¿Vas a comprar un PC nuevo? Sigue estos consejos para acertar

¿Vas a comprar un PC nuevo? Sigue estos consejos para acertar

Rodrigo Alonso

Si estás pensando en comprar un PC nuevo, es probable que tengas dudas sobre los componentes que deberías montar en su interior. En este artículo te vamos a dar algunos consejos para asegurarte de que escoges lo más adecuado para ti, y que no gastes dinero de más.

A la hora de escoger el hardware interno que va a montar tu nuevo PC, seguramente ya tengas una idea a grandes rasgos de qué es lo que quieres, y ya puestos que te hagas preguntas del tipo: «¿32 GB de RAM? Que no falte» o «¿Tarjeta gráfica con OC de fábrica? Seguro que es mejor que la normal». Estas afirmaciones no siempre serán acertadas porque dependen de muchos factores, como el uso que le vas a dar al equipo, las dimensiones de tu escritorio o, por supuesto, tus preferencias en cuanto a estética.

A continuación vamos a darte algunos consejos para ayudarte a elegir, y que puedas estar seguro de que el nuevo PC que compres sea el más adecuado para ti y así no gastes dinero de manera absurda.

No juzgues el procesador por su generación o número de cores

Hay una gran diferencia de rendimiento entre la primera generación de procesadores de Intel y la segunda. Pero cuando pasas de la segunda a la tercera, la diferencia ya no es tan abultada, especialmente en juegos. A veces las nuevas generaciones implementan mejoras a la GPU integrada, o a la eficiencia para que consuman menos, pero en cuanto al rendimiento general, no son para tanto.

Por ello el primer consejo es que sigas esta regla: no pagues un 50% más por un 10% de incremento de rendimiento.

Al comprar un PC nuevo, el procesador es lo más importante

En cuanto al número de núcleos, puedes tener 60 FPS en un juego con un procesador de 12 cores y 80 FPS con un procesador de cuatro cores. Cuando se trata de juegos, importa más el rendimiento de un solo core que el número de éstos, y esto es así por el renderizado en tiempo real que se utiliza en los juegos. Cuando haces clic en alguna parte, esa información la tiene que preparar y procesar el procesador y enviárselo a la GPU para que ésta la muestre en el monitor. Aunque tengas 24 cores en el procesador, esa acción no se va a ejecutar más rápido.

Otra cosa es que vayas a utilizar el equipo para diseño gráfico, renderizado de vídeo o demás tareas profesionales. Ahí sí que importa mucho el número de núcleos del procesador. Igualmente, tampoco es cuestión de quedarse corto y coger a día de hoy un procesador dual core, por supuesto.

Seguramente no necesites 32 GB de RAM

A día de hoy, incluso los juegos de última generación y más exigentes recomiendan a lo sumo 16 GB de memoria RAM. Puedes pensar que mejor tener 32 GB de cara al futuro, pero es una inversión que en este momento no suele merecer la pena, y especialmente si lo que vas a comprar es un nuevo PC Gaming.

Si por el contrario vas a dedicar el nuevo equipo a tareas profesionales, especialmente a la gestión de vídeo o máquinas virtuales, sí que puede interesarte tener 32 GB de RAM o incluso más, pero esto será en un porcentaje muy bajo de usuarios que usen el equipo para tareas muy específicas.

La memoria RAM es importante en un PC nuevo

En cuanto a la velocidad de la memoria RAM, tampoco te dejes guiar por números enormemente grandes. Hoy en día, velocidades por encima de los 3600 MHz dan problemas de compatibilidad con frecuencia, y la diferencia de rendimiento no merece para nada la pena.

Igual que con el procesador, a este respecto sigue la misma regla: un 50% de incremento de precio no merece la pena para un 10% de incremento de rendimiento.

No escatimes en la caja, la fuente ni el disipador

Mucha gente suele comprar su nuevo PC en tiendas generalistas en lugar de por piezas, y ese tipo de ordenadores OEM suelen traer cajas con el espacio justo y mala refrigeración, disipadores de stock de AMD o Intel, y fuentes de alimentación de marca genérica y nula eficiencia.

La fuente de alimentación es el corazón del PC, es lo que da servicio al resto de componentes y sin ella nada funciona, por lo que nuestro consejo es que siempre busques una de buena calidad, con garantía y con la potencia adecuada. Tampoco te pases en potencia, pues aunque vayas a comprar la mejor tarjeta gráfica del mercado, difícilmente necesitarás una fuente de 1000 vatios.

calculadoras de fuentes de alimentacionLo mismo sucede con el disipador y la caja. La caja ya no solo para poder ampliar o cambiar componentes en el futuro, sino para favorecer la refrigeración de los componentes internos. Una buena refrigeración interna significa una menor temperatura de funcionamiento, y a su vez un mejor rendimiento y mayor vida útil de los componentes.

Y esto mismo se aplica al disipador del procesador: mejor optar por un modelo que asegure unas buenas temperaturas de funcionamiento, ya que lo agradeceremos en cuestión de temperatura, rendimiento y también del ruido.

Si escatimas en alguno de estos tres componentes, a la larga te arrepentirás puesto que las probabilidades de terminar teniendo problemas se multiplican.

Evita las tarjetas gráficas «Gaming OC»

Este consejo puede ir en contra de lo que podría ser lógico, ¿verdad? Eres un gamer y quieres lo mejor, así que no quieres una RTX 2080 normal, quieres la mayor bestia que haya, una RTX 2080 Gaming OC eXtreme Edition. Pero tanto «Gaming» como «OC» son dos palabras muy utilizadas que no son sino una mera estrategia de ventas para que la gente pague más por un producto que es básicamente el mismo.

Ojo porque cuando hablamos de periféricos, seguramente un ratón gaming sí que tenga características que merezcan la pena sobre un ratón normal.

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Todas las tarjetas gráficas del mercado actual, salvo las profesionales, están orientadas a juegos y por ello son «Gaming». Pero ese no es el problema son las gráficas con overclock de fábrica, que son exactamente iguales que los modelos básicos pero te ahorran el invertir 30 minutos de tu tiempo en hacerle un poco de overclock manualmente.

Y por supuesto volvemos al mismo principio: no gastes un 50% más para un 10% de rendimiento. La diferencia de rendimiento entre una gráfica normal y una OC es, de hecho, inferior, pues generalmente no llega al 5% de FPS en juegos.

La iluminación LED RGB termina cansando

Hoy en día casi todos los productos de PC vienen con iluminación RGB. Queda muy bonita, especialmente en equipos gaming, pero al final cuando pasas mucho tiempo frente al PC, terminas cansándote de ella porque puede resultar incluso molesta, especialmente si no la tienes fija sino con efectos.

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La recomendación es que, aunque compres un nuevo PC que tenga iluminación, asegúrate de que puedes desactivarla llegado el momento porque terminarás cansado de ella y, de no tener la opción de desactivarla, lo echarás de menos.

Los discos mecánicos lo ralentizan todo

Incluso aunque compres un SSD como dispositivo de almacenamiento principal del sistema, el tener un disco mecánico con cosas instaladas termina ralentizándolo todo. Si necesitas tener un disco de mucha capacidad obviamente vas a adquirir un disco duro mecánico, pero la recomendación aquí es que no lo uses para instalar nada, ya que al final Windows termina teniendo recursos en dicho disco.

Un disco mecánico ralentiza todo el PC nuevo

Por lo tanto, si decides adquirir un disco mecánico e instalarlo en tu nuevo equipo, recuerda usarlo solo como almacenamiento y no para instalar programas o juegos.

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