Uno de los mayores problemas que tienen muchos modelos de SSD en la actualidad es que, curiosamente, el fabricante no lo ha dotado del llamado sobre aprovisionamiento, también conocido como Over-Provisioning. Esta técnica de la que ya hablamos es tremendamente útil y si tu SSD no la tiene puede que quieras realizarla, para lo cual deberás saber qué espacio debes reservar para ello, pero ¿cómo calcularlo?
Ninguno de nosotros quiere que su SSD falle, pero también queremos la máxima capacidad disponible para almacenar todos nuestros datos. Esto a veces no es posible y de hecho, no debería ser posible debido al llamado Over-provisioning, el cual es cada día más necesario. Si tu SSD no lo incluye … Puede que quieras hacerlo tú mismo.
Over-Provisioning, ¿no apto para todos los SSD?
Por desgracia, esta técnica requiere que el software del fabricante permita realizar este uso, al menos teniendo Windows ya instalado. Otra opción es que cuando se va a instalar Windows, creemos una partición que no utilice la capacidad total de la unidad. O bien el propio Windows o bien el driver del SSD interpretará y utilizará automáticamente ese espacio que está vacío y sin uso, así como sin formato para realizar el llamado sobre aprovisionamiento dinámico.
Esto aumentará la durabilidad del SSD, así como su velocidad, pero mermará la capacidad total del mismo, por ello es importante tener en cuenta que valores porcentuales vamos a utilizar para poder maximizar con ello los dos parámetros nombrados y perder el mínimo de capacidad disponible.
Por ello, los fabricantes tienen una especie de consenso no escrito donde estipulan un rango de valor porcentual para Over-provisioning: desde el 7% al 28% y donde el valor medio es 14%. Hay que añadir que debemos saber cuál es el uso mayor que le damos al SSD, es decir, debemos tener una idea muy aproximada sobre las lecturas y las escrituras, ya que así deberemos variar el valor.
Una operación matemática muy simple
Como en todo, tiene que haber un punto de partida intermedio para la gran mayoría de los discos duros SSD, aunque luego cada uno aplique el porcentaje que estipule según su uso. Para calcular el Over-Provisioning es necesario saber la capacidad física del SSD y la capacidad accesible real de la que disponemos.
Sabiendo estos dos simples datos solo tendremos que restar la capacidad física menos la capacidad accesible y dicho número dividirlo entre la capacidad accesible. El resultado finalmente lo multiplicaremos por 100 y ese será el porcentaje de Over-Provisioning que deberíamos tener para un uso normal.
En cambio, si usamos muchas lecturas aleatorias, los fabricantes recomiendan el menor valor de OP posible (7%). Si en cambio somos de los que tenemos muchas más escrituras, el valor será el máximo recomendado (28%).
El 14% es el punto medio entre ambos, así que es muy importante analizar cuantas lecturas y escrituras hacemos en un uso diario de nuestro SSD para poder afinar lo máximo posible. Lógicamente antes de hacer esto, debemos asegurarnos que nuestro SSD no tiene ya de por sí OP realizado, ya que muchos fabricantes sí que lo incluyen de serie, donde en ese caso obviamente no tendremos que realizar nada.
Hay que tener en cuenta que el espacio asignado como OP es invisible al sistema operativo y por lo tanto, no es accesible para el usuario, ya que está estrictamente para el uso por el controlador SSD.