El ZX Spectrum original se lanzó en 1982 y marcó una época dentro de industria de la informática. Una era dorada que prácticamente se extendió a lo largo de los ochenta y que supuso el punto de contacto e inicio de una vocación para millones de usuarios en todo el mundo que en ese momento se aficionaron a la informática y, también, a los videojuegos. ¿Acaso no tuviste uno en los años 80?
Es cierto que el ZX Spectrum no fue el primer ordenador personal, ni mucho menos, pero su precio (de los más económicos) lo convirtió en un éxito comercial en España o Inglaterra –los dos territorios con mayor impacto– y otros países de Europa, permitiendo que millones de hogares se adentraran en el entonces desconocido mundo de la computación personal (como se decía). Con su procesador Zilog Z80 a 3,5 MHz y sus emblemáticas 48KB de memoria RAM (hubo un modelo de 16 pero desgraciadamente fracasó al poco de salir), el ZX Spectrum desafió a una nueva generación que, en aquellos tiempos y a diferencia de sus padres, podían encontrar un futuro desarrollando y programando para aquellas máquinas maquinitas de 8 bits.
Y aunque su hardware fue superado por la competencia rápidamente, dejó una huella imborrable en la industria. Aquellos ocho colores con dos intensidades de brillo, y el icónico «color clash», forman parte de la memoria colectiva de una generación que soñó con crear y disfrutar de videojuegos en una época en la que la imaginación era el verdadero límite.
La Leyenda del ZX Spectrum
Hay que decir que el ZX Spectrum no solo democratizó el acceso a la informática, sino que también impulsó la creatividad y el ingenio. Las limitaciones del hardware obligaron a los desarrolladores a optimizar cada byte de memoria, dando lugar a técnicas de programación innovadoras y a juegos que, a pesar de su aparente simplicidad gráfica, ofrecían una profundidad y una jugabilidad sorprendentes. Títulos como Manic Miner, Knight Lore, Profanation, Exolon, Jet Set Willy, Head Over Heels o miles de ejemplos más se convirtieron en clásicos instantáneos, desafiando a los jugadores con laberintos intrincados, puzzles ingeniosos y enemigos memorables.
Eran los tiempos en los que las carátulas te vendían un juego. Una ilustración de Alfonso Azpiri te hacía soñar con universos desconocidos, o las míticas publicidades en MicroHobby y Micro Manía de otro grande como fue Bob Wakelin, responsable de muchísmas portadas de juegos de Ocean e Imagine, sobre todo.
El ZX Spectrum también fue una plataforma que sirvió sobradamente para la experimentación e innovación. Su arquitectura abierta permitía a los usuarios modificar tanto el hardware como el software, con cierta facilidad, lo que produjo un enorme mercado de periféricos, utilidades y juegos que se expandían más allá de las posibilidades del sistema. El legado del ZX Spectrum se extiende más allá de los videojuegos. Su influencia se puede apreciar en el diseño de ordenadores posteriores, en el desarrollo de lenguajes de programación y en la cultura popular.
El Sinclair ZX Spectrum, ahora bautizado como The Spectrum por Retro Games Ltd. inspiró a una generación de programadores, diseñadores y artistas, contribuyendo al crecimiento de la industria del videojuego y de la informática en general.
The Spectrum: Nostalgia en estado puro
Si hemos querido realizar una introducción tan larga es porque el ZX Spectrum se lo merece. Tanto si lo tuviste como si te has aficionado a él años más tarde, estamos ate una máquina que bien merecía un homenaje, una réplica funcional genuinamente Sinclair como es este The Spectrum de Retro Games Ltd.
Ha sido ahora, en 2024 y décadas después de su lanzamiento, que el ZX Spectrum renace en forma de The Spectrum. A diferencia de su predecesor, su misión no es conquistar el mercado, sino reavivar la pasión de aquellos gamers que anhelan reencontrarse con su juventud y revivir las experiencias que marcaron su infancia. Abrir la caja de este Spectrum es una experiencia emocionante, un torrente de recuerdos que emergen con cada pulsación de sus teclas de goma, las mismas que convirtieron al ZX Spectrum en un icono allá por los rebeldes años 80.
The Spectrum es una réplica a tamaño real del modelo de 1982, que incluye 48 juegos (50 en la Edición Alfonso Azpiri a la que se unen Wells and Fargo y Viaje al Centro de la Tierra) que podemos elegir dentro de un modo carrusel que es el que se inicia al encenderlo por primera vez. Este menú es muy parecido, por no decir idéntico, al de otros microordenadores que han revivido en los últimos tiempos de la mano de Retro Games Ltd., como el Commodore Vic 20, etc.
The Spectrum permite jugar sin miedo a que nos maten una y otra vez porque el sistema nos deja rebobinar la acción y grabar nuestro progreso en cualquier momento, funciones que en su día eran un lujo y que hoy nos transportan a una época en la que la paciencia y la perseverancia eran virtudes esenciales para cualquier jugador. Este Spectrum también nos deja programar en BASIC y salvar el código en una memoria USB, ofreciendo la posibilidad de redescubrir la magia de la programación y de crear nuestros propios juegos, tal como lo hacíamos en los años 80. Así que nunca es tarde para ponerse con aquel viejo proyecto que dejaste a medias en el instituto.
¡Ah!, y si echas de menos algún juego, es posible cargar otros descargados de internet. Y obviamente, si buscas una experiencia lo más auténtica posible, te recomendamos cargar los juegos desde cintas con el mítico Load «», reviviendo así los míticos pitidos que anunciaban el inicio de la aventura. Recuerda: desde el 22 de noviembre, The Spectrum está disponible por 99,99€, con una caja que evoca el diseño original y que cuenta en España con una edición especial dedicada al mítico Alfonso Azpiri.
The Spectrum: Diseño y Experiencia
Al sacar The Spectrum de la caja la sensación es la de reencontrarse con un viejo amigo. El diseño, los materiales, el tacto de las teclas (de membrana casi como el original) e incluso las ranuras de ventilación transportan a la década de los 80. Conectado a un televisor y puesto sobre la mesa, es indistinguible del modelo original, lo que permite recrear la experiencia auténtica de jugar al ZX Spectrum tal como lo hacíamos en nuestra infancia.
La caja se inspira en la del ZX Spectrum de Sinclair, aunque con un tamaño menor al no requerir una fuente de alimentación externa. Este detalle, aparentemente insignificante, refleja la evolución de la tecnología y el paso del tiempo. Mientras que el ZX Spectrum original necesitaba una voluminosa fuente de alimentación, The Spectrum se alimenta a través del puerto USB, lo que lo hace más compacto y portátil ya que no necesitas un bulto más y desde un conector de la tele os servirá para darle corriente.
Lamentablemente, la documentación incluida es escasa. Un microordenador como este merecía un manual en papel como el de 1982, con sus detalladas instrucciones y sus diagramas explicativos. Sin embargo, en la era digital, se ha optado por un PDF accesible mediante un código QR. Si bien esta opción es más ecológica y permite acceder a la información de forma instantánea, se pierde la experiencia tangible de hojear un manual y de descubrir sus secretos poco a poco.
The Spectrum y los juegos
A diferencia de otras consolas «mini» o microordenadores como el Vic 20 o el Commodore 64, The Spectrum ofrece una soberbia selección de juegos, con títulos representativos de diferentes géneros y desarrolladores. Aunque faltan algunos clásicos, la colaboración con viejos estudios europeos ha permitido incluir clasicazos como Saboteur (la versión moderna), Exolon, Quazatron, Bobby Bearing, The Great Scape, Movie, Fairlight, Army Moves, Phantis o Match Day 2, que en su día cautivaron a millones de jugadores.
La verdadera magia de The Spectrum, de todas formas, reside en la posibilidad de conectar un pendrive USB y jugar con cintas clásicas o nuevos juegos homebrew. Gracias a la emulación del hardware del ZX Spectrum, es capaz de ejecutar una amplia biblioteca de software, incluyendo títulos que siempre han sido complicados de emular. Esto permite redescubrir clásicos olvidados y disfrutar de las creaciones de la comunidad actual, que sigue manteniendo vivo el espíritu del ZX Spectrum con videojuegos que son verdaderas obras maestras. Alguno, incluso, ya viene dentro del catálogo del ordenador.
Este es el listado completo de juegos que trae de serie The Spectrum:
- Alien Girl (Skirmish Edition)
- Ant Attack
- Army Moves
- Auf Wiedersehen Monty
- Avalon
- Bobby Bearing
- Cosmic Payback
- Devwill Too ZX
- Exolon
- Fairlight
- Firelord
- Football Manager 2
- Freddy Hardest
- The Great Escape
- Head Over Heels
- Highway Encounter
- The Hobbit
- Horace Goes Skiing
- Jack the Nipper
- Knot in 3D
- The Lords of Midnight
- Manic Miner
- Match Day II
- Movie
- Nodes of Yesod
- Penetrator
- Phantis (Game Over II)
- Pheenix
- Pyracurse
- Quazatron
- Robin of the Wood
- Saboteur! Remastered
- Shovel Adventure
- Skool Daze
- Snake Escape
- Spellbound
- Starquake
- Starstrike II
- El Stompo
- Stonkers
- Target: Renegade
- TCQ
- Technician Ted
- The Megamix
- Tenebra
- Trashman
- The Way of the Exploding Fist
- Viaje al Centro de la Tierra (solo Edición Azpiri a través de descarga digital)
- Wells and Fargo (solo Edición Azpiri a través de descarga digital)
- Wheelie, Where Time Stood Still
¿Merece la pena The Spectrum?
The Spectrum es una joya imprescindible para quienes disfrutaron del ZX Spectrum en los 80. La fidelidad al diseño original, la sensación de estar usando el mismo equipo y su funcionalidad completa (el tacto de las teclas de goma es prodigioso) lo convierten en una compra necesaria para revivir el pasado y reconectar con la nostalgia de una época en la que los videojuegos eran sinónimo de creatividad, ingenio y diversión.
Incluso para los coleccionistas, The Spectrum es una alternativa para jugar y experimentar sin arriesgar la pieza original. Si bien el ZX Spectrum de 1982 es un objeto de culto, su fragilidad y su escasez hacen de él que sea un riesgo utilizarlo con frecuencia. Sin embargo, con este modelo de Retro Games Ltd., tendremos las ventajas de una imagen en pantalla perfecta (con o sin filtro CRT) y con la garantía de que si lo maltratamos utilizándolo a golpes, no vamos a dañar un valioso objeto digno de un museo.
The Spectrum es una invitación a iniciar un viaje en el tiempo, una oportunidad para reconectar con la nostalgia, con tu “yo” de los años ochenta y redescubrir la magia de una era dorada de los videojuegos. Es un homenaje al ZX Spectrum, un ordenador que marcó a una generación y que sigue inspirando a día de hoy.