A la hora de comprar un nuevo monitor para el PC casi siempre surge la misma duda: ¿es mejor un monitor más grande y sencillo, o mejor uno más pequeño pero con mejores prestaciones? En este artículo vamos a intentar arrojar un poco de luz en este tema para que puedas saber qué monitor comprar en cuanto a su tamaño.
Por supuesto al final la elección va a estar limitada tanto por el presupuesto que tengas como por el espacio en la mesa. Por mucho que quieras una pantalla de 32 pulgadas, si tu escritorio es pequeño y no cabe, no tiene sentido ni planteárselo.
Pero si tienes un presupuesto ya definido y el espacio en el escritorio controlado, seguramente dudes entre comprar un monitor más grande o uno más pequeño pero con mejores prestaciones. ¿Qué monitor deberías comprar entre estas dos opciones?
Ventajas de comprar un monitor más grande
La primera ventaja de tener un monitor más grande es, obviamente, una mayor área de visualización. Pero cuidado, porque esto puede convertirse en una desventaja dependiendo de la distancia a la que coloques el monitor de donde estás sentado, ya que si la pantalla es demasiado grande te obligará a girar el cuello para ver los extremos de la pantalla, y esto es algo que debes evitar especialmente si pasas muchas horas frente a la pantalla ya que terminará dándote dolor de cervicales.
Claro que la ventaja de tener un monitor más grande viene si lo sitúas a una distancia más grande de donde te sientas, ya que lo verás mejor todo, incluso a expensas de que tenga una menor resolución porque precisamente esta desventaja se atenúa al sentarte más lejos del monitor (básicamente no notas tanto la resolución como si te sientas más cerca).
Experiencia gaming más inmersiva
Con la llegada de los de ultra panorámicos, muchos usuarios se están lanzando a comprar monitores gaming con una relación de aspecto 21:9. El auge de los simuladores ha hecho que se aproveche mucho este tipo de paneles porque podemos tener una vista periférica muy parecida a la que tenemos en la vida real.
Estamos viendo como monitores de 29 y 34 pulgadas ofrecen todo lo que vemos en monitores más pequeños, incluso vemos paneles curvos con más curvatura que casi abrazan al usuario.
Mejor visionado en películas
Lógicamente, cuanto más subamos de pulgadas, más resolución veremos en los paneles. Volviendo a los monitores ultra panorámicos, su relación de aspecto permite eliminar las bandas negras horizontales, lo que nos parece interesante de cara al consumo de contenido multimedia.
Además, los fabricantes incluyen especificaciones que no vemos en monitores más pequeños porque dan por hecho que, la mayoría, no vamos a ver películas en nuestro monitor de 24 pulgadas. Entre estas especificaciones, encontramos el famoso HDR, una tecnología que aprovecharemos en películas que aprovechen tal certificación.
Ventajas de comprar un monitor más pequeño
Si decides optar por un monitor más pequeño, es posible que la diferencia de precio te permita optar por uno con mejores prestaciones de las que tendría uno grande, como por ejemplo mayor resolución, mejor tasa de refresco o un tiempo de respuesta más rápido.
Todas estas son características que vas a notar en la experiencia de uso, pero nuevamente hay que volver a tener en cuenta la distancia a la que te sientas del monitor, ya que si te sientas lejos, lo verás todo más pequeño y (sobre todo si tiene una mayor resolución) puede que incluso te cueste leer textos.
Otra de las cosas que debes tener en cuenta si pretendes adquirir un monitor más pequeño pero mejor es la potencia de tu PC. Mayor resolución y mayores tasas de refresco implican más trabajo para la tarjeta gráfica en los juegos, y si ésta no es lo suficientemente potente te obligará a relajar los ajustes gráficos, empeorando la experiencia de uso, o incluso la tasa de FPS podría bajar hasta un nivel que haga el juego injugable a esa resolución, causando stuttering, tearing y demás.
Entonces, ¿qué monitor debería comprar?
Debes entonces entrar a valorar qué te renta más, pero siempre teniendo en cuenta los dos factores que consideramos más determinantes: la distancia a la que te vas a sentar del monitor, y la tarjeta gráfica de tu equipo. Nuestra recomendación al respecto es la siguiente:
- Distancia de menos de 30 cm: máximo 17 pulgadas.
- Distancia de entre 40 y 50 cm: entre 19 y 21 pulgadas.
- Distancia de entre 50 y 60 cm: entre 21 y 24 pulgadas.
- Distancia de entre 60 y 70 cm: entre 22 y 27 pulgadas, máximo 29 pulgadas UltraWide.
- Distancia de entre 70 y 80 cm: entre 24 y 32 pulgadas, máximo 34 pulgadas UltraWide.
- Distancia de entre 90 y 100 cm: entre 27 y 35 pulgadas.
- Más de 1 metro de distancia: de 32 pulgadas en adelante.
Además de esto, debes tener en cuenta la potencia de tu tarjeta gráfica: ¿está preparada para poder mover juegos a la resolución del monitor? ¿La experiencia de uso será buena?
Una vez despejadas todas estas incógnitas, nadie tendrá que decirte si es mejor una pantalla grande o una pequeña, porque la opción a elegir vendrá sola.