En el CES de Las Vegas, Corsair presentó su nueva serie de cajas Carbide 400 Series con dos integrantes, el modelo Q (Quiet) orientado al Silent Computing y que integra componentes supresores del ruido y el modelo C (Clear) que destaca por su gran ventana lateral que permite ver todo el interior de la caja. En el día de hoy os vamos a presentar nuestro particular análisis del modelo Corsair Carbide 400C, enseñándoos cada detalle interno y externo de la caja, montando nuestro sistema de pruebas en su interior y por supuesto contándoos qué tal funciona.
Hace pocas semanas os mostrábamos nuestro análisis de la Carbide 600C de Corsair, una caja de gran tamaño y con un diseño invertido interior que destaca por su gran capacidad interna y elevada refrigeración interior de los componentes. La Corsair Carbide 400C de la que os vamos a hablar hoy es, digamos, su hermana pequeña pues exteriormente es prácticamente igual pero de menor tamaño: el la 400C Corsair ha prescindido de las bahías para unidades de 5.25 pulgadas, de dos de los puertos USB frontales y, del rehobús y, al contrario que en la 600C, el montaje es el considerado tradicional.
Así pues estamos ante una caja «normal» con una gran ventana lateral y con la particularidad de que a pesar de tener unas dimensiones relativamente pequeñas acepta la instalación de componentes ATX de gran tamaño, incluyendo los disipadores y tarjetas gráficas más grandes del mercado. Asímismo, podremos instalar sin ningún tipo de problema sistemas personalizados de refrigeración líquida, pues otra de las diferencias con la 600C es que la 400C incluye puntos de montaje para radiadores / ventiladores en la zona superior.
CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS.
Sacadas de la página web del fabricante.
Estamos ante una caja de formato semitorre compacta pero que aun así es compatible incluso con algunas placas de formato E-ATX e inferiores. A pesar de sus dimensiones de 425 x 215 x 464 mm admite en su interior la instalación de disipadores de procesador de hasta 170 mm de altura o tarjetas gráficas de hasta 37 centímetros de longitud, por lo que básicamente podremos instalar el hardware que queramos en su interior sin el menor inconveniente.
La parte mala es que para reducir el tamaño de la caja, Corsair ha decidido prescindir de una gran cantidad de las opciones de almacenamiento. Por ello la Carbide 400C no cuenta con bahías para unidades de 5.25 pulgadas y solo admite 2 discos duros de 3.5 pulgadas y tres de 2.5 pulgadas, por lo que evidentemente ésta caja está orientada a usuarios «normales», que como mucho tienen un SSD de 2.5 pulgadas y uno o dos discos normales de 3.5 pulgadas.
En lo relativo a la refrigeración nos encontramos una gran variedad de opciones, pues admite la instalación de 2 ventiladores de 120 mm o dos de 140 mm en la parte delantera (también de radiadores de hasta 360 / 280 mm de longitud), dos ventiladores más de 120 / 140 mm en la parte superior con sus respectivos radiadores de hasta 240 mm de longitud (en este caso no admite de 280 mm en la zona superior) y uno más de 120 mm en la parte trasera. De serie incluye éste ventilador trasero de 120 mm y uno delantero de 140 mm de diámetro.
ANÁLISIS EXTERNO.
Corsair utiliza el mismo embalaje que emplea en prácticamente todas sus cajas, de cartón duro y color neutro y con un diagrama de la propia caja y sus características técnicas en el exterior. Lamentablemente en este caso la empresa de paquetería que nos trajo la caja puso sus etiquetas en uno de los laterales y se ha echado a perder gran parte al quitarlas.
Aquí podéis ver la Corsair Carbide Clear 400C ya fuera de la caja. Es una caja que a pesar de tener un tamaño compacto es bastante pesada, pues Corsair ha utilizado el mejor acero SECC y plástico ABS en su construcción.
El frontal es totalmente minimalista, fabricado en plástico ABS pero cubierto en la superficie con una plancha de aluminio cepillado, igual que en la 600C. La diferencia como comentábamos al principio es que la 400C carece de unidades de 5.25 pulgadas.
El lateral izquierdo de la caja está dominado por la gran ventana de plástico transparente que permite ver todo el interior. Cuenta igual que en la 600C con una manilla para abrir y que todo el lateral se abra en sus bisagras. También en el lateral podemos ver las grandes aperturas que permiten la entrada de aire gracias a los ventiladores frontales de la caja. El lateral opuesto está completamente vacío y solo encontramos la plancha de acero pintada de negro.
En la zona trasera nos encontramos con el diseño habitual, con la fuente de alimentación en la zona inferior, las ranuras de expansión y en la zona superior el hueco para el ventilador trasero y el escudo I/O de la placa base.
Un detalle de las bisagras que sostienen la puerta lateral, de gran tamaño y construcción robusta. Estamos como siempre ante una caja en la que el fabricante no ha escatimado en cuanto a calidad de construcción.
Si nos vamos a la parte superior lo que nos encontramos es un gran filtro anti polvo metálico que se ancla a la caja mediante imanes.
También en la parte superior están los botones de encendido y reset, dos USB 3.0 y los minijacks de audio habituales. Como veis carece de USB 2.0 y de rehobús, al contrario que la 600C.
Para terminar con el análisis exterior nos queda ver la zona inferior de la caja. Aquí dominan cuatro grandes patas con inserciones de goma que absorben vibraciones y evitan que la caja se mueva de su sitio. También, en la zona de la fuente de alimentación, hay otro filtro anti polvo que se puede extraer desde fuera.
ANÁLISIS INTERNO.
Abrimos la puerta lateral y podemos acceder directamente al interior de la caja. Aquí podéis ver hasta donde se abre y un detalle de la bisagra, con la parte superior más larga que la inferior de manera que si quitamos el lateral (simplemente tirando hacia arriba) resulte más fácil volver a ponerlo pues podemos insertar primero una y luego otra bisagra.
Corsair utiliza dos cubiertas en la zona inferior, una que tapa la zona de la fuente de alimentación y otra que tapa un pequeño rack para dos unidades de disco duro de 3.5 pulgadas. Este rack además se puede poner y quitar a nuestro antojo en el caso de que no vayamos a utilizar unidades de disco de éste tamaño.
En las siguientes imágenes podéis ver el gran espacio para instalar la placa base, con una buena cantidad de perforaciones engomadas para canalizar cables. También los dos ventiladores preinstalados, el delantero de 140 mm y el trasero de 120 mm de diámetro. Retirado el filtro superior, también vemos el gran espacio para instalar ventiladores en la zona superior.
Si nos vamos a la parte trasera nos encontramos con un gran hueco para poder manipular el socket de la placa base sin tener que desmontarla. También destacan las tres unidades de 2.5 pulgadas que podemos instalar en ésta zona y, todo sea dicho, un enorme espacio de canalización de cables.
También desde ésta zona podemos acceder a las dos unidades de disco duro de 3.5 pulgadas que vienen con sendas bandejas de plástico para poder instalarlas sin necesidad de herramientas.
Hay una cosa que no nos ha gustado nada, y es que al igual que pasaba con la 600C, en ésta 400C tenemos que desmontar todo el frontal para poder acceder al filtro anti polvo frontal, y para ello es necesario retirar ambos laterales de la caja. Un poco incómodo.
Para ir terminando con el análisis interno, quedan ver los conectores con los que cuenta la caja. Como no tenemos ni USB 2.0 ni rehobús integrado son bastante escasos y solo encontramos el cable de audio, el USB 3.0 interno y los conectores habituales de encendido y demás.
Por cierto que Corsair incluye un completo manual de instrucciones y una gran cantidad de tornillería, todo perfectamente clasificado en bolsas de plástico.
MONTAJE.
Como siempre lo primero de todo es instalar la placa base. En éste caso es de formato ATX y con el disipador, un enorme Noctua NH-D14 ya instalado en ésta.
A pesar de que estamos ante un disipador que mide 165 mm de altura, tenemos espacio de sobra.
Después instalamos la fuente de alimentación, que como en este caso es 100% modular podemos dejar los cables para más adelante.
Hora de instalar las unidades de disco duro. En este caso contamos con un disco de 3.5 pulgadas y un SSD de 2.5 pulgadas.
Para ir terminando, instalamos la tarjeta gráfica. En éste caso es una GeForce GTX 970 de MSI que cabe perfectamente.
Hecho ésto conectamos todos los cables (ya os habréis dado cuenta de que hemos ido conectando unos cuantos en pasos previos).
Montamos las cubiertas inferiores.
Y ya estamos listos para cerrar la caja y comenzar a funcionar. Sin esfuerzo, nos ha quedado un montaje bastante decente y en unos treinta minutos nada más, sin cables por medio y todo perfectamente organizado. La verdad es que montar un sistema en esta caja es coser y cantar.
TESTEO.
Antes de nada cabe mencionar que como la caja carece de rehobús, todos los ventiladores han tenido que ser conectados directamente a la placa base. Dado que los dos ventiladores que la caja incorpora de serie tienen conector de 3 pines, éstos funcionan siempre a máxima velocidad salvo que lo configuremos de otra manera en la BIOS de la placa.
De éste modo hay que decir que la caja es ligeramente rumorosa, nada molesto, pero tampoco podemos considerarla silenciosa por éste hecho. Corsair debería plantearse el incluir ventiladores PWM en las cajas que no tienen rehobús de fábrica para paliar éste hecho.
Conectamos el equipo y comenzamos a probarlo, comparándolo en este caso con la anterior caja en la que teníamos instalado nuestro sistema, una Silverstone Raven RVX01. Para las pruebas de rendimiento térmico hemos utilizado exactamente la misma configuración de hardware en ambas cajas, y en ambos casos con los ventiladores que traen ambas cajas de fábrica. El procesador utilizado ha sido un AMD FX-8320E sin Overclock refrigerado por un disipador Noctua NH-D14, y con una tarjeta gráfica MSI GeForce GTX 970 Gaming 4G.
Para estresar los componentes hemos utilizado Prime95 64 bits para el procesador, Furmark para la gráfica y Aida64 para los discos duros. El resultado queda de la siguiente manera.
La caja de Silverstone está muy enfocada a la refrigeración y por ello es bastante ruidosa. Sin embargo, con la Corsair Carbide 400C hemos logrado un nivel de refrigeración similar, aunque la temperatura en el disco duro sigue estando un tanto penalizada dado que no cuenta con refrigeración directa si no instalamos un ventilador adicional en la zona baja del frontal de la caja.
Con todo y con esto, se trata de una caja con buena refrigeración incluso con los ventiladores que incorpora de serie y que no es para nada ruidosa, si bien como hemos dicho hace un momento tampoco podemos considerarla silenciosa.
CONCLUSIÓN.
Con el mismo concepto estético que en la Carbide 600C pero con un diseño interior totalmente diferente, Corsair ha logrado crear una caja bastante compacta y estéticamente preciosa. La Carbide 400C es pequeña pero en su interior tenemos toneladas de posibilidades de instalación de hardware y, sobre todo, de refrigeración, todo manteniendo la mejor calidad de materiales y un nivel sonoro bastante decente.
Me parece una de las mejores cajas en cuanto a diseño y facilidad de instalación, con una estética preciosa y una funcionalidad que si bien está un tanto reducida en comparación con la 600C, le da todo lo que necesita al usuario medio.
PROS:
- Excelente calidad de materiales.
- Muy bonita estéticamente.
- Gran capacidad interior, muy cómoda y amplia a pesar de ser una caja compacta.
- Enorme ventana lateral que permite ver todo el interior.
- Dos ventiladores instalados de fábrica.
- Rack de discos extraíble.
- Filtros anti polvo en todas las entradas de aire.
- Buen rendimiento térmico.
CONTRAS:
- Carece de conectores USB 2.0 en el frontal. Dos USB 3.0 me parecen insuficientes.
- No tiene rehobús integrado.
- Falta de bahías de 5.25 pulgadas y escasez de 3.5 pulgadas.
- Para acceder al filtro frontal hay que desmontar todo el frontal de la caja.
- Precio (unos 120 euros).
Por ello, la Corsair Carbide 400C se lleva nuestro galardón de Oro y nuestra recomendación por su diseño.