Os traigo una técnica destinada a los muy friquis, con tiempo y empeñados en mejorar un poco más el rendimiento de sus disipadores. Se trata del pulido de superficies de disipación.
Como sabéis, la transmisión térmica entre un componente caliente y un disipador se realiza a través de sus superficies de contacto; cuanto mayor/mejor es esta superficie, más eficiente es la transmisión térmica y la refrigeración. Por desgracia, por muy buenos que sean los fabricantes en el proceso de mecanizado de las superficies de los disipadores, ésto no significa que los acabados sean perfectos, variando éstos desde los normalitos hasta los claramente horribles. Una manera barata de aumentar la capacidad de refrigeración de un disipador es pulir su superficie de manera que quede completamente plana entre la superficie caliente y el disipador.
Para hacerlo, necesitaremos papel de lija al agua con rugosidad de 400, 600 y 800, una hoja de cristal plana, tiempo y paciencia.
Comenzaremos fijando la lija más basta (la de 400) al cristal con cinta para que no se despegue mientras pulimos, la humedeceremos con agua para que deslice bien la superficie a pulir y comenzaremos a frotar en una dirección (no hagáis movimientos circulares, dan peor resultado). Haremos 30 pasadas, giraremos la pieza 90º y repetiremos el proceso. A medida que vayamos quitando material de la superficie iremos viendo que ciertas zonas hacen buen contacto con la lija pero otras no; pararemos de pulir cuando todas las zonas estén pulidas por igual.
Llegados a este punto, cambiaremos el papel de lija de 400 por el de 600, que es más fino. Con esta lija eliminaremos cualquier imperfección que haya quedado al desbastar la superficie, consiguiendo un acabado más fino.
El empleo de la lija de 800 es ya sólo si quereis lograr una superficie reflectante (el famoso «acabado en espejo») pero a mí no me parece algo importante; lo fundamental es que las superficies sean completamente planas.
Como ejemplo os pongo unas fotos de la base de mi Tuniq Tower 120 (cuya base original entra en la categoría de «desastre») antes y después del pulido:
Ésta es la base antes de pulirla:
Como podéis ver, está llena de arañazos causados por todas las instalaciones/desinstalaciones a la que se ha sometido el disipador. A parte, la base es convexa de manera longitudinal, probablemente para que haga mejor contacto con el IHS del procesador (que suele ser cóncavo).
Tras 2 horitas de trabajo, el resultado es el siguiente:
Como véis, la superficie es mucho más suave y han desaparecido las marcas del mecanizado original. Sigue siendo ligeramente convexa en los extremos pero en el centro donde va a asentar el disipador es completamente plana.
No solamente el disipador se puede pulir. Si queréis maximizar la refrigeración también deberéis pulir el IHS del procesador. OJO!!! Pulir el IHS del procesador puede dañar el núcleo y anula automáticamente la garantía, así que si lo hacéis, lo hacéis bajo vuestra responsabilidad.
En mi caso, el IHS del procesador era bastante cóncavo, así que hubo que dedicarle más esfuerzo, aunque como es más manejable, lo haréis más rápido. El resultado es el siguiente:
Como véis, la superficie es ahora completamente plana y me asegurará el mejor contacto con el disipador. Todavía no he podido probarlo todo montado, pero tengo entendido que las reducciones de temperatura suelen rondar entre 6-10ºC.
Autor: Juan Diego de Usera