Hay juegos que lo tienen todo para triunfar y no lo hacen, y otros que, aparentemente, están cojos de muchos sitios pero acaban por imponerse y arrasar en ventas. Es más, es en esos casos cuando se demuestra que no hace falta hacer demasiado ruido, que ese éxito no tiene por qué ser un clamor que todos escuchen, sino que basta con un leve runrún que se va haciendo cada vez más grande a medida que los jugadores se lo recomiendan unos a otros. Como Dave the Diver.
Este juego llegó a Steam el pasado 28 de junio y, como os decimos, algunos habían puesto el ojo en él pero seguramente no esperarían mucho: aspecto gráfico pixel art, una ambientación marinera perfecta para el verano y un desarrollo limitado por su propia naturaleza indie, donde los estudios no pierden la cabeza por realizar historias que debamos completar en cientos de horas.
¿Por qué está triunfando?
Seguramente nadie pueda afirmar rotundamente al 100% por qué un juego es un éxito porque de ser así, podríamos lanzar el nuestro aplicando esa fórmula mágica que tenemos y hacernos ricos, pero sí podemos intuir dónde están las fortalezas de un Dave the Diver que no inventa nada, pero lo que se encarga de mostrar lo hace con destreza y mucho talento.
Si resumimos mucho su desarrollo, el juego es un constante ir y venir a las profundidades de la mar océana. Eso es a lo que se dedica Dave, el buceador, solo que tiene un problema: no puede descender más allá de un límite si no mejora su equipo, por lo que toca ir a buscar componentes con los que llevar a cabo esa tarea. Eso se consigue pescando en el fondo marino y volviendo a la superficie para gestionar un restaurante que tenemos a nuestro cargo e ir fabricando y adquiriendo equipamiento.
Allí, no solo llevaremos pescados que la clientela nos pedirá para comérselos –bien cocinados– y ganar dinero, sino que podremos ir añadiendo nuevos ítems a un inventario necesitado de equipo para lograr bajar a nuevas profundidades. Ese es, muy resumido, el ciclo que nos propone Dave the Diver solo que nosotros los contamos sin gracia y el juego lo hace con una soltura y entretenimiento increíble.
Baja un poquito más
Lo que hace que Dave the Diver nos agarre por el cuello y no nos suelte es precisamente ese ciclo que debemos realizar tanto fuera como dentro del mar, y que ya hemos visto en otros juegos del mismo tipo que juguetean con la gestión y el concepto roguelike que no nos permite explorar de primeras todo el escenario, incluso cuando este, además, va cambiando según la fase en la que nos encontramos.
Es ese bucle de bajar al fonde el mar, salir a la superficie, gestionar, mejorar el equipo y volver a sumergirnos para avanzar unos cuantos metros en las profundidades lo que te engancha a un juego que ya ha superado los 30.000 comentarios «Extremadamente positivos» en Steam, y que cada día que pasa cuenta con más y más jugadores que quieren saber el por qué de su éxito. Así que si tú quieres sentir algo parecido, ya sabes lo que tienes que hacer: comprarlo en Steam.
