El tiempo va cambiando las exigencias de usuarios y empresas, además cada vez a un ritmo más rápido, de manera que mantenerse en la cúspide cada vez es más complicado. El teletrabajo avanza y ahora los requerimientos de hardware para poder rendir al máximo se han actualizado. Intel es consciente de ello, por lo que ha dispuesto de una nueva serie de procesadores para portátiles que cubran todas las necesidades con un consumo mínimo y máximas prestaciones. Hablamos de la 10ª Generación de CPUs Intel Core y hoy entenderemos el por qué están por encima de la competencia.
Intel no ha descuidado su gama de portátiles y aunque normalmente siempre destacan sus procesadores gaming por motivos obvios, en esta ocasión y sabiendo que la ventaja de la que disponen es alta frente a su máximo rival, las series U e Y son quizás incluso más atractivas que la serie H (para jugadores).
Y es que al no estar centradas solamente en un propósito tan marcado como el de los jugadores profesionales o competitivos, estas dos series abarcan mucho más campo y son más útiles a grandes rasgos que la nombrada serie H.
¿Por qué no disponer de todas las mejoras de la arquitectura Ice Lake en un dispositivo de bajo consumo y con un rendimiento sorprendente?
Gaming, streaming y creatividad, no renuncies a nada con la 10ª Generación Intel Core
Si hay algo realmente interesante desde el punto de vista de los procesadores es su capacidad para trabajar en diferentes escenarios. Si miramos desde la arquitectura de los mismos, los pasos hacia delante que ha dado Intel con Ice Lake en las series Core U y Core Y de 10ª Generación, son realmente grandes frente a su predecesora.
Como no podría ser de otra forma, tenemos que comenzar hablando de una de las grandes novedades del sector: los 10 nm como proceso litográfico. Actualmente es lo más avanzado que tiene Intel sobre la mesa, ya que emplea el llamado SAQP (Self-Aligned Quad Patterning) para su producción, una mejora que es necesaria para lograr mayor densidad que sus competidores, hasta el punto de que cualquier procesador fabricado en sus 10 nm es 1,7 veces más denso en «lógica bruta» que el mismo proceso de sus competidores.
Tanto es así, que actualmente estos 10 nm son más densos que los 7 nm de Samsung y TSMC (106,10 vs 95,30 vs 96,49 MTx/mm2). ¿Por qué es importante esto de cara al usuario? Más densidad por mm2 permite mayor número de transistores y esto repercute en un mayor rendimiento de los procesadores que lo incluyan.
Intel da cifras bastante concretas: sus 10 nm de esta 10ª Generación de procesadores es hasta un 60% más eficiente y un 25% mejor en rendimiento que su proceso de 14 nm. Esto se traduce en el mundo real en un paso y medio adelante en gaming, streaming y creatividad para cualquier usuario que porte una de estas CPU.
Intel 10ª Generación Ice Lake Series U e Y, máxima potencia y ahorro de energía
¿Por qué renunciar a algo en pleno 2020? Intel nos ofrece todo lo que necesitamos como usuarios en una gama de procesadores tremendamente completa que cubre desde las necesidades más básicas hasta las más altas mediante dos gamas de procesadores (Ice Lake-U y Ice Lake-Y).
Como vemos, tendremos 11 procesadores disponibles para elegir dentro de una gran cantidad de dispositivos, que van desde un Ultrabook, hasta un convertible o incluso tablet. En cuanto a rendimiento y teniendo en cuenta la disparidad de características que hay entre ambas series U e Y, donde es cierto que en algunas ocasiones comparten incluso número de núcleos, por simple rendimiento no encontraremos a groso modo diferencias más allá de las frecuencias de CPU y GPU:
Las primeras diferencias las encontraremos sobre todo en el consumo de cada serie y procesador en concreto. La serie Y está destinada a ofrecernos la mejor potencia con el menor consumo disponible, lo que hace a estos procesadores perfectos para dispositivos ultra compactos o ultra móviles, como 2 en 1 desmontables, tabletas digitales, tablets y dispositivos como Chromebooks o similares.
En cambio, la serie U sube un escalón y está dirigida hacia tablets premium y dispositivos móviles de alto rendimiento, donde podemos encontrar portátiles ultra finos, Notebooks y similares.
Por suerte y a diferencia de otras plataformas, la gestión térmica y de potencia entre las dos series es exactamente igual, por lo que la menor de ellas no se ve perjudicada y adquiere todos los beneficios de la mayor.
Tendremos, por ejemplo, hasta un estado C10 de reposo, audio HD D3 o la tecnología Intel Display Power Saving para ahorrar batería cuando sea posible.
Tarjeta gráfica integrada Iris Plus, preparada para jugar
Sin duda, uno de los puntos fuertes de la décima generación de procesadores Intel dentro de las series U e Y es precisamente su iGPU Intel Iris Plus, la cual también está fabricada en un proceso litográfico de 10 nm+. Solo tres procesadores de ambas series se quedan fuera del soporte para estas nuevas iGPU: Intel Core i5-1035G1, i3-1005G1 e i3-1000G1, ya que partirán con una Iris Plus de la generación anterior con 32 EUs disponibles.
El resto de procesadores se reparten entre las 48 EUs y las 64 EUs respectivamente y según el modelo elegido. Las diferencias van más allá, aunque es cierto que comparten casi todas las características entre ambas series:
Como vemos, la serie Ice Lake U de décima generación tendrá soporte para PCIe en dGFX con un bus disponible de x4, algo necesario si tal y como figura queremos dar soporte a gráficos intercambiables o híbridos con otras GPU.
Esto extiende el rango de GPUs que puede usar un portátil, por ejemplo, ya que podríamos ver GPUs como la NVIDIA MX250 o MX350 junto a estas Iris Plus, complementando el apartado gaming para jugadores más exigente y ofreciendo al mismo tiempo una cantidad ingente de posibilidades para fabricantes y usuarios.
Además, ambas series comparten una gran cantidad de opciones de medios, por si queremos ver la pantalla de nuestro dispositivo en una televisión o pantalla de gama alta, así como si queremos editar de una manera más rápida vídeo o audio como si fuésemos un profesional de la edición.
La comparativa de rendimiento en gráficos integrados trajo consigo un aumento de rendimiento para la generación Ice Lake-U muy importante, ya que logra superar a un Ryzen 7 3700U con una Radeon Vega 10 y por supuesto a los nuevos AMD Ryzen 4000 con iGPU Vega 8
Esto nos garantiza el mejor rendimiento gaming para un procesador con iGPU integrada, por lo que disfrutaremos de una jugabilidad más fluida gracias a tener una mejor tasa de FPS en pantalla.
La mejor conectividad para trabajar, crear y disfrutar
Uno de los mejores y más interesantes puntos de la décima generación de procesadores Intel Core dentro de Ice Lake es precisamente la conectividad. Seguro que hemos tenido portátiles donde el Wi-Fi no llegaba, donde pasar archivos de un pendrive al disco duro era un suplicio, o donde necesitábamos un cable para conectar cada cosa.
Esto se acabó gracias a las últimas soluciones de los procesadores Intel y sus plataformas, donde por ejemplo tendremos Wi-Fi 6, una mejora sustancial frente a versiones anteriores que nos permitirá una velocidad mucho más alta, algo necesario en los tiempos que nos movemos donde tenemos conferencias en directo, vemos horas y horas de YouTube, Twitch y otras plataformas.
Con Intel Wi-Fi 6 se equipara la velocidad de las redes cableadas tradicionales con las inalámbricas, ofreciendo las dos frecuencias cable de 2,4 GHz y 5 GHz, pero con un aumento de velocidad que oscilará entre 600 y 9608 Mb/s.
Esto supone un 40% de mejora frente a la generación anterior, y además lo hace garantizando hasta un 75% menos de latencia en gaming y multitarea, de manera que ya no necesitaremos un cable de red para no empeorar el ping en nuestros juegos, ya no se cortará la conexión o se quedarán los vídeos cargando y tendremos que esperar. Ahora todo es inmediato con la 10ª Gen de procesadores Intel gracias a la priorización del tráfico de OFDMA y a la tecnología Beamforming.
Por si esto fuese poco, mejora la seguridad de las redes gracias a WPA3 y la batería de los portátiles gracias a Target Wake Time (TWT), de manera que estaremos totalmente seguros con nuestras claves Wi-Fi y nuestros routers frente a ataques desde la periferia de nuestra casa o lugar de trabajo, donde maximizaremos el tiempo de duración de la batería para disponer de más tiempo de uso del dispositivo que integre Wi-Fi 6.
Además, esta 10ª Generación de procesadores Intel Core incluye de serie soporte para DisplayPort 1.4b, algo que mucha gente no es consciente a la hora de elegir un portátil, pero que es definitivamente interesante si pretendemos enviar imágenes o vídeos a un proyector o televisión con resolución 4K o UWHD.
Por ejemplo, podremos jugar a nuestro juego favorito enchufando un portátil con un procesador Intel Core Ice Lake a una televisión y hacerlo a una resolución 4K con 60 Hz de tasa de refresco mediante DSC y DisplayPort 1.4b, o ver un vídeo de YouTube, las imágenes de las vacaciones hechas con el móvil a dicha resolución y mucho más.
Un ejemplo muy claro de las posibilidades que nos ofrece Intel frente a la competencia es el portátil HP Notebook 14s-dq1019ns, un equipo que hemos analizado y donde quedamos sorprendidos por lo que es capaz de hacer el pequeño Intel Core i3-1005G1 con solo dos núcleos y 4 hilos.
El futuro es ahora con esta 10ª Generación de procesadores Intel Core y realmente va a ser muy complicado visto lo visto que los rivales de Intel puedan destronarlo de su sillón como rey indiscutible del gaming, conectividad y autonomía.
La evolución llega con Tiger Lake y la 11ª generación
La nueva generación de procesadores Intel Core ha llegado con cambios sustanciales en cuanto a función y forma. En primer lugar, Intel ha actualizado su proceso litográfico para dar vida a los nuevos 10 nm ++ de tercera generación y con ello suceden a la arquitectura Ice Lake.
Además, hay una mejora reseñable como es el hecho de pasar de núcleos Sunny Cove a Willow Cove, lo cual trae una serie de mejoras que debería impulsar el rendimiento:
En primer cambio importante de esta arquitectura de núcleos es un rediseño de las cachés, y en concreto hablamos de un aumento del tamaño de la caché de un 50%, donde ahora la configuración pasa de 2 MB a 3 MB por núcleo.
La caché L2 también se retoca para garantizar un mayor rendimiento, por lo tanto, ahora es 2,5 veces mayor pasando de 512 KB a 1,25 MB por núcleo. Si esto no es suficiente, Intel también actualiza su GPU a la novedosa Intel Iris ya dentro de la Gen 12 LP, lo que supone incluir 1,5 veces más de UE por iGPU, pasando de 64 a 96.
Estas nuevas tarjetas gráficas dan soporte por fin al HDMI 2.1 con todas las mejoras que ello implica y además pasamos de PCIe 3.0 a PCIe 4.0 lo cual es un aumento del ancho de banda disponible del 100%.
Con todo ello, Tiger Lake tiene dos variantes distintas de entrada, todo enfocado a los portátiles, siendo estas Tiger Lake-U y Tiger Lake-H, la primera para dispositivos de bajo consumo y la segunda enfocada al rendimiento para portátiles gaming.