Un cuello de botella se da cuando un componente de nuestro PC no permite que otro rinda al máximo, lo que provoca que el resultado final no sea el esperado. Si ves que tus juegos favoritos para ordenador no rinden como deberían según el hardware que tienes, posiblemente es que tu sistema esté desequilibrado y tocaría hacerle una renovación. Es por ello que os vamos a explicar la relación entre la CPU y los Frames por segundo y como saber cuándo esta limita el rendimiento en los juegos.
Antes de nada hemos de aclarar que las exigencias de procesador y tarjeta gráfica no son las mismas para todos los juegos y varían de un título a otro. Sin embargo, a la hora de mejorar nuestro PC para poder disfrutar de un mayor rendimiento en nuestros juegos nos podemos encontrar limitados. Sabemos que no siempre tenemos el capital para actualizar ambos componentes y debemos escoger cuál de ellos actualizar. Por lo que nuestra recomendación es que si puedas reemplaces ambos para mejorar el rendimiento de nuestro PC.
¿Cómo influye la CPU en los frames por segundo?
Los videojuegos no son más que un bucle continuo en el que en cada fotograma el procesador actualiza la situación de la escena y crea una lista de pantalla que no son más que una serie de instrucciones para que la gráfica genere el frame.
Por lo que el tiempo de fotograma no es lo que tarda la tarjeta gráfica en generar el frame, sino que es una suma de ambos.
- Si la tasa de FPS no está limitada, entonces una CPU o GPU más potentes se traducirán en un aumento de la tasa de frames.
- Si la tasa de FPS se encuentra fija, una CPU sin potencia suficiente le quitará potencia a la gráfica, la cual tendrá que reducir el nivel de detalle para alcanzar la velocidad estipulada. Esto se puede conseguir recortando la resolución, suprimiendo el uso de ciertos filtros gráficos o usando otros equivalentes que requieren de menos potencia de cálculo.
Es por ello que si aumentas la potencia del procesador ves siempre un aumento en el rendimiento, pese a que el resto del hardware sea exactamente igual, ya que, por un lado, se reduce el tiempo por fotograma, y por el otro lado, le damos más tiempo a la gráfica en un tiempo fijo. No olvidemos que decir FPS es lo mismo que hablar de la frecuencia, la cual es la inversa del tiempo.
¿Cómo saber que la CPU de tu PC es el cuello de botella?
Lo primero que deberás mirar son los requisitos técnicos del juego, si ves que es inferior a lo recomendado por el desarrollador del juego, entonces lo que deberás hacer es reducir el nivel de detalle en el juego para que la CPU pase menos tiempo creando la lista de pantalla y ganar unos milisegundos adicionales. En el caso de que cumplas las especificaciones, asegúrate de cerrar el resto de aplicaciones que estás usando y que requieren también la atención del procesador.
Sin embargo, existe otro cuello de botella que es por falta de actividad. Si a la hora de ejecutar cualquier videojuegos en tu PC vas al Administrador de tareas y te encuentras que la CPU tiene un porcentaje de uso muy bajo, entonces toca forzar la maquinaría. No en vano, los procesadores actuales de Intel y AMD cuanto tienen poca carga de trabajo se relajan en velocidad de reloj para reducir su consumo y calor. Por lo que con ello bajan su rendimiento.
Quizás el juego funciona a una tasa de fotogramas estable y es totalmente jugable con una gran fluidez, pero es el momento de pisar el acelerador. ¿Cómo? Sencillo, sube la resolución de imagen del juego y repentinamente verás la magia. Tu tarjeta gráfica pasará a mover los gráficos bajo una resolución superior a una tasa de frames casi igual a la anterior.