Si estás pensando en reemplazar el disco duro de tu ordenador y la interfaz del mismo es SATA-2, seguramente te preguntarás si merece la pena instalar un SSD, ya que la interfaz SATA-2 no permite aprovechar todo el ancho de banda que proporcionan esto discos. La realidad no es así y te vamos a explicar los motivos por los cuales es recomendable instalar un disco SSD.
Ya sea porque te planteas aumentar la capacidad de almacenamiento de tu ordenador, el disco duro del mismo este empezando a fallar o ya lo haya hecho, lo más seguro es que te hayas planteado comprar un SSD. Pero si eres una de esas personas que tiene un ordenador con interfaz SATA-2 te habrás echado atrás, ya sea porque pienses que no puedes instalar uno o porque la baja velocidad de dicha interfaz no permita aprovechar las ventajas de los discos sólidos.
Un SSD siempre es mejor que un disco mecánico
Hay varios motivos por los cuales un disco solido es mucho mejor que uno mecánico, entre las cuales se incluyen las siguientes:
- Un disco sólido no tiene parte móviles por lo que tiene menos posibilidades de romperse.
- Los discos sólidos no están divididos por sectores, esto significa que el tiempo de acceso a todos los datos es siempre el mismo.
- Un disco sólido permite tiempos de acceso menores a los datos.
Pero si hablamos de colocar un SSD en una interfaz SATA-2, la cual no supera los 150 MB/s de ancho de banda de transferencia, lo primero que nos viene a la cabeza es la siguiente pregunta: ¿qué ventajas supone instalar un disco de esas características en una interfaz de esa velocidad de cara al rendimiento? No vas a hacer que el disco vaya más rápido que esa interfaz, pero tu ordenador va a ir más rápido que con el clásico disco mecánico.
Acceso secuencial vs acceso aleatorio
Los datos se ordenan en memoria de manera secuencial, tanto en la RAM como en el disco, esto es debido a que los programas se ejecutan por lo general de manera secuencial. Pero dado que en los programas hay saltos a otras líneas de código, ya sea porque hay un bucle o una condicionan en el código o porque la CPU pasa a ejecutar otro programa o hilo de ejecución. Por lo que la velocidad de acceso aleatorio se vuelve en el elemento más importante de cara al rendimiento.
Es en los accesos aleatorios al disco es donde un SSD tiene ventaja sobre un disco mecánico, el motivo de ello es que los discos mecánicos guardan los datos en diferentes sectores del disco, los cuales tienen diferentes velocidades de acceso. Esto significa que la velocidad de acceso de un dato que se encuentre en las pistas interiores será diferente a la velocidad de acceso de un dato en las pistas exteriores.
En un disco sólido en cambio, la velocidad de acceso a todos los datos almacenados es siempre la misma, por lo que el rendimiento será constante y la CPU siempre accederá a todos ellos a la máxima velocidad de acceso y latencia posible.
¿Puedo instalar un SSD en una interfaz SATA-2?
Por supuesto, incluso puedes instalarlo en una interfaz SATA de primera generación, ya que la interfaz SATA es retrocompatible, por lo que si tienes un disco SSD para interfaces SATA-3 no tengas dudas en utilizarlo si tu PC tiene una interfaz SATA-2 o SATA-1, que te funcionará sin ningún problema, eso si, con menor velocidad de transferencia.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que si tienes un PC que ya tenga unos años entonces existe el problema que el disco duro de tu ordenador empiece a fallar de un momento y un disco SSD al no tener el problema de las piezas móviles resulta ideal si quieres seguir utilizando ese PC.
Por eso, si tienes una bahía SATA-2 libre en tu PC, ya sea portátil o sobremesa, no tengas dudas en colocar un SSD con interfaz SATA y empezar a utilizarlo como disco duro de tu ordenador, le darás una segunda vida a este y tus programas ganaran en rendimiento.
¿Y qué diferencias de rendimiento se pueden esperar con un SSD SATA-2?
Como te hemos explicado antes, el tener un SSD siempre te va a dar mejor rendimiento que al utilizar un disco duro mecánico tradicional por el simple hecho de que tiene unos tiempos de acceso mucho mejores, además de que consume menos y se calienta también menos (y no hace nada de ruido), pero ¿qué pasa en términos de rendimiento?
Si tienes un PC antiguo cuya interfaz es SATA-2 y quieres instalar un SSD, lo único compatible que vas a encontrar son los SATA-3, y por lo tanto estarás desaprovechando gran parte de su rendimiento; sin embargo, y a pesar de que no estés usando el dispositivo al máximo de sus posibilidades sí que vas a tener una notable ganancia de rendimiento, que estará limitada por la interfaz pero aun así puedes esperar que todo el desempeño de tu PC mejore enormemente.
Incluso los SSD SATA-3 de más baja gama ofrecen un rendimiento que copa completamente lo que la interfaz SATA-2 es capaz de entregar, y eso significa que sin importar qué modelo compres, tendrás siempre el máximo rendimiento que te va a poder dar en tu PC específicamente. Eso significa que puedes esperar un rendimiento que ronde los 300 MB/s tanto de lectura como de escritura, y es muy superior a lo que cualquier disco mecánico te va a dar con el añadido de tener unos mejores tiempos de acceso, menor temperatura, más silencio y menor consumo.
Como puedes ver, todo son ventajas incluso aunque tu PC sea antiguo, así que no lo dudes y busca un SSD que te cuadre en presupuesto para darle una nueva vida a tu viejo ordenador, lo agradecerás y mucho. Al fin y al cabo y como ya sabrás, tener un SSD en el sistema no solo acelera la transferencia de archivos sino todo, desde la velocidad de arranque al tiempo que tardan en abrirse los programas y todo el rendimiento general.