Las personas y los ordenadores pueden ser muy similares en algunos sentidos; después de un largo día de trabajo, ir al gimnasio y hacer recados, la energía se agota y necesitamos descansar. De una manera que poco tiene que ver pero cuyo fundamento es parecido, con los PCs sucede lo mismo, y te sorprendería la cantidad de problemas que se pueden solucionar simplemente con reiniciar el PC.
Cuando tienes un problema con el PC y le preguntas a tu amigo informático o a un servicio de asistencia técnica, lo primero que te van a preguntar es casi siempre que si has probado a reiniciar el PC. Esta frase se ha convertido casi en un meme (en parte por la famosa serie televisiva The IT crowd), pero realmente tiene mucho sentido si comprendes qué es lo que sucede cuando reinicias el equipo.
¿Por qué reiniciar el PC arregla (casi) todos los problemas?
Cuando estás usando el PC, hay procesos y aplicaciones que se abren y cierran todo el tiempo. Incluso aunque cierres un programa que tenías abierto, muchas veces hay servicios o subprocesos que se quedan residentes en memoria, lo que eleva el consumo de memoria y pasado cierto tiempo puede producir incluso una sobrecarga en la RAM. Además, estos procesos residentes en ocasiones pueden entrar en conflicto con otros produciendo errores sin motivo aparente.
Estos problemas en el PC no tienen por qué manifestarse necesariamente en forma de mensaje de error, sino que podemos encontrar numerosos síntomas de diferente índole, como por ejemplo que las actualizaciones de Windows no funcionan, que un juego se niega a ejecutarse, o por supuesto los famosos y temidos BSOD (Pantallazo Azul) de Windows.
La RAM necesita un reseteo de tanto en cuando
Una de las cosas que conseguimos al reiniciar el PC es precisamente vaciar completamente la memoria RAM. Como memoria de tipo volátil que es, ésta pierde los datos que contiene en cuanto deja de recibir energía o cuando recibe el comando de reinicio, y por lo tanto es lo primero que ganamos reiniciando el sistema. Si había algún proceso residente que estaba entrando en conflicto con otro y nos generaba algún problema, habremos terminado con él.
Se ha de tener en cuenta que a día de hoy tenemos aplicaciones que pueden llegar a utilizar una gran cantidad de memoria RAM, más allá de lo que sus programadores afirman. Un ejemplo son los navegadores que utilizamos para movernos por varias páginas web, pero también podemos incluir algunos videojuegos en la ecuación en los que a medida que vamos jugando van llenando la RAM más y más. Por eso es importante reiniciar el PC de manera periódica.
Lo que ganamos reiniciando el equipo es un mejor rendimiento, ya que al final todos esos procesos y servicios residentes en memoria también van ralentizando el funcionamiento del PC poco a poco, en mayor o menor medida.
Así pues, en el momento en el que empieces a notar que el PC va lento o que comiences a tener problemas, ya sabes que es lo primero que debes hacer: reiniciar el PC.
Reiniciar el PC por botón es generalmente malo
El motivo de ello es muy simple, el sistema operativo al apagar el sistema, no solamente se encarga de cerrar procesos, sino también de hacer una serie de procesos que son cruciales para el correcto funcionamiento en el siguiente reinicio. Por lo que al apagar el PC de manera indirecta y a través del sistema operativo le permiten hacer a este una serie de tareas de mantenimiento.
Por ejemplo, algunos sistemas operativos utilizan archivos temporales que almacenan en el almacenamiento del sistema, los cuales son utilizados muchas veces como tablas de consulta no solo para muchas funciones, sino también aplicaciones. El apagado forzado vía botón deja esos archivos temporales sin eliminar.
Otro ejemplo tiene que ver con los instaladores, ya no ocurre tanto, pero algunos instaladores necesitan ejecutar una serie de procesos que requieren el reinicio del equipo. ¿El problema con reiniciar el PC a través del botón? Dado que esos procesos empiezan en el periodo de apagado del sistema operativo entonces estos no se dan y las instalaciones, aunque funcionales, no se completan de la forma que quiere el desarrollador de dicho software. Es más, cuando una aplicación recién instalada os pide reiniciar, lo que hace es invocar a todo el proceso de apagado y encendido del sistema operativo.
Cómo reiniciar el equipo de manera correcta
Aunque parezca algo evidente, incluso los reinicios en el PC hay que hacerlos de una manera controlada para evitar problemas. Casi todas las cajas de PC tienen un botón físico de RESET que nos permite reiniciar (conocido como «reiniciar de botonazo»), pero es algo a lo que solo deberíamos recurrir como último recurso, ya que cortará de inmediato cualquier operación que el PC estuviera realizando, y si por ejemplo en ese momento estaba escribiendo algún archivo éste podría quedar corrupto (a esto hay que añadir que si ese archivo era de sistema, podría producir que el sistema operativo diera error al arrancar). Por supuesto, el botón de encendido de la fuente de alimentación y quitarle el cable o desenchufar el PC tienen el mismo efecto.
Por lo tanto, siempre que sea posible es necesario realizar un reinicio controlado. Para ello, en sistemas operativos Windows simplemente haz clic con el botón derecho del ratón sobre el botón de Inicio, selecciona Apagar y luego Reiniciar.
Si tu equipo utiliza sistema operativo MacOS, entonces haz clic en el icono de la manzana mordida ubicado en la esquina superior izquierda de la pantalla y simplemente selecciona la opción «Reiniciar…». Aparecerá una pantalla de confirmación como la que podéis ver a continuación, donde lógicamente deberemos marcar Reiniciar (y es recomendable no marcar la opción de volver a abrir las ventanas para evitar ralentización en el equipo).
Si utilizas sistema operativo Linux, obviamente dependerá de la distribución, pero generalmente simplemente tendrás que ir al menú en el entorno gráfico y seleccionar la opción de reiniciar. En cualquier caso, siempre tienes la opción de hacerlo con la línea de comandos, introduciendo el siguiente:
shutdown -r