Los SSD PCIe NVMe pueden ser hasta 50 veces más rápidos que los discos duros tradicionales cuando hablamos de velocidad de lectura secuencial, así que es lógico por lo tanto pensar que los desarrolladores de juegos se aprovecharán de que las consolas PS5 y Xbox Series X de nueva generación equipan este tipo de unidades de almacenamiento pero, ¿llegará a afectar a los FPS de los juegos de consola?
Tanto Microsoft como SONY han optado por soluciones de almacenamiento NVMe para sus consolas de nueva generación, y si bien ya han hablado largo y tendido de los beneficios que esto tendrá para el rendimiento global de la consola (como la reducción o casi eliminación de las pantallas de carga), no podemos evitar preguntarnos si esto también influirá en el rendimiento de los juegos. Así pues, vamos a analizar si el que las consolas tengan un SSD NVMe puede o no afectar a los FPS de los juegos.
Los beneficios de usar un SSD en las consolas
Como hemos mencionado ya anteriormente, cuando un desarrollador está creando un juego para consolas tiene la gran ventaja de que sabe exactamente qué hardware tendrá el equipo en el que se ejecutará el juego, y por este motivo puede optimizarlo para un hardware en concreto.
Para empezar, las unidades de estado sólido pueden tolerar un alto grado de fragmentación de datos sin que esto tenga un impacto notable en el rendimiento, por lo que se elimina la necesidad de desfragmentar los archivos del juego tras instalarlo o actualizarlo. La desfragmentación es algo en lo que la mayoría de usuarios de PC ya no necesitan pensar, pero sigue siendo un proceso de mantenimiento ocasional necesario (aunque automático) en las consolas actuales.
Dado que los desarrolladores de juegos ya no necesitan preocuparse tanto por mantener la localización espacial de los datos en el disco, tampoco será necesario que los datos que se reutilizan en varias partes de un juego se dupliquen en varias partes del disco. Los sonidos, las texturas y los modelos comúnmente reutilizados solo deberán incluirse una vez en los archivos del juego; podríamos pensar que esto supondrá que se reducirá el tamaño de instalación de los juegos, aunque esto está por ver.
Algo en lo que sí notaremos el uso de un SSD en los juegos es que seguramente desaparezcan esos mensajes que nos advierten de que no debemos apagar o reiniciar la consola mientras se guarda la partida. Las velocidades de escritura de los SSD de las consolas son lo suficientemente rápidas como para que guardar la partida lleve mucho menos tiempo de lo que tardaría el usuario en apagar la consola, por lo que idealmente estas advertencias desaparecerán.
Los SSD NVMe tienen velocidades de escritura que van mucho más allá de este requisito, y eso permite cambios en la forma en la que se guardan los juegos. En lugar de resumir el progreso en un archivo de guardado concreto, las consolas tendrán la libertad de descargar gigabytes al disco; toda la RAM utilizada por un juego se puede guardar en el SSD NVMe en cuestión de segundos, y esto significa no solo que podríamos tener la partida guardada a la podríamos acceder en un instante, sino que la carga del juego podría reducirse significativamente porque en lugar de tener que leer todo desde el principio, podríamos cargarlo desde un archivo en el SSD similar a la hibernación en PCs.
Microsoft de hecho ya ha anunciado esta facultad, a la que ha llamado «Quick resume».
La deduplicación de los activos del juego es un beneficio que se trasladará seguramente a los ports de los juegos en PC, pero esto es algo de lo que hablaremos más adelante. Hasta ahora hemos visto algunos beneficios de contar con SSD en consolas, pero todos ellos son «de conveniencia» para tener una mejor experiencia global de uso de la consola. Sin embargo vamos a lo que vamos: ¿afectarán estos rapidísimos SSD a los FPS en los juegos?
Cómo afectarán los SSD de las consolas a los FPS en los juegos
No cabe duda de que la reducción o eliminación de las pantallas de carga será un beneficio muy bien recibido por parte de todos. Esto a menudo toma la forma de un diseño de nivel que oculta lo que habría sido una pantalla de carga, donde el movimiento o el campo de visión del jugador están notablemente restringidos, reduciendo drásticamente los activos que deben permanecer en la memoria RAM y permitiendo intercambiar todos los demás datos al tiempo que se conserva una «ilusoria» libertad del jugador: largos y estrechos pasillos como en los Dark Souls, viajes en ascensor como en Resident Evil, exclusas de aire, etc. son elementos de diseño estándar de los juegos modernos para «ocultar» pantallas de carga.
Finalmente llegamos a lo que puede ser la consecuencia más significativa de usar SSDs NVMe en las consolas: tanto Microsoft como SONY han declarado que sus SSD se pueden usar casi como memoria RAM. Seamos claros en este punto: eso no es posible. El SSD de la PS5 puede suministrar datos a 5,5 GB/s, mientras que una memoria RAM «estándar» lo hace a 448 GB/s, unas 81 veces más rápido. Las consolas tienen 16 GB GDDR6, y si un juego necesita más de esta cantidad para representar una escena, la velocidad de FPS se reducirá considerablemente porque el SSD no es lo suficientemente rápido, simple y llanamente.
Ciertamente, es posible que un nivel de un juego use más de 16 GB de activos, pero no todos en la pantalla al mismo tiempo. El término técnico para esto es «conjunto de trabajo» (working set), y lo que cambia el SSD es el umbral de lo que se puede considerar activo. Con un SSD rápido los activos que deben mantenerse en la DRAM no son mucho más de lo que está actualmente en pantalla, y el juego no necesita buscarlos previamente con mucha antelación.
Lo que harán los juegos de nueva generación es que, por ejemplo, las texturas de un objeto de la estancia en la que estamos pero que no están en la pantalla podrán «guardarse» en el SSD en vez de en la RAM, para cargarlos en ésta cuando la cámara empiece a girar en esa dirección. No es que sea un cambio sustancial, pero esto permitirá meter un mayor número de objetos en cada escena. Claro que, en escenas menos recargadas, esto dejará mucha más memoria gráfica libre y, con esta técnica, se logrará mejorar los FPS, pero repetimos que esto sería únicamente en escenas poco cargadas de objetos.
En otras palabras, el tener un SSD en las consolas no mejorará los FPS de manera directa, pero sí colaborará en poder tener escenas con mayor número de objetos y texturas sin que el rendimiento se resienta.