¿Merecen la pena las sillas con ajuste lumbar o vale con un cojín?

¿Merecen la pena las sillas con ajuste lumbar o vale con un cojín?

Ángel Aller

Muchas sillas incorporan un ajuste lumbar que está enfocado a otorgar más confort. Sin embargo, muchas personas deciden descartarlo o desinstalarlo de la silla porque les produce una peor ergonomía con el paso del tiempo. Vamos a analizar si merecen la pena, o si es un elemento prescindible en nuestras sillas.

Con el paso del tiempo, hemos visto como muchos fabricantes de sillas han decidido incorporar un ajuste lumbar en sus productos. Al principio, este cambio supuso cierto desconcierto por parte de los usuarios porque éstos aseguraban que empeoraban el confort de la silla. Si estás pensando en comprar una silla con ajuste lumbar, echa un vistazo a nuestro enfoque.

Sillas con ajuste lumbar

Aunque parezca mentira, la enorme mayoría de sillas no cuenta con ajuste lumbar, ya que esto parece reservado únicamente a modelos de sillas de oficina o las llamadas ergonómicas. Sin embargo, hoy en día el grueso de mercado se centra en sillas para gaming, y ésta es una característica que lamentablemente brilla por su ausencia.

sillas oficina

Una silla ergonómica debe ayudarnos a adoptar una postura natural y alineada al escritorio. Obviamente, su cojín debe ser cómodo, pero existen otros elementos que son muy interesantes, como es el ajuste lumbar.

Se trata de una característica que solemos ver en las sillas ergonómicas cuyo fin es ayudar a que la columna de nuestra espalda no se curve demasiado. El ajuste lumbar puede ser fijo o independiente, aunque recomendamos mucho más un ajuste independiente.

Solo cumplirá correctamente su función si lo colocamos en el lugar adecuado. En teoría, debe encajar en la parte baja de la espalda, justo encima del cinturón. Como su propio nombre indica, es un ajuste que trata de cuidar nuestras lumbares.

Normalmente, el ajuste lumbar viene con una goma que se pasa por detrás del respaldo de la silla, lo que nos permite colocarlo en el punto óptimo de nuestra espalda. Sin embargo, podemos ver ajustes que vienen en varias formas distintas.

sillas oficina

Por un lado, hay sillas que traen un ajuste lumbar en forma de cojín, como solemos ver en el cabezal de las mismas. Por otro lado, puede no tratarse de un cojín, sino de una especie de espuma alargada que se coloca en las lumbares. También, podemos encontrar ajustes lumbares inflables para personalizar aún más el ajuste.

Nosotros os recomendamos soportes lumbares ajustables porque cada cuerpo es un mundo, por lo que requiere un ajuste personalizado.

En caso de que vuestra silla no traiga ajuste lumbar, podéis adquirirlo por vuestra cuenta e instalarlo en la silla. Como es de esperar, siempre será mejor que venga con la silla, pero queremos informaros de que no tenéis por qué renunciar a esta posibilidad, existiendo soportes portátiles.

Tipos de ajustes lumbares

Para analizar estos soportes con exhaustividad debemos atender a sus diferentes tipos. Cada uno tiene sus puntos fuertes y débiles, así que todos pueden reportarnos cierta utilidad.

Sillas con ajuste lumbar fijo

soporte lumbar fijo

Son soportes lumbares que vienen integrados en la silla de tal forma que no se pueden cambiar o modificar. Los solemos ver en sillas de oficina de gama baja o de piel, ofreciendo una ergonomía básica al usuario.

Siempre es mejor que incluyan un soporte lumbar a que no lo traigan. Dicho esto, cada persona es un mundo y este soporte fijo puede no ser óptimo para la curvatura de ciertas personas.

Sillas con soporte lumbar ajustable

soporte lumbar silla ajustable

Suelen venir con muchas sillas y nos permiten ajustarlos manualmente con el objetivo de que encajen perfectamente con nuestra postura. Todo dependerá de la silla, pero podemos ajustarlos de las siguientes maneras:

  • Altura o de forma vertical. Esto significa que es posible deslizar el ajuste lumbar por todo el respaldo para que quede a una altura ideal. Pensad que cada uno tiene una altura distinta, por lo que las lumbares de una persona de 1.90 m no estarán en el mismo nivel que las de otra que mide 1.70 m.
  • Profundidad. Existen sillas que nos permiten ajustarlo para que haga más énfasis en nuestras lumbares o para que tengan menos protagonismo.
  • Firmeza. Tendremos unas pestañas laterales por las que podemos controlar su suavidad.

Sillas con ajuste lumbar dinámico

sillas ajuste lumbar dinámico

No es fácil encontrar sillas con este ajuste lumbar porque suelen pertenecer a la gama alta. Básicamente, es un soporte que se ajusta automáticamente a nuestra postura, teniendo memoria (como ocurre en las almohadillas viscoelásticas).

Quizás, es el ajuste lumbar con más ergonomía del mercado porque no tenemos que adaptar nada, ya que es la silla la que se adapta a nosotros.

Soportes lumbares portátiles

sillas ajuste lumbar

Por último, tenemos estos soportes que podemos transportar a donde queramos. Se postulan como una opción interesante para evitar tener que ajustar la silla de la oficina que ha sido ocupada por otro compañero.

También, podemos verlos en sillas gaming, pero no en cualquiera. Igualmente, podéis adquirirlo en tiendas externas y suelen venir fabricados para poder funcionar en casi cualquier silla.

La dificultad radica en saber elegir uno adecuado, ya que se tiene en cuenta varios aspectos: tipo de cuerpo, talla, formas, etc.

¿Merecen la pena las sillas con ajuste lumbar?

Personalmente, he utilizado sillas con ajuste lumbar, como otras sin él. La necesidad de incluirlo en nuestra silla para mejorar la ergonomía va a estar relacionada con el respaldo de la silla como tal. Existen sillas con respaldos rígidos (como son las sillas gaming) que requieren de un cojín lumbar para ofrecer un mejor confort. Igualmente, si no lo usamos y tenemos una postura natural buena, no los echaremos de menos.

Según mi experiencia, ciertos soportes lumbares en forma de cojín nos empujan a la parte delantera de la silla. Esto ocasiona que se degrade el sillón en forma de pendiente y no logremos instalar nuestra espalda en el respaldo de forma óptima. Todo esto se traduce en una peor ergonomía, causando una incomodidad impropia de una silla de calidad.

Por el contrario, los ajustes en forma de banda son mucho más cómodos porque son más pequeños y suelen ser flexibles. En dicho caso, merecen mucho la pena porque realzan nuestro confort, ayudándonos a proteger nuestras lumbares, que son las que más sufren cuando inclinamos nuestro cuerpo hacia adelante. Además, su tamaño más compacto no nos empujará hacia adelante del sillón.

No hay duda de que la mejor opción es el ajuste lumbar dinámico, pero las sillas que lo incluyen suelen ser muy caras. Si el presupuesto no es un problema, plantearos la opción de una con este respaldo. Si vuestra situación es completamente opuesta y vuestro presupuesto es bajo, podéis optar por un soporte lumbar portátil.

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