Refrigeración líquida AIO vs custom, ¿qué diferencias hay entre ambos tipos?
Actualizar el disipador del procesador a un sistema de refrigeración líquida puede ser una buena idea, pero seguramente surjan muchas dudas sobre qué tipo de sistema es mejor para el equipo, si una refrigeración líquida AIO (todo en uno), o dar un paso más allá y montar un sistema custom. A continuación, vamos a explicaros cuáles son las diferencias fundamentales entre ambos tipos para que podáis escoger el que mejor se adapte a vuestras necesidades.
Diferencias de precio
Una de las mayores diferencias, y que puede echar a muchos usuarios para atrás, es el precio que tienen ambos sistemas. Un kit de refrigeración líquida AIO se puede encontrar por 50-60 euros, y si nos vamos a la gama más alta, por 120 euros ya tenemos modelos excelentes. Por el contrario, los sistemas de refrigeración líquida personalizados son mucho más caros puesto que ya solo el bloque de CPU puede costarnos fácilmente 100 euros, el radiador otros 120 y otros 150 euros en el resto de componentes (depósito, tubos, racores, ventiladores, líquido, etc.).
Dificultad de instalación
Otro punto a favor de los kits todo en uno frente a los custom es la instalación. Instalar un kit AIO puede llevar menos de 10 minutos en manos expertas, e incluso con usuarios noveles, no suele llevar más de media hora. Al fin y al cabo es anclar el bloque de CPU al socket y el radiador a la caja.
Por su parte, un kit de refrigeración líquida custom requiere mucho más montaje: cortar y colocar tubos, fijar la bomba, llenar el líquido, etc. Una instalación así fácilmente puede llevarle unas 2-3 horas a un experto.
Debemos mencionar también que para poner en funcionamiento una líquida custom hay que realizar un proceso que pone ligeramente en riesgo el procesador y el equipo. Primero, porque hasta que no comencemos a echar el líquido refrigerante no sabremos si hay fugas (y de haberlas, podríamos tener problemas).
Segundo, porque para que todo el circuito se llene de líquido primero hay que rellenar el depósito y luego encender el sistema para que la bomba se ponga en funcionamiento y el líquido se mueva, y luego deberemos ir rellenando líquido poco a poco hasta completar todo el circuito. Esto se puede hacer con la bomba ya desmontada, pero solo si estamos usando tubos endebles y no rígidos ya que, de lo contrario, sería demasiado complicado montar el sistema en la caja.
Mantenimiento
Un kit de refrigeración líquida AIO es un circuito cerrado, con un nivel de evaporación cercano a cero que no requiere mantenimiento, y podríamos tenerlo funcionando durante años y años sin que se requiera intervención por parte del usuario (si acaso, tareas de limpieza y cambiar la pasta térmica). Por el contrario, los kits custom necesitan cierto mantenimiento, esencialmente rellenar el líquido cada cierto tiempo ya que la evaporación es mayor.
Por otro lado, con un sistema custom los riesgos de fugas de líquido son mayores, dado que al fin y al cabo lo habremos montado manualmente en lugar de haber sido ensamblado en una cadena de montaje.
Espacio interior y versatilidad
En términos estéticos, una refrigeración líquida custom le gana la partida a un kit AIO. No hay duda de que se ve más impresionante. La contrapartida de esto, es que el kit custom entre la bomba, el depósito y los tubos ocupan mucho espacio en el interior de la caja, y al final se quedará como un «mírame y no me toques». Por su parte, un kit AIO es más versátil porque podremos desmontarlo y montarlo con facilidad cuando queramos. Además, deja el interior de la caja más despejado.
Otro aspecto en el que las custom ganan a los kits AIO es, sin embargo, en la versatilidad. Una líquida AIO refrigerará un componente, generalmente el procesador, pero en un sistema custom podremos integrar en el mismo el procesador, la tarjeta gráfica (o las tarjetas gráficas), e incluso se puede utilizar para refrigerar el chipset de la placa base, el SSD (hay pocos compatibles pero existir existen), la memoria RAM y casi cualquier componente, todo en el mismo circuito.
Rendimiento
Aquí es donde no cabe duda de que un sistema de refrigeración líquida custom gana la partida, y especialmente si lo utilizamos con tarjetas gráficas, pues éstas se calientan más que el procesador. Aunque ambos sistemas dependen del mismo principio, las bombas y bloques de CPU/GPU de los sistemas personalizados son mucho mejores que los integrados en las líquidas AIO, por lo que el resultado final es una notable mejora en la temperatura de funcionamiento, es decir, en términos de rendimiento.
En conclusión, ¿qué tipo de refrigeración líquida elegir?
Huelga decir que ambas soluciones son buenas. Los kits AIO ofrecen mayor fiabilidad y sencillez de instalación, con un coste reducido y sin mantenimiento. Por su parte, las líquidas custom ofrecen un mejor aspecto visual y mejor rendimiento, así que la elección entre uno u otro sistema dependerá de lo que necesitéis. Si buscas rendimiento extremo y una estética impresionante, quizás deberías plantearte hacerte con una líquida personalizada.