A primeros de Diciembre Corsair presentó sus nuevas cajas de diseño invertido 600C y 600Q, dos cajas con un interior totalmente rediseñado para redefinir el flujo de aire interno y así mejorar las temperaturas de funcionamiento de los componentes en su interior. Aunque el diseño interno es invertido, no sucede como en la familia Raven de Silverstone en cuyo interior la placa se gira 90 grados quedando con las salidas hacia arriba; en las Corsair Carbide 600C y 600Q la placa se gira 180 grados y se invierte, de manera que las salidas siguen quedando por la parte trasera de la caja pero los componentes se instalan boca abajo, es decir, si normalmente el disipador queda encima de la tarjeta gráfica, en éstas cajas es al revés.
Ésta nueva disposición de los componentes hace que la placa base quede al ras del suelo de la caja, y la fuente de alimentación que desde hacía mucho se instalaba en el suelo, ahora queda en la zona superior de la caja volviendo a los orígenes pero de una manera un tanto peculiar. En el día de hoy os vamos a presentar nuestro particular análisis del modelo 600C, que se diferencia del 600Q en que incorpora un lateral con una enorme ventana de plástico acrílico que permite ver todo el interior (la 600Q no tiene ventana, y en su lugar se han instalado componentes atenuadores del sonido).
El instalar la placa base girada 180 grados e invertida hace que el acceso a los componentes y, en este caso, la ventana lateral no esté por el lado izquierdo de la caja sino por el lado derecho, rompiendo así con lo que llevaba años siendo la disposición habitual. Aun así, la Corsair 600C es una caja con un amplio interior que permite la instalación de prácticamente cualquier tipo de hardware, incluyendo sistemas personalizados de refrigeración líquida.
CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS.
Sacadas de la página web del fabricante.
Estamos ante una caja de formato ATX fabricada en acero SECC con unas dimensiones un tanto raras, pues a diferencia de lo que es habitual la 600C de Corsair es más alta que larga. Mide 454 x 260 x 535 mm y pesa 10 Kg en vacío, muestra de la calidad de sus componentes. En su interior incorpora de serie tres ventiladores, dos de 140 mm en el frontal y uno del mismo tamaño en la parte trasera, y admite la instalación de tres ventiladores adicionales de 120 mm (o dos de 140 mm) en el suelo. Con ello también tiene espacio para un radiador de hasta 280 mm en el frontal, uno de 140 mm en la parte trasera o uno de hasta 360 mm de longitud en la zona inferior.
Una de las grandes facultades de la Corsair 600C es que gracias a una disposición especial sin racks para discos duros, que como veremos luego se instalan en la zona superior y en la parte trasera de la placa base, es que admite hardware de gran tamaño. Tanto es así que podríamos instalar disipadores de procesador de hasta 200 mm de altura, fuentes de alimentación de hasta 210 mm de longitud y tarjetas gráficas de hasta 370 mm de longitud. Además de eso, todavía queda espacio para instalar dos discos duros de 3.5 pulgadas y tres más de 2.5 pulgadas, sin olvidar el espacio dedicado a dos unidades ópticas de 5.25 pulgadas en la parte superior.
ANÁLISIS EXTERNO.
Corsair embala la Carbide Clear 600C en la habitual caja de cartón duro y color neutro en cuyas caras encontramos tanto un diagrama de la caja como sus principales características.
En el interior del embalaje tenemos la caja perfectamente protegida por poliespán y por una tela sintética que protege la caja en su totalidad.
Incluso la ventana lateral de plástico acrílico está protegida por dentro y por fuera por un plástico para evitar que pudiera rayarse de alguna manera.
Por fin sin protecciones, aquí podéis ver una vista a tres cuartos de la Corsair Carbide Clear 600C. Como adelantábamos en la introducción, la ventana lateral queda en la parte derecha y no en la izquierda de la caja.
Vamos como siempre primero con el frontal. Éste está decorado con una plancha de metal liso pintado de negro, y por la parte de detrás es plástico ABS, de manera que Corsair dota a la caja de un frontal de lo más minimalista en el que solo destaca el logo de la marca en la esquina inferior derecha. La zona superior, sin embargo, es una puerta magnética que tapa las dos bahías de 5.25 pulgadas. La puerta tiene una bisagra de dos ejes, lo que asegura la máxima durabilidad y una apertura fácil.
El lateral derecho de la caja está ocupado casi en su totalidad por una ventana de plástico acrílico transparente que permite ver el interior de la caja. Se trata de una puerta que se sostiene con dos bisagras en la parte trasera y con una manilla cerca del frontal.
El lateral opuesto es de acero pintado de negro, y en este caso no hay bisagras sino los dos tornillos habituales para poder retirarla.
Al principio os contábamos que la 600C de Corsair cuenta con dos ventiladores en el frontal, pero como os habréis dado cuenta no hay rejilla frontal. El aire entra por unas grandes hendiduras ubicadas en ambos laterales.
Si nos movemos a la parte superior nos encontramos con que no hay hueco para añadir refrigeración en esta zona, pues Corsair ha optado por dejar la que habitualmente está en esta zona para la zona inferior, teniendo en cuenta que ésta es la mejor zona de entrada de aire (que no de salida) pues el aire tiende a subir, así que el flujo interno de la caja sigue su camino de una manera más natural siempre que instalemos ventiladores en esta zona. Así pues nos encontramos con una parte superior totalmente vacía, también cubierta por una plancha metálica pintada, y eso sí, los puertos de conexión.
Vistos de cerca y de abajo hacia arriba, tenemos el botón de encendido con luz LED de color blanco, LED de estado de disco duro, rehobús con tres velocidades, minijacks de audio, dos USB 3.0, dos USB 2.0 y botón de reset.
Nos movemos a la zona inferior, donde lo que más llama la atención es el enorme filtro anti polvo extraíble y lavable. También tenemos cuatro grandes patas con inserción de goma cuyo propósito es como siempre doble: por un lado evita que la caja se mueva, y por otro absorbe vibraciones.
Para finalizar con el análisis externo nos queda ver la parte trasera, donde como podéis ver la fuente se instala en la zona superior y el hueco para los puertos de la placa base está invertido, quedando en ventilador trasero a la izquierda y no a la derecha de éstos.
ANÁLISIS INTERNO.
Comenzamos retirando las dos planchas laterales que, como comentamos antes, la izquierda de acero es con dos tornillos y la derecha de plástico transparente usando la manilla y sacándola de sus bisagras tirando hacia arriba.
Éste es el aspecto que presenta la Corsair Carbide 600C sin laterales, aunque hay que tener en cuenta que todavía se puede quitar tanto el frontal como la parte superior. Una nota a tener en cuenta es que es necesario retirar el frontal para poder acceder al filtro anti polvo que esconde frente a los dos ventiladores delanteros, y para poder quitarlo es necesario retirar ambos laterales para acceder a las pestañas que hay que presionar. Ésto se hace un tanto incómodo pues tenemos que desmontar media caja solo para poder acceder a un filtro. Por cierto que como podréis observar, en la zona superior también tenemos dos embellecedores de plástico que tapan la zona de la fuente de alimentación, discos duros y bahías ópticas.
Éste es el suelo de la caja visto desde dentro, donde podremos instalar hasta tres ventiladores de 120 mm o bien dos de 140 mm.
Aquí están los dos ventiladores delanteros de 140 mm que trae la caja preinstalados.
Y para terminar con el apartado de la refrigeración, aquí está el ventilador trasero, también de 140 mm de diámetro.
La caja cuenta con múltiples perforaciones engomadas para poder canalizar cables, así como anclajes para bridas. Por ejemplo me ha gustado mucho ver éste agujero cerca de los zócalos PCI-Express que nos pillará muy a mano para conectar cabezales internos de la placa base como por ejemplo los USB 2.0 o el conector de audio para el frontal (superior en este caso) de la caja.
Al principio decíamos que la 600C todavía se puede desnudar más, así que vamos a ello. Podemos retirar tanto los embellecedores de la zona superior como el frontal y el techo de la caja.
Ésto nos da más visibilidad a las posibilidades internas de la caja, como el hueco para la fuente de alimentación (con soportes de goma), las bahías de 5.25 pulgadas y por supuesto las dos bandejas para discos duros de 3.5 pulgadas. También, por la parte trasera nos encontramos un enorme espacio para poder canalizar cables, así como tres bandejas para unidades de 2.5 pulgadas y un enorme agujero en la plancha de acero principal que nos permitirá manipular la parte trasera del socket de la placa base para poder cambiar de disipador sin tener que desmontarla de la caja.
Ya solo nos queda ver qué conectores trae la Corsair 600C para finalizar con el análisis interno. En este caso encontramos un gran cabezal USB 3.0 interno, tres conectores de ventilador para manejar con el rehobús superior de tres posiciones, conector SATA de alimentación para éste, conector interno USB 2.0 y de audio HD y los habituales conectores internos para el botón de encendido y reset, LED de actividad y demás.
MONTAJE.
Comenzamos como siempre instalando la placa base, que en este caso lo hacemos con el disipador y la memoria RAM ya instalados en ésta.
Ahora que tenemos espacio de sobra para trabajar es el mejor momento de conectar los cabezales internos que os habíamos mostrado hace un momento.
La fuente de alimentación es el elemento que más cuesta canalizar sus cables, por lo que es lo siguiente que instalamos. Como podéis observar, en este caso atornillamos una placa de acero a la fuente y la insertamos desde fuera.
Una vez instalada la fuente y conectados sus cables, pasamos a otros componentes como las unidades ópticas.
Y los discos duros, que en este caso instalamos uno de 3.5 pulgadas en su correspondiente bandeja y un SSD de 2.5 pulgadas en una de las tres traseras. Todo este proceso se realiza sin herramientas.
Ya solo queda instalar la tarjeta gráfica, que en este caso es una MSI GeForce GTX 980 Ti Gaming 6G de gran tamaño y que entra sin problema alguno.
Lo conectamos todo y fijaos en lo limpio y ordenado que queda el interior una vez puestos los embellecedores de la parte superior.
Ahora toca cerrar la caja y comenzar a disfrutar de nuestro «nuevo» sistema.
TESTEO.
Comenzamos el equipo y comenzamos a probarlo, comparándolo en este caso con la anterior caja en la que teníamos instalado nuestro sistema, una Corsair Graphite 780T. Para las pruebas de rendimiento térmico hemos utilizado exactamente la misma configuración de hardware en ambas cajas, y en ambos casos con los ventiladores que traen ambas cajas de fábrica. El procesador utilizado ha sido un Intel Core i7-2600K overclockeado a 4,4 Ghz con el VCore a 1.32V refrigerado por un disipador BeQuiet Dark Rock 3, y con una tarjeta gráfica MSI GeForce GTX 980 Ti Gaming 6G.
Para estresar los componentes hemos utilizado Prime95 64 bits para el procesador, Furmark para la gráfica y Aida64 para los discos duros. El resultado queda de la siguiente manera.
Vemos claramente que el diseño interno de la 600C favorece en gran medida la temperatura tanto del procesador como de la tarjeta gráfica, y sin embargo penaliza y bastante la temperatura de las unidades de almacenamiento, en especial la del disco duro mecánico de 3.5 pulgadas que casi alcanza los 40ºC en funcionamiento, comparado con los menos de 30ºC en la 780T. Es una temperatura que no pone en riesgo el componente, pero siempre preocupa un poco ver un aumento de temperatura tan grande.
CONCLUSIÓN.
No me cabe duda de que Corsair ha acertado de pleno con este nuevo concepto de diseño invertido en su nueva serie de cajas Carbide 600. La instalación de componentes se realiza de manera rápida y sencilla, y la capacidad de canalización de cables de ésta 600C es simplemente sublime. Como siempre, Corsair ha utilizado los mejores materiales a su disposición, y cuenta con todo lujo de detalles por doquier, desde gomas anti vibración hasta pequeñas hendiduras que nos permiten embridar cables. Además, el rendimiento térmico para CPU y GPU es notablemente mejor que en otras cajas que incluso son más grandes como la 780T con la que la hemos comparado, aunque eso sí, penaliza y bastante la temperatura de funcionamiento de las unidades de almacenamiento.
En general he de decir que la Corsair Carbide Clear 600C me ha encantado, tanto por su estética como por su funcionalidad y por lo cómoda que es de utilizar, sobre todo si sois usuarios como yo que andamos cambiando de componentes cada dos por tres.
PROS:
- Estéticamente me parece preciosa.
- Muy cómoda y amplia, compatible con todo tipo de hardware.
- Excelente calidad de materiales.
- Enorme ventana lateral que permite ver el interior de la caja.
- Tres ventiladores de 140 mm instalados de fábrica.
- Filtros anti polvo en todas las entradas de aire.
- Excelente rendimiento térmico en procesador y gráfica.
CONTRAS:
- Espacio para solo dos discos duros de 3.5 pulgadas.
- Deficiente refrigeración en unidades de almacenamiento.
- Para acceder al filtro frontal hay que desmontar media caja.
- Precio (unos 160 euros).
Es por todo ello por lo que creemos que la Corsair Carbide Clear 600C se merece nuestro galardón de Platino, y nuestra recomendación por su excelente rendimiento.