Muchas veces habréis pensado que es una buena idea tener un sistema RAID de discos duros en vuestro PC, pero que hacerlo conlleva demasiado trabajo o complicación y al final se queda en el olvido. Pues es más fácil de lo que parece, y a continuación os vamos a enseñar a configurar una unidad RAID de discos duros en placas base GIGABYTE o AORUS.
Para empezar, necesitaremos como es lógico dos unidades de disco duro o SSD como mínimo, pues es lo que necesitaremos para crear un volumen RAID 0 o RAID 1. Podríamos crear también volúmenes RAID 5 ó 10, que es lo que permiten las placas base de ordenadores de sobremesa, pero en estos casos necesitaríamos un mínimo de 3 y 4 discos respectivamente.
El proceso es exactamente el mismo, pero seleccionando el tipo de RAID que nos convenga y los discos correspondientes, así que vamos a explicarlo con dos unidades nada más. Recordad que dependiendo del RAID tendréis más o menos protección (posibilidad de que fallen X discos sin perder nada) o mayor velocidad en el caso de RAID 0. Dicho esto, comencemos.
Instalar los discos duros o SSD
Obviamente, el primer paso es instalar los discos duros o SSD en nuestro sistema. Para este tutorial, vamos a pensar en unidades con conectividad SATA 3, puesto que para dispositivos PCIe el proceso es diferente (y tenemos un manual también para ello disponible en la web).
Deberás por lo tanto buscar los huecos disponibles en tu caja para instalar los dispositivos y conectarlos tanto a la alimentación como a los cables de datos, es decir, ambas unidades deben estar conectadas y funcionando antes de poder realizar la configuración del sistema RAID (esto es más que lógico y obvio, pero aun así es bueno cerciorarse de que ambas unidades están bien instaladas y que el sistema las detecta, ya que de lo contrario no podrás configurar nada de nada).
Una vez instalados los dos discos con los que queramos hacer el RAID y conectados a los puertos SATA de la placa base, ya podemos pasar al siguiente punto, que no es otro que el proceso de configuración, en este caso para placas base de Gigabyte o, en su defecto, de AORUS que como bien sabréis la mayoría de vosotros es la división de Gigabyte más orientada al Gaming. El proceso es en cualquier caso bastante similar en el caso de placas base de AORUS, así que aunque las capturas de pantalla o incluso los nombres puedan cambiar ligeramente, todo tiene que ser bastante parecido.
Configurar la controladora SATA
Comenzamos encendido el equipo y pulsando la tecla SUPR para entrar en la BIOS durante el POST. Una vez en la BIOS, debemos ir al apartado Peripherals y luego a SATA Configuration. Una vez ahí, debemos asegurarnos de que marcamos la opción RAID en SATA Mode Selection.
Ahora simplemente salimos de la BIOS guardando los cambios (Save & Exit).
Si queremos configurar, por el contrario, el modo UEFI RAID (solo Windows 8.1 y Windows 10, pero es la opción más recomendable), debemos en su lugar acceder a la BIOS pero al apartado BIOS Features, y ahí marcar la opción CSM Support como desactivada.
Ahora, guardamos los cambios y salimos de la BIOS, pero en cuanto reinicie el equipo deberemos entrar de nuevo en la BIOS pulsando nuevamente SUPR durante el POST para pasar al siguiente paso.
Crear un volumen RAID en placas GIGABYTE o AORUS
Acto seguido, accederemos a Peripherals y en la opción Intel(R) Rapid Storage Technology.
Dentro de este menú, situamos el cursor encima de «Create RAID Volume» y pulsamos la tecla INTRO para crearlo. Nos pedirá algunos datos, como el nombre del volumen (hasta 16 caracteres), el nivel de RAID (en este caso solo hay dos discos así que nos ofrece Stripe (RAID 0) o Mirror (RAID 1), pero si hubiera más discos nos ofrecería también los demás niveles de RAID). Seleccionamos la opción que nos interese y pulsamos INTRO.
El siguiente paso es bajar con los cursores hasta la opción «Select Disks» para seleccionar los discos que queramos que formen parte del volumen RAID. Simplemente sitúate encima y pulsa la barra espaciadora para incluirlos (se marcarán con una X). Tras esto, se nos pedirá seleccionar el tamaño del bloque, que puede ir de 4 a 128 KB. Lo normal es que con 16 KB tengamos de sobra.
Una vez que hayamos seleccioado esto, nos pedirá seleccionar el tamaño, aunque por defecto ya vendrá con el máximo disponible y podemos dejarlo así. Después de eso, la opción «Create Volume» que estaba en gris ya se habrá puesto en blanco, lo que significa que podemos ponernos encima y darle al INTRO para que se cree el volumen.
Tras completar el proceso de creación se nos devolverá al menú anterior, pero ahora se mostrará el volumen que hemos creado, dándonos la opción de borrarlo si queremos.
Listo, ya tenemos creado el volumen RAID así que podemos salir de la BIOS e instalar el sistema operativo. Windows 10 ya tiene los drivers RAID precargados, así que durante la instalación ya detectará el volumen que hemos creado como si fuera un disco duro individual, pero nosotros sabremos que, a nivel de BIOS, lo que tenemos es un RAID de discos.
A partir de aquí, si has configurado un RAID1, en el momento en el que una de las dos unidades de disco se estropeara te saldría una advertencia nada más iniciar el ordenador, indicándote que uno de los dos discos no funciona correctamente e instándote a cambiarlo. Si esto sucede, lo ideal es apagar el PC, cambiar el disco por uno nuevo, y al arrancar se te ofrecerá iniciar el proceso de reconstrucción del RAID.
Este proceso es completamente automático, simplemente una vez que hayas cambiado el disco dañado por uno nuevo al encender el PC saldrá un mensaje indicándote que si quieres iniciar la reconstrucción, y tras responder que sí no tendrás que hacer nada más. Eso sí, ten en cuenta que dependiendo del tamaño de los discos este proceso puede tardar varias horas, así que ármate de paciencia.