No son pocos los fabricantes de sistemas de refrigeración AIO que muestran sus productos con el radiador montado en el frontal de la caja. Sin embargo, montar el radiador en esta posición podría, literalmente, acabar rápidamente con la vida del dispositivo (además de que así tendrás un menor rendimiento). En este artículo te vamos a explicar cómo funciona un sistema de refrigeración líquida AIO a este respecto y por qué es un error montar el radiador en el frontal.
Los disipadores de refrigeración líquida AIO están ahora más de moda que nunca, pues logran enfriar el procesador de manera efectiva y quedan mucho mejor en cualquier caja que un disipador por aire, dejando la zona de la placa base muy despejada y visualmente más atractiva. Por su parte, la mayoría de cajas para PC dan varias opciones para instalar radiadores, pudiendo instalarlos en el techo, suelo, frontal y parte trasera, pero generalmente donde más espacio hay para instalar radiadores de grandes dimensiones es en el techo y en el frontal.
¿Qué pasa si instalas el radiador en el frontal de la caja?
Un sistema de refrigeración líquida AIO consiste en un circuito cerrado en el que el líquido circula por todo el interior del mismo. La bomba está ubicada en el bloque de CPU, obliga al líquido a circular hacia el radiador (más concretamente al depósito de éste) pasando por toda su superficie (concretamente, los tubos del mismo) y siendo enfriado por los ventiladores, para volver a una menor temperatura de nuevo al bloque de CPU, enfriándolo.
El problema radica en que en un sistema de refrigeración líquida, el líquido refrigerante de su interior nunca ocupa todo éste, es decir, siempre hay alguna burbuja de aire incluso con el producto recién comprado. Esto es más acuciado con el paso del tiempo, pues como hemos explicado en otros tutoriales a pesar de que el sistema es estanco se produce cierta permeación en los tubos y, al final, el sistema va reduciendo poco a poco la cantidad de líquido en su interior.
Si colocas el radiador en el techo de la caja, el radiador está dispuesto en posición horizontal; ahí la gravedad hace su función y las burbujas de aire quedan en la parte de arriba, por lo que no dan ningún problema más allá de reducir la eficiencia de refrigeración, pero el líquido se mueve sin problemas y generalmente sin hacer casi nada de ruido.
Si instalas el radiador en el frontal de la caja, suceden varias cosas: para empezar, si el depósito está en la parte de arriba las burbujas de aire quedarán en la parte de arriba por efecto de la gravedad, haciendo ruido y forzando a que la bomba tenga que trabajar mucho más para poder mover el líquido, de nuevo por efecto de la gravedad, ya que tendrá que empujarlo hacia abajo en todo lo largo del radiador. Cuando falte tanto líquido en el interior como para que los agujeros de los tubos queden por debajo del nivel del líquido entonces éste dejará de poder moverse y con toda probabilidad la bomba se quemará, estropeando todo el dispositivo.
Si instalas el radiador en el frontal de la caja pero con el depósito debajo no tienes este último problema, pero igualmente la bomba funcionará muy forzada porque tendrá que empujar el líquido hacia arriba en contra de la fuerza de la gravedad, produciendo bastante más ruido de lo que debería y la bomba funcionando muy forzada, lo que facilitará en gran medida que se produzca una avería en esta.
Instalar el radiador en el suelo de la caja
Ya hemos visto por qué no es una buena idea instalar el radiador en el frontal de la caja, o para ser más específicos, por qué no deberías instalar un radiador en vertical. Ahora bien, ¿qué pasa si lo instalas en el suelo de la caja? Así el radiador estaría en horizontal y se evitarían estos problemas de muerte prematura, pero de nuevo entra en juego la gravedad.
En los sistemas de refrigeración líquida AIO la bomba está por norma general en el bloque de CPU, y lo que sucede aquí es que la bomba estará siempre forzada porque está en la parte más alta del circuito, de manera que la mayoría de líquido, que está en el radiador, tendrá que subir por el tubo para llegar al bloque de CPU, haciendo que la bomba tenga que realizar un esfuerzo considerable para poder mover toda esa cantidad de líquido. Esto producirá un mayor ruido, una menor eficiencia a la hora de disipar el calor y una durabilidad reducida en el dispositivo, siendo más propenso a averías.
Hay que decir que estos problemas solo afectan a los kits de refrigeración líquida que tienen la bomba instalada en el bloque de CPU, que es en la mayoría de ellos. Si la bomba está en el radiador o en los sistemas de refrigeración líquida custom en los cuales la bomba va aparte, estos problemas no son tan acuciados ya que podemos colocar la bomba en la disposición que queramos y, además, siempre es mucho más potente que las pequeñas bombas integradas en un kit AIO.
El techo, la única posición recomendada para instalar el radiador
Instalar el radiador de la refrigeración líquida AIO en el techo es lo más recomendado porque en comparación con cualquiera de las demás posiciones, es la que mejor va a funcionar. Siempre.
Con el radiador en el techo, la falta de líquido hará que las burbujas queden en la parte de arriba del radiador, de manera que no se producirán bolsas de aire que puedan dañar el circuito. Según se vaya perdiendo líquido en el circuito simplemente la bolsa de aire será mayor y lo que podremos notar es que éste no circula por la parte de arriba del radiador, pero como está en horizontal no afectará en gran medida ni al ruido ni al rendimiento, y además no estaremos ni forzando ni dañando la bomba.
Además, evitaremos ruido de «burbujeo» y la bomba trabajará con todo su potencial, sin estar forzada, por lo que estaremos maximizando su vida útil ya que el esfuerzo de la bomba solo dura la longitud de la tubería, no la tubería mas el radiador ya que en horizontal casi no le cuesta esfuerzo mover el líquido.