Steam es la tienda de videojuegos que ha permitido al PC mantenerse como una plataforma de juego más dentro del actual panorama en el que compite con PlayStation, Xbox o Nintendo. Ahora bien, sufre de un pecado capital que muchos usuarios no le perdonan como es la necesidad de estar conectados prácticamente siempre para verificar la legitimidad de ese juego que queremos poner en marcha.
Los famosos DRM
Esa necesidad de verificar con los servidores esa legalidad de la copia que tenemos instalada funciona gracias al DRM que el juego lleva y que impide que lo podamos poner en marcha en otro sitio que no sea a través del ecosistema ideado por Valve. Eso aleja cualquier posibilidad (de momento) de que en el futuro, una vez que la propia plataforma cierre, nuestras compras estén disponibles si los servidores son dados de baja.
Ese temor ha llevado a muchos jugadores a preferir opciones como GoG. La tienda de CD Projekt RED en eso siempre ha sido transparente o permite que nos bajemos al PC versiones sin DRM que podemos instalar, copiar y manipular sus archivos en cualquier sitio sin necesidad de andar con una conexión a cuestas que verifique todo el rato que esa compra nos pertenece. Es más, lo mejor de todo es que podremos realizar un backup y descansar tranquilos los próximos años.
Entonces, ¿por qué hablamos de juegos sin DRM en Steam? Pues porque GoG, hasta hace nada, tenía un programa de descarga vinculado a la tienda de Valve que era la joya de la corona de los usuarios de PC.
Adiós a GoG Connect
GoG puso en marcha con bastante discreción una iniciativa que intentaba llevarse a usuarios de Steam a su tienda. Y la forma que ideó era tan genial como arriesgada: ofrecer a través de GoG Connect una copia digital sin DRM de compras que tuvieran en Steam. Solo tenías que conectar las dos bibliotecas para que la store de CD Projekt RED añadiera esos títulos que habías comprado (no estaban todos) y te ofreciera la oportunidad de bajártelos sin pagar un euro extra.
Eso permitió a miles de usuarios tener, por fin, archivos de backup de sus compras en la tienda de Valve aunque fuera en otra aplicación, para almacenarlas en discos duros personales, servidores propios o en sus servicios en la nube contratados… pero el sueño terminó. Y lo ha hecho repentinamente, sin previo aviso por parte de los polacos que han cerrado el grifo de GoG Connect de la noche a la mañana. ¿Tal vez por presiones de Valve? ¿Por intercesión de las propias distribuidoras que estaban viendo cómo perdían la opción de vender unas poquitas unidades más?
Sea como fuere, los jugadores que conocían de la existencia de GoG Connect se han quedado con un palmo de narices y volviendo a la dura realidad de que todas sus compras en Steam tengan un DRM como un castillo que les impida, en un futuro, contar con versiones propias capaces de ejecutarse sin tener que estar conectados a internet.
Lo dicho, adiós al sueño de los juegos sin DRM en Steam. Otra vez.