más
Como todos los componentes dentro de un ordenador, las fuentes de alimentación también van envejeciendo con el paso de los años. Sus condensadores y el ventilador van perdiendo sus capacidades poco a poco. Sin embargo, no todas las fuentes de alimentación envejecen a la misma velocidad. En este tutorial vamos a ver los factores que más influyen en su envejecimiento.
A medida que el tiempo pasa, todos los componentes dentro de un ordenador van envejeciendo, de diferentes maneras y con diferentes tiempos. Los ventiladores ven como sus rodamientos se van degradando hasta que quedan inservibles. Aunque cambiar un ventilador, especialmente si se trata de uno que está montado directamente en la caja, no es algo especialmente complejo de hacer.
Cómo detectar que tu fuente de alimentación está ya muy vieja
Lo que ya es más complicado es cuando los condensadores de los componentes electrónicos se van degradando con el paso del tiempo. Este aspecto es mucho más importante en el caso de las fuentes de alimentación, dado que su funcionamiento depende, precisamente, del comportamiento de los condensadores internos de la propia fuente. Cuando los condensadores envejecen, hacen que el ruido que hay en los canales de corriente continua aumente, lo que hace trabajar con más intensidad a los VRM de la placa base y de la tarjeta gráfica para mantener los voltajes estables.
Otro síntoma inequívoco de envejecimiento de la fuente de alimentación, es que los canales de corriente continua comienzan a bajar el voltaje que pueden suministrar. A este respecto, existe una tolerancia en los valores que se han de tener en cuenta la hora de revisar estos. La tolerancia de estos voltajes es de ±5%, es decir, que el voltaje que suministra la fuente de alimentación puede estar entre un 5% por debajo de su valor nominal, así como un 5% por encima:
- +3,3 V: desde +3,135 V hasta +3,465 V
- +5 V: desde +4,75 V hasta +5,25 V
- +12 V: desde +11,4 V hasta +12,6 V
Por consiguiente, si vuestra fuente exhibe unos voltajes que no están dentro de esos márgenes es el momento de cambiarla por otra nueva.
No todas las fuentes de alimentación son iguales
La calidad de las fuentes de alimentación que montamos en nuestros ordenadores es determinante a la hora de juzgar el envejecimiento que sufren en el tiempo y su pérdida de potencia. No es lo mismo montar una fuente genérica a montar una fuente de buena calidad. Los componentes que empleen ambos tipos de fuentes serán de muy inferior calidad en el caso de la fuente genérica, de la misma manera que su expectativa de vida será mucho más limitada (la mayoría de ellas no suelen pasar del año y medio funcionando bien). También en ellas se suelen notar antes los primeros signos del envejecimiento, dado que a medida que envejecen, sus condensadores van perdiendo facultades y dejan de ser capaces de suministrar la corriente como debieran.
También hay que tener en cuenta el tipo de trabajo que se le exige a la fuente de alimentación: no es lo mismo que la fuente se emplee en un equipo dedicado a realizar un trabajo liviano, que una fuente que se conecte a un rig de minería de criptomonedas, donde va a estar funcionando muy cerca de su capacidad total 24/7. Este tipo de uso hace que las fuentes aceleren su envejecimiento de una manera más que apreciable.
Como norma, se suele aceptar que una buena fuente de alimentación suele perder unos 7 W por cada año que envejece, mientras que las fuentes genéricas pueden llegar a perder hasta 20 W por cada año que se están empleando. Como ya hemos comentado, el tipo de uso que le demos a la fuente también puede acelerar su envejecimiento.