Cada vez que se produce un desastre natural (o no), los aficionados al hardware temblamos por las consecuencias que esto puede tener en los fabricantes, y como consecuencia en los precios de sus productos. Ayer 17 de marzo se produjo un terremoto de magnitud 7.3 en Japón, ¿cómo ha afectado esto a los fabricantes de hardware del país nipón?
Seguramente muchos de nuestros lectores recuerden la conocida como «crisis de los discos duros», provocada en gran medida por unas inundaciones que tuvieron lugar en Tailandia hace algunos años. Lo mismo suele suceder cada vez que hay un incendio, terremoto o apagón, que termina teniendo graves consecuencias en la industria del hardware ya que obliga a los fabricantes a parar su producción, lo que casi siempre va de la mano con una subida de precios por falta de stock.
Así ha afectado el terremoto de Japón a la industria del hardware
Según informan múltiples medios japoneses, ayer un terremoto de magnitud 7.3 sacudió Japón y provocó cortes de energía en muchas zonas del país. Los investigadores de mercado TrendForce se afanaron en buscar noticias sobre impactos inmediatos en la producción de semiconductores, incluyendo las plantas operadas por KIOXIA, Micron y SONY, a raíz del terremoto.
Tras una exhaustiva investigación, afortunadamente parece que las consecuencias del terremoto de ayer no han afectado en gran medida a los fabricantes de hardware, y los que fueron afectados pudieron solucionar los problemas en poco tiempo. El terremoto tuvo su epicentro frente a la costa de Fukushima alrededor de la medianoche hora local, y aunque lamentablemente haya que contar al menos 4 fallecidos y más de 100 heridos, parece que la producción en lo que a los semiconductores se refiere ha podido seguir su curso con normalidad.
KIOXIA sufre daños en su producción de obleas
Comenzamos con KIOXIA, anteriormente Toshiba Memory, que es uno de los principales fabricantes de memoria NAND. Ya hace unas semanas informamos sobre el cierre de una de sus líneas de fabricación debido a problemas de contaminación, algo que tuvo un impacto muy negativo en la producción y que ya en su momento se estipuló que encarecería al menos un 10% sus productos. Por este motivo, la planta K1 Fab de KIOXIA que está ubicada en Kitakami no se encontraba todavía a plena producción cuando tuvo lugar el terremoto, que solo afectó a la zona con magnitud 5, así que salvo algunos temblores no sufrieron ningún problema.
No obstante, parece que este hecho provocará que al fabricante le tome más tiempo de lo que pensaban poner la fábrica de nuevo a pleno rendimiento, ya que el fabricante sí que ha reportado que el terremoto de Japón ha provocado que algunas tiradas de obleas quedaran «parcialmente dañadas». Eso sí, los daños parece que son mínimos y la línea de producción sigue en funcionamiento.
SONY, Micron y el resto
Comenzando con SONY, el fabricante japonés tiene 3 fábricas en zonas relativamente cercanas al epicentro del terremoto, pero no han reportado problemas en ninguna de ellas. No obstante, como precaución hasta realizar una evaluación de daños, SONY ha parado la producción de las tres (fabrican medios de almacenamiento, semiconductores y sensores de imagen).
Otros fabricantes de semiconductores menos conocidos pero igualmente importantes son Sumco y Shin-Etsu, también con fábricas de semiconductores en la zona afectada por el terremoto de Japón. TrendForce señala que las fábricas de obleas requieren una estabilidad extrema, por lo que es probable que su producción se haya visto afectada aunque no han realizado ningún anuncio oficial al respecto. Lo mismo sucede con Micron, que no han dicho ni una sola palabra sobre si el terremoto ha afectado o no a su fabricación.
Otros fabricantes como Renesas han decidido cerrar temporalmente sus fábricas para poder realizar una evaluación de daños, y esto incluye nada menos que 4 fábricas de obleas de semiconductores.
En definitiva, parece que aunque los daños no han sido severos sí que han afectado a los fabricantes japoneses de semiconductores, lo que significa que cabe la posibilidad de que su producción se vea afectada y que por ende tengamos que pagar los consumidores estos problemas en forma de subida de precio de los productos.