El grafeno iba a revolucionar la informática, pero, ¿se ha pinchado la fantasía?

Seguramente recuerdes que hace algunos años se descubrió que el grafeno tenía grandes propiedades. Han pasado cerca de diez años desde que se hablara que el grafeno podría reemplazar al silicio en la fabricación de procesadores. Tras más de una década, el fervor inicial por el grafeno ha pasado, pero, ¿sigue siendo importante para la informática?
Es posible que no te acuerdes, pero fue allá por 2012 cuando empezó la fiebre por el grafeno. Un grupo de científicos, experimentaba los viernes con materiales y posibilidades fuera de lo común, con ideas divertidas y locas. Decidieron raspar la mina de un lápiz a ver que propiedades le encontraba y se toparon con el sustituto del silicio.
Descubrimos muchas cosas, pero se nos han olvidado
Los primeros datos descubiertos apuntaban a ser un material semiconductor increíble. Todo apuntaba a que podría ser el reemplazo al silicio, material usado para fabricar procesadores y otros elementos. Poco a poco se fueron detectando nuevas propiedades y capacidades, como la posibilidad de emitir luz o que bien ordenado, podía ser tan duro como el acero.
Todo esto estaba dentro de un lápiz, esa herramienta que usan los niños en el colegio. Un material muy abundante y fácil de conseguir, por lo que era una alternativa brutal al silicio, que es abundante pero difícil de conseguir. Una década después, seguimos usando los lápices, pero ni rastro del grafeno.
El gran problema del grafeno no es conseguirlo, el gran problema que presentaba era el tratarlo. Podemos obtener un kilo de grafeno muy fácilmente, pero es bastante complicado tratarlo y moldearlo. Se requieren procesos lentos y costosos para fabricar cualquier cosa a partir del grafeno, algo que lo hace inviable.
Sobre todo, es inútil para fabricar procesadores a nivel de costes. Fabricar una oblea de silicio es relativamente simple y el siguiente proceso, más o menos igual. El «imprimir» un circuito en una oblea de silicio, pese a ser complejo y requerir de maquinaria especializada, es mucho más sencillo que hacer el proceso en grafeno y claro, más barato.
Pese a que el grafeno tiene mejores propiedades aparentes, estas se diluyen cuando haces cuentas. Para que nos hagamos una idea, un Intel Core i7 que cuesta unos 350 euros, podría costar entre 10-25 veces más de estar fabricado en grafeno. Claro, hablamos de unos costes realmente astronómicos.
Muy difícil reemplazar al silicio
La realidad es que, pese a las grandes limitaciones del silicio, ningún material parece susceptible de reemplazarlo. Como es un material tan barato y fácil de tratar, los costes de reducen de manera notable. Además, tenemos unos grandes conocimientos al respecto de este material, ya que llevamos décadas usándolo en informática. Es necesario tiempo para conocer el grafeno y saber todo lo que nos ofrece y cómo lidiar con sus problemas.
No podemos descartar que el grafeno vuelva y se convierta en el rey de la pista, pero fácil no resulta. Lo más probable es que se utilice para otros fines donde se requiere menos precisión. Tampoco parecer sencillo reemplazar al mejor semiconductor que conocemos. No solo por sus propiedades, también por poderse combinar con otros materiales de manera cómoda y segura.
Destacar que no es el primer material que quiere reemplazar al silicio sin conseguirlo. Pero, se sigue trabajando en buscar una alternativa a este material que se está agotando. No es que su producción se termine, lo que se está agotando es la capacidad de miniaturización. Llegará un momento en que la física diga que ya no se puede reducir el transistor sin que exista electromigración.