Hay momentos en que pensamos que nos gustaría sacarle más rendimiento de la RAM o la VRAM y deseamos poder aumentar su velocidad de transferencia, mientras que en otros se trata de una parte del hardware donde consume más de lo que debería. La memoria de velocidad variable pretende solucionar el problema para ambas perspectivas.
Más de una vez habréis visto como vuestra CPU e incluso la tarjeta gráfica bajan su velocidad de reloj, especialmente cuando la carga de trabajo es baja. Gracias a ello no solo se ahorra en consumo energético sino también se le da una mayor vida a estos componentes, pero, especialmente esto se ideo de cara a la duración de la batería de los ordenadores portátiles.
El próximo paso es lo que llamamos memoria RAM de velocidad variable, la cual consiste en que el caudal de datos que envían las memoria RAM del sistema no es fijo sino que va variando de manera continua, seguid leyendo y os explicamos como funciona.
¿Cómo funcionan las memorias RAM de velocidad variable?
Para empezar no se trata de un tipo de memoria distinta que las que ya existen, por lo que no estamos hablando de un nuevo estándar de memoria en ningún momento, sino de tecnologías que permiten variar la velocidad de reloj de la interfaz de la memoria y con ello el ancho de banda.
Todo procesador y memoria tienen un pin, o una serie de pines, que indican la velocidad de reloj al que funcionan. Lo cual tradicionalmente se hace con un cristal que envía un pulso de señal de manera intermitente, cuya duración es la inversa de la velocidad de reloj. Pues bien, una memoria de velocidad variable utiliza un microcontrolador para controlar esa velocidad de reloj.
Dicho microcontrolador recibe al mismo tiempo la información de temperatura, voltaje y velocidad de reloj de todos los componentes. Es decir, estamos hablando de que los sistemas de telemetría acabarán por controlar la velocidad de reloj de las diferentes memorias y no solo d de los procesadores.
Actualmente el único hardware que lo incorpora es el Max-Q de tercera generación de las NVIDIA RTX 3000 Mobile, pero los mecanismos de control de la velocidad de reloj, tanto de la RAM del sistema como de la VRAM, se van a empezar a implementar en los próximos meses, siendo un caso claro el de la memoria DDR5.
Hay que tener en cuenta que la memoria DDR5 pasa a tener el controlador que maneja el consumo energético de dicha memoria de la propia placa base a dentro del DIMM. Lo que abre la oportunidad de utilizar mecanismos de variación de velocidad de la RAM
Tarjetas gráficas con memoria VRAM de velocidad variable
Vamos a entrar con esto a una época donde no solo el diseño de los componentes activos, procesadores y memoria, van a ser importantes de cara al rendimiento, sino también los elementos pasivos. Estamos hablando de los componentes encargados de distribuir la energía de una placa base o una tarjeta gráfica, los sistemas de refrigeración, etcetera.
El motivo de ello es que la memoria de velocidad variable no va a funcionar en una configuración donde los componentes pasivos del hardware van a marcar el rendimiento total del sistema o de esa parte del mismo. Ya que dependiendo de cuales sean las condiciones de temperatura y consumo la velocidad de la memoria podría disminuir.
No obstante, esto no tiene porque ser negativo, ya que puede abrir la posibilidad a configuraciones de RAM y VRAM extremas, en los que los chips de memoria que se venden para funcionar a una velocidad de reloj determinada puedan hacerlo a velocidades mucho más altas. Esto es muy importante de cara al rendimiento de las GPUs, el cual escala con el ancho de banda.
Memoria del sistema de velocidad variable
El otro punto a tener en cuenta es la de la RAM del sistema, esto permite controlar la velocidad de reloj de la CPU en cada momento para realizar no solo overclock de la misma sino incluso llegar a apagar partes de la RAM que el sistema no funciona en ese momento. ¿Cómo? Pues colocando la velocidad de reloj de dicho canal de memoria a cero.
La fluctuación de la velocidad de reloj de la RAM del sistema en un sistema de memoria variable depende de velocidad de trasferencia necesaria. Así pues, la CPU a través de sus unidades puede revisar el código de la memoria RAM por adelantado, a través de mirar en los fragmentos de la cache que contienen el código que viene a continuación, para ajustar así la velocidad de transferencia.
¿Y que sentido tiene ir fluctuando la velocidad de la RAM? Pues por el hecho que hay momentos en que el hecho de transmitir un dato a una velocidad muy alta no supone una ventaja considerable respecto a velocidad algo más bajas, pero si la contrapartida de que el consumo energético y la temperatura suban.
Pensado para nuevos diseños industriales
Una de las cosas a la hora de vender el hardware hoy en día es la estética. la cual acaba definiendo al mismo tiempo tanto las especificaciones energéticas como las térmicas del mismo.
El concepto de la velocidad variable para los procesadores como son las CPUs y las GPUs es relativamente reciente en años, pero con el de la memoria permite a los fabricantes no tener que ir testeando eternamente los componentes, ya que con ello todo el sistema se adaptará automáticamente a unos consumos y temperaturas determinados.
Esto al mismo tiempo llevará una mayor cantidad de incertidumbre a la hora de comprar el hardware, por el hecho que dejaremos de ver especificaciones estándar y fijas, para pasar a ver especificaciones donde se nos dirá que los procesadores y la memoria tendrían velocidades que irán de una cifra a otra.