Un problema muy recurrente de los PC gaming es precisamente el stuttering, un molesto efecto que empeora la experiencia gaming hasta el punto de que deja de ser óptima en algunos casos en concreto. Cualquier jugador valora el no tener stuttering, por ello, hoy vamos a ver la principal causa de este efecto fuera de la tarjeta gráfica, ya que el mayor causante de esto es precisamente la CPU.
Cuando la GPU hace su trabajo correctamente, los motores de los juegos funcionan como deberían así como sus efectos de postprocesado, las opciones para sufrir stuttering se reducen bastante a nivel interno. Por ello y aunque normalmente hay un causante principal, también repasaremos posibles cuellos de botella que lo provoquen.
RAM, VRAM, HDD y CPU, los principales causantes
En primer lugar tenemos la RAM, donde con los motores actuales y según la resolución es posible que el volcado de texturas sea un pequeño problema en según que equipos. Si nuestro PC es medianamente moderno (menos de 8 años) es muy posible que no tengamos stuttering, puesto que el ancho de banda de la RAM debería ser suficiente para transportar sin demora cualquier textura a la VRAM, inclusive si estamos jugando a 4K y 144 Hz.
Pero si no lo fuese, lo que tendríamos más que un stuttering son unos parones bastante amplios, donde a mayor peso de la textura mayor parón podríamos experimentar. En cuanto a la VRAM, tener poca implica que la cantidad de RAM del sistema tiene que ser muy amplia, principalmente porque todo se va a guardar allí y la importación y exportación de información debe ser muy rápida para compensar la falta de capacidad de la primera.
Lógicamente, cualquier retraso en dicha información repercutirá en un stuttering, lag o directamente bloqueo en el PC. En cambio con los HDD no se suele apreciar este u otros problemas, pero bien es cierto que deben ser los suficientemente rápidos como para atajar los devenires de las dos anteriores. Y es que normalmente no paran cuando se trata de jugar, debido a las tasas de rendimiento tan bajas que tienen en comparación a un SSD.
La frecuencia y su oscilación serían los culpables del stuttering en la CPU
Un mal uso de los planes de energía, un mal driver MEI o un mal overclock pueden pasarnos factura a la hora de jugar y tener stuttering. En cualquiera de estos casos el principal causante es la frecuencia, más bien la caída de esta. También podría producirse una alteración anormal en ella que dificulte jugar con las máximas garantías.
¿Cómo paliar esto? En primer lugar hay que descartar que sea un problema de energía con el sistema operativo, por lo que nos dirigiremos al panel de control de Windows -> Opciones de energía y en él seleccionaremos o bien Equilibrado o bien alto rendimiento, donde en ambos casos los problemas deberían de haberse ido.
Si esto no ocurre, habrá que reinstalar el MEI de nuestra placa, un driver que controla entre otras muchas cosas la gestión de energía del SO. Una versión incorrecta, una actualización principal de Windows y puede que nos deje de ir bien el PC en gaming. Por ello, buscaremos la última versión del MEI de nuestra placa y la instalaremos.
Un mal overclock puede ser la causa de las caídas nombradas, ya que aunque mucha gente usa voltaje fijo, los que usan OFFSET y Adaptive deben asegurarse de que la carga de voltaje no disminuya o suba demasiado. Esto se puede comprobar aumentando o disminuyendo el voltaje y quitando los C-States del procesador así como cualquier ayuda eléctrica.
Entraríamos por lo tanto en un modo de overclock más puro y con voltaje fijo, tal y como lo logran los overclockers profesionales en sus récords, solo que adaptado a buscar el problema. Por último, una desinstalación mal efectuada o un driver sobre instalado pueden ser otros puntos donde aparte de la CPU, la GPU no termine de ir bien.