A mediados de este año, el especialista en periféricos de alto rendimiento Razer anunció el lanzamiento de un nuevo kit de teclado, ratón y «lapboard» especialmente orientados para su utilización sobre las rodillas del usuario, generalmente en el sofá del salón. Se trata del Razer Turret que analizamos hoy, la propuesta de Razer para usuarios Gaming que quieren disfrutar de sus mejores juegos y aplicaciones en la comodidad de su salón.
Comenzamos hablando del teclado. Cuenta con un diseño TKL (sin teclado numérico a la derecha) y teclas de tipo chiclé con mecanismos de tijera, por lo que su perfil es slim. Incorpora teclas dedicadas para funciones de sistema operativo Android, y tiene capacidad anti ghosting de 10 teclas. Según Razer, su batería de 1500 mAh le proporciona una autonomía de hasta 4 meses con una utilización normal.
En cuanto al ratón, tiene un diseño ergonómico ambidextro que se parece mucho al del Orochi tanto por esto como por tamaño. Incorpora un sensor láser de hasta 3500 DPI de sensibilidad y una batería de 1000 mAh que según el fabricante le dota de una autonomía de hasta 40 horas de uso continuado. Incluye una base de carga para poder recargarla cómodamente cuando no lo estemos utilizando y un adaptador USB para conectarlo de manera inalámbrica si el otro dispositivo no tiene Bluetooth.
CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS
Básicamente esto es lo que os hemos contado antes. Hay que matizar una cosa y es que tanto el teclado como el ratón son capaces de funcionar de manera inalámbrica mediante el adaptador incluido que funciona a 2,4 Ghz, o mediante Bluetooth sin necesidad de éste adaptador si el dispositivo con el que pretendemos utilizarlo es compatible.
ANÁLISIS EXTERNO
El kit Razer Turret viene embalado en una caja de cartón duro con la estética habitual del fabricante, con colores negro y verde característicos predominando y con una imagen del producto por la parte delantera, dejando para la trasera un resumen de lo que encontraremos en el interior.
Abrimos la caja y con lo primero que nos encontramos es con unas instrucciones bastante claras sobre cómo debemos conectar el dispositivo.
Quitamos esa pieza de cartón y vemos teclado y ratón perfectamente protegidos.
Pero vamos a ver primero los accesorios. Como siempre, Razer incluye la habitual carta de su CEO dándonos la bienvenida al «Culto» de Razer, las pegatinas con el logo y el manual de instrucciones.
También hay, dentro de una pequeña caja de cartón, un adaptador de corriente al que se conecta el cable USB que veremos después. Lamentablemente viene en un formato que no es compatible con el europeo.
También se incluye un cable USB de carga que conectaremos a la base.
Y una base para conectar el receptor inalámbrico.
Esta es la base de carga. Está diseñada para poder cargar ratón y teclado de manera simultánea, y además tiene imanes dispuestos estratégicamente para que ambos periféricos se queden bien fijos durante éste proceso.
Vamos a comenzar viendo el ratón. Como decíamos antes se parece bastante al Orochi, con un diseño ambidextro y que afortunadamente cuenta con botones laterales.
A destacar que el ratón tiene un interruptor en la zona inferior que nos permite seleccionar el modo de funcionamiento entre Bluetooth, 2,4 Ghz y apagado. El ratón se puede abrir retirando la zona superior (igual que el Orochi, todo sea dicho) dándonos acceso tanto a su batería como al adaptador inalámbrico.
Le llega el turno al teclado. Es como decíamos antes de formato slim con mecanismos de tijera, y en éste caso TKL (ten keyless, sin teclado numérico). En éste caso el layout es americano, no español, por eso tampoco se incluía el enchufe europeo.
La zona derecha se expande formando el «lapboard» que nos da una pequeña alfombrilla para el ratón.
Toda la zona inferior está cubierta por goma anti deslizante. No sé hasta qué punto ésto es un error o un acierto teniendo en cuenta que sería más útil que tuviera la forma de las piernas dado que será ahí donde se utilice normalmente, pues la goma anti deslizante es más bien para superficies planas. Además nos dará calor sobre las piernas.
En el lateral izquierdo tenemos el botón de encendido y un interruptor que, al igual que en el ratón, nos permite escoger entre Bluetooth y 2.4 Ghz.
Justo donde se encuentran las dos bisagras del lapboard tenemos los conectores para enchufarse a la base y recargar su batería.
Como decíamos antes, la base es sorprendentemente robusta y gracias a los imanes mantiene teclado y ratón perfectamente anclados mientras se cargan.
TESTEO
El software
A estas alturas conocemos muy bien el software Synapse del fabricante así que no vamos a entrar en muchos detalles… de hecho porque no los hay. El software de configuración apenas nos permite crear los habituales perfiles y eso sí, seleccionar macros y demás a las teclas del teclado.
Permite también configurar el modo de juego.
Y las opciones de energía.
Nada más. Ni siquiera aparece opción alguna para configurar la sensibilidad del ratón, algo que realmente se puede hacer desde el panel de control de Windows pero que me parece fundamental para el software del dispositivo y que no entiendo cómo Razer se lo ha dejado en el tintero, la verdad.
El Razer Turret en uso
Después de recargar la batería completamente hemos estado utilizando el Razer Turret durante unos cuantos días para jugar principalmente al Final Fantasy XIV en el PC del salón bajo sistema operativo Windows. Es cierto que el Turret está más bien pensado para sistemas Android (de hecho por eso cuenta con teclas específicas para ello) o incluso para Steam Machines, pero bajo sistema operativo Windows funciona a la perfección también.
Dejando de lado el periodo de adaptación al layout del teclado que como decíamos antes es americano y no español, la verdad es que me ha resultado bastante cómodo de utilizar sobre las rodillas. Las bisagras son bastante rígidas, lo que permite apoyar la muñeca sobre la zona derecha y que no se doblen. Claro que ésta zona de «alfombrilla» es un poco escasa y a no ser que tengas el ratón configurado con bastante resolución se te queda pequeña. En nuestro caso, con el ratón a 2200 DPI nos ha resultado bastante adecuada, digamos que suficiente.
La respuesta es bastante rápida y buena, y aunque el polling rate del ratón se ve reducido a unos 440 Hz frente a los 1000 Hz habituales en sistemas Gaming con cable, permite una experiencia de juego muy buena. Eso sí, tengo que decir una cosa y es que aunque estábamos a aproximadamente 2,5 metros del equipo, por 2,4 Ghz no ha habido ningún problema pero sí por Bluetooth, con algunos parones e incluso «lagazos» durante el juego. No sé si puedo achacar ésto al Turret o al receptor bluetooth de mi equipo de pruebas (un Shuttle Nano XPC NC01U3), pero lamentablemente no dispongo de otro sistema con Bluetooth con el que probar.
En definitiva la experiencia ha sido bastante buena, aunque también os digo que tras sesiones de un par de horas de juego terminas cansado por dos cosas: primero por la posición de la espalda: nada como una buena silla para jugar en posición correcta, pues al tener el teclado y el ratón sobre las rodillas terminas «sacando chepa». Segundo en las propias piernas, el peso del Razer Turret y de nuestras manos sobre él acaban creando cansancio en las piernas (incluso una vez se me durmieron).
Por último hay que hablar de la duración de la batería. He estado jugando unas dos horas al día durante cinco días utilizando el Turret y la batería de ambos periféricos no se ha resentido y no me ha pedido que la recargara, así que considero que tiene una autonomía realmente muy buena, máxime porque habitualmente después de jugar dejaremos los periféricos en su base para que se recargue la batería.
CONCLUSIÓN
En general el Razer Turret me parece una muy buena opción para usuarios que quieran jugar desde el sofá en el PC del salón que tengan conectado a la televisión, incluyendo aquellos usuarios «Casual» que tienen Android TV en el salón. Tanto ratón como teclado se comportan muy bien, aunque desde ya os digo que es como mucho para un par de horas porque producen cansancio, al menos en el tiempo que yo lo he probado.
PROS:
- Buena autonomía de ambos periféricos.
- Cómoda base de carga.
- Buena respuesta en modo inalámbrico.
- Prácticamente son Plug & Play.
CONTRAS:
- Precio (190 euros en la web de Razer).
- Tras un par de horas de uso se produce cansancio.
- No muy buen rendimiento por Bluetooth.
Por éste motivo, el sistema Razer Turret se merece nuestro galardón de Plata y nuestra recomendación por su rendimiento. Sin duda se habría llevado el Oro si tuviera un precio más razonable.