Hoy analizamos una nueva mesa gaming. Hace unos meses analizamos la Drift DZ200, una mesa gaming compacta ideal para tener uno o dos monitores a lo sumo. Si tienes un ordenador con tres pantallas, una mesa así se queda corta, y ahí es donde entra en juego un modelo como la Trust GXT 1190 Magnicus, una mesa gaming con un tamaño ideal para poner tres monitores, o dos monitores y el ordenador encima de la mesa.
La Trust GXT 1190 Magnicus fue anunciada a principios de octubre de 2020. Este nuevo modelo cuenta con un diseño base similar al que encontramos en las mesas de escritorio Bekant de IKEA: dos patas de metal unidas por una estructura que le aporta rigidez, y sobre la que descansa el tablero principal. Sin embargo, en este modelo, Trust incorpora multitud de mejoras interesantes. A lo largo de esta review vamos a ir viendo qué semejanzas y diferencias tiene con la mesa de Ikea, y cuál puede ser una mejor compra para ti.
Índice
Trust GXT 1190 Magnicus: características técnicas
La Trust GXT 1190 Magnicus es una mesa gaming de tamaño XXL con alfombrilla que cubre toda la superficie de la mesa, y cargador inalámbrico incorporado. La mesa ofrece una capacidad para hasta tres monitores o dos monitores y un ordenador encima de la mesa. El cargador inalámbrico utiliza tecnología Qi, el estándar inalámbrico del mercado, por lo que podemos cargar cualquier móvil sin problema. En el mismo cargador inalámbrico tenemos una pequeña puerta de giro que deja al descubierto un conector USB compatible con Quick Charge 3.0.
La mesa incluye también una alfombrilla que cubre toda la mesa (160 x 82 cm), con una textura optimizada para todos los sensores de los ratones para la máxima precisión. La estructura de la mesa está fabricada en acero, aportándole estabilidad, dureza y durabilidad. La mesa cuenta con un borde curvado para ofrecer una posición más cómoda mientras jugamos. También tenemos un soporte para auriculares y otro para bebidas, además de una malla que se une a la base de acero para pasar los cables.
El peso total de los materiales y las cajas es de 44 kg, con un peso de 41 kg una vez instalada la mesa. La mesa soporta un peso máximo de 60 kg encima. La altura de la mesa es regulable 9 cm, como veremos más adelante, a elegir desde 70 a 79 cm. La profundidad de la mesa es de 82 cm en su parte más extensa (en las esquinas), pero en la mitad de la mesa, la profundidad es de 70,5 cm por su diseño curvo.
Unboxing
Aunque en las imágenes de la web se vea una única y gran caja, en realidad la mesa está dividida en dos paquetes. El paquete más plano incluye el tablero principal, dividido en tres piezas de madera, y una de las piezas alargadas que sirven de base para las patas.




El segundo paquete incluye el resto de piezas, entre las que encontramos la segunda base de la otra pata, las dos patas, las piezas de metal para formar la estructura base sobre la que van ancladas las piezas de madera, una red para apoyar los cables, la alfombrilla que cubre toda la mesa, el manual, y un blíster que incluye todos los tornillos, arandelas y herramientas que necesitaremos.





En esta segunda caja también se incluye una pequeña caja a su vez, la cual contiene las cuatro bases de goma enroscables que aportarán estabilidad a la mesa, así como el cargador inalámbrico, un posavasos y una pieza para colgar los auriculares. Estas dos últimas las podemos colocar por diversas partes de la mesa conforme nos venga mejor, pudiendo elegir lado en el que colocarlas de la mesa, e incluso si ponerlas por delante o por un lateral.
Montaje
La guía de montaje es muy clara en todos los pasos, excepto en uno en el que no se especifica claramente el sentido en el que hay que poner una de las piezas, pero que como veremos más adelante es fácil de entender.




Empezamos por la dos patas, a las cuales tenemos que ponerle cuatro tornillos, así como los topes de goma enroscados.


La altura base de la mesa montada es de 70 cm, y si queremos darle más altura a las patas, este es el momento ideal para hacerlo desapretando ligeramente los dos tornillos laterales que tiene cada pata. Tenemos hasta 9 cm para elevar la mesa.


Una vez hemos pasado las patas, ahora tenemos que unir las dos vigas principales que nos permitirán conectar ambas patas. En este caso, tenemos que asegurarnos de que las piezas quedan como en la siguiente imagen, como si fueran dos L puestas de espaldas, y con los agujeros mirando hacia arriba. Posteriormente, hacemos lo mismo con la otra barra y las mismas piezas.


Una vez tenemos ambas barras montadas, lo único que nos queda es unirlas a la estructura cuadrada de las patas. Cada barra tiene cuatro puntos de unión, dos por pata, haciendo un total de 8.
Estas uniones, al igual que las de las barras intermedias, se hacen con un tornillo, una arandela, y una tuerca que se aprieta desde el otro lado. En el caso de las barras, sólo se usa una arandela. Sin embargo, en las uniones de las barras y las patas podemos usar dos, ya que, además de ser de mayor tamaño, vienen unidades de sobra.
Una vez hemos montado la estructura completa, la apartamos, y unimos los tres paneles de madera, poniéndolos boca abajo en el suelo usando cartones para evitar que se rayen con el suelo. La unión de los paneles entre sí, como hemos visto en el unboxing, es mediante pequeños enganches de metal, pero no le aporta unión como tal. Lo que une realmente los paneles es la estructura de metal.


Con los tableros boca abajo, podemos ver un detalle importante de esta mesa, y es la rosca que usan los tornillos. En otras mesas del mercado, los tornillos van enroscados directamente a la madera. Si te mudas con frecuencia y vas a tener que desmontar la mesa en el futuro, es importante fijarse en esto, ya que los tornillos directamente a madera pueden ofrecer algún problema de durabilidad en el futuro. Con los tacos de metal dentro de la madera nos aseguramos una mayor durabilidad frente a desmontajes, además de poder apretar con mayor tranquilidad para dejarlo todo fijo.
Después de esta observación, es momento de coger la estructura de metal y colocarla encima (da igual en qué dirección). En total, contamos con 12 tornillos que unen la estructura a la mesa. Una vez hemos unido los tableros a la estructura, la mesa como tal ya está montada.
A partir de aquí lo único que nos queda es montar los accesorios que necesitemos. La tela para sujetar los cables es recomendable montarla, ya que nos permitirá pasar cables cómodamente.




La tela queda muy ajustada, y de hecho hay que hacer algo de fuerza para llegar a los tornillos (puede que escuches algún que otro estiramiento como consecuencia). Esto es necesario, ya que la tela queda perfectamente rígida enganchada a seis tornillos, de manera que podemos poner incluso transformadores o regletas sin que el peso haga que se hunda demasiado.
Como vemos en las imágenes, el diseño de los enganches podía haber sido algo diferente para quedar aún más tenso, pero con este diseño podemos pasar cables tanto por dentro como por detrás de la estructura sin que queden justo encima de nuestras piernas al sentarnos. Quizás el único cambio que habría hecho a nivel de diseño es alejar el tornillo central para que quede un poco más tenso, ya que esta zona queda algo ligera.
En cuanto a los accesorios que podemos atornillar, encontramos el soporte para los auriculares y otro para las bebidas. Es recomendable, no obstante, que montéis ambos después de darle la vuelta a la mesa, ya que así evitáis posibles accidentes, como doblar las piezas al apoyarla.
Así, una vez dada la vuelta, ya tenemos la mesa, donde lo único que nos queda por hacer es colocar el pasacables, el cargador inalámbrico y la alfombrilla. Es recomendable poner primero la alfombrilla y después el pasacables y el cargador para que quede a ras de alfombrilla, aunque las piezas no se sujetan tan bien como si la ponemos directamente sobre el tablero.


Así, finalmente, ya tenemos la mesa montada. La alfombrilla está algo arrugada cuando se saca del envoltorio, pero con el paso de las semanas se va aplanando sola tras el uso. En el caso de querer aplanarla, puedes hacerlo con vapor.


Prueba
La mesa cuenta con un diseño espectacular y está diseñada para facilitar la comodidad durante horas y horas de uso. Su forma curva en la parte frontal hace que se adapte perfectamente a los brazos encima de la mesa y de manera natural al cuerpo.
La mesa es muy estable, gracias a su elevado peso y consistente estructura. Los pies de goma adhieren muy bien, quizás demasiado, lo que dificulta mover la mesa para hacer pequeñas correcciones de posición. A cambio, esto hará que la mesa no se nos mueva del sitio definitivo en el que la pongamos.
Como vemos en las imágenes, caben a la perfección tres monitores de 27 pulgadas sin ningún problema, así como también podemos poner dos monitores y una torre.
El diseño curvo, no obstante, hace que pierda algo de profundidad en la zona media. Si vas a usar la mesa estando recostado, una postura muy común si estás jugando, entonces es preferible llevar el teclado lo más al fondo posible. En mi caso, el monitor central ha de sobresalir un poco por la parte trasera para estar cómodo y poder llevar el teclado más arriba.
Una posible solución a esto es añadir una pequeña pieza de madera como hacen otras mesas en el mercado, lo cual podría venderse como accesorio para logar al menos 80 cm de profundidad en lugar de los 70,5 cm de profundidad que tiene justo en la parte media.
La alfombrilla que cubre toda la mesa es algo que una vez que lo pruebas no quieres volver atrás. Es muy cómodo olvidarse de los bordes de una alfombrilla o de choques con otros elementos de la mesa, ya que podemos mover la mano por cualquier parte de la mesa y gozar de la máxima suavidad. La alfombrilla tiene bastante espesor, siendo suave por encima y muy adherente en su parte inferior gracias a la goma. Las dos primeras semanas huele un poco a goma, pero poco a poco va perdiendo intensidad el olor. Otra opción es dejarla fuera ventilando durante unas semanas si no quieres que el olor se quede en la habitación.


Si tienes un teclado mecánico, quien viva contigo va a agradecer el uso de una alfombrilla, ya que el sonido del teclado se oye mucho menos al quedar amortiguado por la alfombrilla en lugar de que el sonido golpee directamente un tablero de madera. Los brazos también descansan más cómodamente sobre la alfombrilla, ofreciendo algo de acolchado en lugar de contactar directamente con la madera.
Usar la mesa sin la alfombrilla es posible, pero le quita algo de gracia a su estética gaming. Además, estás obligado a usar una alfombrilla para el ratón para evitar la unión de los tableros central y derecho. En cuanto a los tableros de madera, los bordes podrían estar más redondeados, ya que tienen cortes con ángulos muy rectos, aunque no hay problemas de cortes.
El cargador ofrece una carga bastante buena, siendo compatible con Quick Charge de Qualcomm con una potencia de hasta 18 W. La carga inalámbrica es algo más lenta, pero funciona muy bien también.
Los soportes para auriculares y bebidas son muy cómodos también. El de los auriculares podría tener un diseño algo más redondeado para evitar que el punto de apoyo fuesen las dos barras laterales, pero está bastante bien. El posavasos tiene la ventaja de que, además de poner latas, permite también colocar el móvil si así lo deseamos, ya que cabe perfectamente de pie, y podemos pasar el cable por debajo para cargarlo.
En cuanto al pasacables, tenemos una excelente rigidez, y podemos poner regletas y transformadores sin que la tela baje por debajo de la estructura de metal. La estructura de metal tiene un espesor de 5 cm, dejando 65 cm de espacio entre la mesa y el suelo para que no nos moleste en las piernas.
Pequeña comparativa con la Bekant de Ikea
La Trust GXT 1190 tiene muchas similitudes a nivel de diseño con la Bekant de Ikea, y la mejora en casi todo. La Bekant tiene tods patas laterales en forma de T con el mismo diseño que la de Trust, pero en el caso de esta última son muy más rígidas, pesadas y estables. El tablero de la Bekant está disponible en varios tamaños, pero el de 160 x 80 es el que más se asemeja en tamaño.
Lo bueno de ese tablero de la mesa de Ikea es que tiene 80 cm de profundidad en toda su extensión, facilitando el poder poner cosas al fondo de la mesa y poder dejar descansar cómodamente los brazos sobre la mesa. Además, el tablero de la Bekant tiene unos bordes en su madera mucho más redondeados, siendo más cómoda al tacto en los brazos.
La Bekant es más ligera, y a cambio también más inestable. Es más sencillo moverla, lo que hace que tengamos que estar recolocándola todo el tiempo. Además, la malla pasacables inferior está menos tensa y no nos permite poner cosas de peso, ya que se hunde con facilidad y nos molesta en las piernas. Por ello, la malla de la mesa de Trust es mucho más útil.
En el caso de la Bekant tenemos también un montaje mucho más sencillo, con la estructura base ya montada y un tornillo por pata. Además, la unión con el tablero se hace fácilmente con unos pocos tornillos con tacos y un martillo, simplificando su montaje y desmontaje. En el caso de la Trust, por suerte, una vez montas la estructura base, lo único necesario es desanclar la estructura del tablero y desatornillar los cuatro tornillos por pata para transportarla. No es lo más cómodo, pero es bastante llevadero. La estructura de metal de la Bekant tiene un espesor de 3 cm, frente a los 5 cm de la Trust.
También tenemos la alfombrilla que cubre toda la mesa, así como accesorios como un cargador inalámbrico con puerto USB, y mejores acabados. Por último, tenemos la diferencia de precio, que es lo que probablemente te esté haciendo dudar si decidirte por una o por otra. La Bekant, con patas y tablero, cuesta 179 euros. La Trust tiene un PVP de 349 euros, aunque en el momento de escribir estas palabras está en oferta por 279 euros.
Por ello, tenemos un precio que es 100 euros superior en la Trust. A primera vista esto puede ser demasiado, pero hay que tener en cuenta todo lo que nos ofrece la mesa de Trust frente a la de IKEA. Entre esas mejoras encontramos la alfombrilla, que como hemos dicho antes, cambia por completo la comodidad a la hora de usar una mesa, amortiguando las pulsaciones del teclado, hace más cómodo mover el ratón, y hace que los brazos reposen en una superficie más blanda. Una alfombrilla de gran tamaño nos puede costar perfectamente 40 euros, y una que cubra una mesa del tamaño de la Trust nos puede costar más de 100 euros.
Además, con la Trust tenemos una mesa más estable, con carga inalámbrica, con una malla que resiste más peso. Así, el único motivo para comprar una Bekant es que queramos gastar menos dinero, que queramos una mesa más ligera, una mayor profundidad con los 80 cm, que queramos tener un poco más de espesor para las piernas, que sea más rápida de desmontar, o que no nos interese utilizar la alfombrilla. Si quieres una mesa más estable, más agradable de usar, con accesorios para colocar auriculares o cargar el móvil inalámbricamente, la Trust es mucho mejor.
Conclusión
La Trust GXT 1190 Magnicus es una excelente mesa gaming que demuestra el nivel de sofisticación y mejora que han ido adquiriendo estas mesas en los últimos años. Lejos quedan los tiempos donde el PC se coloca en cualquier mesa, ya que hay actualmente modelos para aburrir con funcionalidades que se adaptan a la comunidad gamer más exigente. Con la Trust tenemos una mesa grande en la que caben tres monitores, muy estable gracias a sus pesadas patas y rígida estructura, y una alfombrilla que ofrece una comodidad excelente para largas sesiones de uso.
Su precio es algo elevado con respecto a la mesa Bekant de IKEA, pero por 100 euros más tenemos mejoras como una alfombrilla que cubre toda la mesa, cargador inalámbrico, una malla para pasar cables más tensa, y una mesa de mejor calidad, con una estabilidad mucho mayor y unas patas muy adherentes. En definitiva, la diferencia de precio hace que merezca la pena si tenemos en cuenta todo lo que ofrece frente a la Bekant.
Por ello, la Trust GXT 1190 Magnicus recibe nuestra medalla de platino, y nuestra recomendación por su diseño y rendimiento.


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