Cuando no tenemos mucha idea sobre cómo hacer overclock, nos parece buena opción elegir el que nos recomienda la placa base. No obstante, hay que tener en cuenta que el Overclock One-Click en una CPU Ryzen puede no ser lo más recomendable, por lo que te explicamos las luces y sombras de esta metodología.
Muchos usuarios hemos practicado alguna vez el Overclock One-Click por diferentes razones: poco tiempo, desconocimiento o falta de ganas, entre otras. Dicho esto, no todo el mundo sabe que este overclock puede no ser lo ideal para nuestra CPU porque la gente cree que los ajustes de las placas base no son malos. Si tienes una CPU Ryzen y quieres sacarle el máximo provecho, hay ciertas cosas que debes tener en cuenta
¿Qué es Overclock One-Click?
Es una función que traen las placas base AM4 de Ryzen y se trata de un ajuste de overclock rápido que podemos activar metiéndonos en la BIOS y haciendo clic en un botón. De este modo, una persona que no tenga conocimientos sobre overclock puede disfrutar de un pequeño turbo en su CPU Ryzen.
Dicho Overclock One-Click se caracteriza por ser liviano, aunque podemos ver que las placas base pueden exprimir de diferente manera a la CPU. Al final, es una diferencia entre fabricantes y modelos de placas base, pero el resultado es el mismo: podemos hacer overclock a nuestro Ryzen con tan solo pulsar un botón.
Normalmente, este overclock suele subir una frecuencia de 300-400 MHz respecto a la frecuencia base del procesador. Sin embargo, cuando activamos esta función vemos que muchas placas suben demasiado el voltaje del procesador de forma innecesaria, pudiendo con ello elevar la temperatura a rangos peligrosos.
¿Merece la pena?
La respuesta corta es no, pero vamos a argumentarla debidamente. El Overclock One-Click que ofrecen las placas base se caracteriza por ser variable (aunque encontramos otros que no lo son), es decir, se adapta a la carga de trabajo que tenga la CPU. De este modo, si ejecutamos el programa CPU-Z para ver la frecuencia del procesador, veréis que es cambiante y que no siempre es la misma, aunque hay placas que hacen un overclock con frecuencia fija de este modo.
Cuando hacemos overclock de forma manual, la frecuencia de la CPU es fija, siendo la misma en cualquier carga de trabajo. Si hacemos caso a la lógica, pensaremos que este tipo de overclock es lo óptimo porque aprieta o desahoga a la CPU cuando es necesario, subiendo o bajando sus frecuencias.
No obstante, hay una peculiaridad que hay que tener en cuenta: el voltaje. Otra de las cifras a las que debéis prestar atención en un Overclock One-Click, es el voltaje que tenga vuestro Ryzen. En caso de que os preguntéis por qué es importante, debéis saber que a más frecuencia, más voltaje, lo que hará que la CPU se caliente más y consuma más. No solo eso, un mayor voltaje tiene una repercusión en las VRM de la placa base, haciendo que éstas suban de temperatura.
Por tanto, el problema de las placas base es que sus ajustes automáticos pecan de sobrevoltaje, ya que podríamos hacer un mismo overclock a la CPU Ryzen sin subir tanto el mismo. Desde hace tiempo, no se recomienda que ningún overclock supere un voltaje de 1.45 V, aunque podemos ver refrigeraciones muy potentes en las que esto no es un problema. En caso de hacer un Overclock One-Click, veréis que la CPU puede llegar a esos voltajes, lo que va a causar una reducción de la vida útil de nuestro procesador.
Igualmente, nunca recomendamos un overclock extremo porque estamos jugando con límites que pueden verse en nuestra contra, llegando a romper el procesador. Para aquellas personas que no tengan mucha idea de overclock, les diría que el Overclock One-Click es un comienzo, pero que se puede mejorar. Lógicamente, se mejora aprendiendo los conceptos básicos y poniéndonos manos a la obra.
Si comparamos el overclock de este tipo con el que podamos hacer nosotros, nos quedamos con el overclock de toda la vida porque la CPU no tendrá sobrevoltaje, podremos disfrutar del mismo rendimiento (incluso más) y no reduciremos tanto la vida útil de la CPU. Así que, nuestra respuesta es que, habiendo otras opciones, no merece la pena.